Oscar Soria

Foto: Jeffry Scott

Oscar Soria.

Son muchos los comentarios que se escuchan por estos días sobre la manera tan diferente como ahora se está jugando el beisbol. La estrategia a nivel oficina es distinta, pero también en el campo de juego, imposible no coincidir.

Antes, era común escuchar que el juego no había cambiado, el que había cambiado era el jugador. Ahora, sin embargo, hay modificaciones al reglamento a cada rato y además los cerebros de este deporte están llevándolo por caminos distintos con tal de lograr un título.

Recientemente, cuando los Arizona Diamondbacks enfrentaron a los Houston Astros vimos formaciones especiales de los Astros a la defensiva, hasta contra el primero y segundo bate. Los estudios dicen que los texanos son los reyes de las formaciones especiales, y vaya que confían en dicha estrategia.

Mientras sigan ganando duelos no cambiarán. Los análisis dicen que así es como deben de jugar y el récord de ganados y perdidos de Houston confirma que están actuando de la manera correcta.

Pero hay un cambio que en lo personal me fascina analizar, porque crecí escuchando y viendo que el toque de pelota era como una de las acciones más ligadas al éxito de un equipo de beisbol. Sentía, por momentos, que una buena ejecución provocaba una de las máximas satisfacciones del club a la ofensiva y de sus aficionados, casi como si se hubiera anotado una carrera; sin embargo, todavía faltaba lo más difícil, enviar al corredor a home.

Un mánager que no jugara al toque de bola era un mal mánager, así de sencillo. Peor cuando en lugar del sacrificio venía una rola para doble play.

Es fácil percatarse del cambio de estrategia en la época actual: el toque de bola se está viendo muy poco, principalmente en la Liga Americana.

Nada como los números para confirmarlo: el equipo con más sacrificios en toque durante la presente campaña son los Rockies de Colorado, llevan un ritmo para finalizar con 60, que sería la cifra más baja en la historia de un equipo número uno en dicha estadística; ni siquiera en temporadas recortadas por huelgas se finalizó con una cifra tan baja.

Escucho seguido entre colegas sobre “X” juego donde extrañamente no se ordenó el toque de pelota cuando se veía lo más lógico del mundo; ha cambiado la manera de dirigir. Pero resulta que los estudios indican que el porcentaje de éxito cuando se ejecuta un sacrificio para avanzar al corredor a segunda base no es tan alto, el corredor se queda ya sea en segunda o tercera base en la mayoría de los casos.

Nada como tomar una decisión basándose en estadísticas, y por lo visto los clubes de Major League Baseball tienen evidencia suficiente como para cambiar de estrategia con el famoso toque de bola.

Le comento que la marca de más toques de sacrificio en una temporada la tiene Medias Rojas de Boston de 1917, quienes tuvieron éxito en la acción un total de 311 veces. ¿Y la cifra más baja en la historia?, también la tiene Medias Rojas, la estableció el año pasado con apenas ocho sacrificios.

Atención con los Astros del 2017, que apenas llevan 7. El equipo con el mejor récord de la Liga Americana no recurre tanto a esa vía.


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Correo electrónico: oscsoria@aol.com