No todos los días se realiza un documental sobre una panadería local. Pero para La Estrella Bakery ese día llegó.

Esta popular panadería mexicana del sur de Tucsón es tema de una nueva producción en video que echa un vistazo a la historia de la panadería y al rol cultural que juega en la ciudad.

Acertadamente titulado “Dulce Tucsón”, el documental es resultado de un esfuerzo conjunto entre las cineastas locales Heather Gray y Gabriela Durán, quien además es maestra de Arte en México y actualmente estudia en la Universidad de Arizona.

Las artistas y la panadería ofrecerán una fiesta y exhibirán el documental este viernes 26 a las 7:30 p.m. en la misma panadería, ubicada en el 5266 S. 12th Avenue, sin costo alguno para los asistentes. La proyección se hará en la pared norte del establecimiento.

La exhibición pretende convertirse en una celebración comunitaria no sólo por el negocio sino por las tradiciones que esta panadería mexicana representa.

“Ambas estamos interesadas en proyectos en los que la gente pueda convivir”, dijo Gray.

Antonio y Martha Franco abrieron la panadería en 1986. Desde entonces el negocio familiar ha crecido, empleando a varios integrantes de la familia y produciendo una diversidad de panes y pasteles. Y además del tradicional pan dulce, La Estrella también hace tortillas y menudo.

Detrás de los cuernitos, las empanadas, las orejas de elefante y los cochitos de La Estrella descansan la tradición y la historia de las panaderías mexicanas y la gente tan creativa que trabaja en ellas, dijo Durán, profesora de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), en Chihuahua.

Hija de un panadero mexicano, Durán recordó que en un tiempo en México los panaderos eran venerados en sus barrios y comunidades.

Su padre fue panadero como por 70 años, desde que él tenía 10 años, dijo Durán. El ser panadero lo hizo una persona muy conocida. También era miembro de un sindicato de panaderos, que en un tiempo jugó un papel fundamental en la sociedad mexicana, agregó.

Tanto en las pequeñas como en las grandes ciudades, las panaderías eran centros sociales en los que los vecinos se encontraban y compartían historias y noticias.

En un país, México, dominado por la tortilla, el pan era en sí mismo un foco cultural, explicó Durán. Representaba la cara europea de México, porque, a diferencia de la tortilla de maíz que fue desarrollada por los indígenas, el pan fue llevado ahí por los colonizadores europeos. Y en algunos aspectos de la vida mexicana la sociedad aún está dividida entre el trigo y el pan, por un lado, y las tortillas de maíz y de harina, por el otro.

Pero “Dulce Tucsón” es sobre la comunidad y el intercambio, dijo Gray.

“Se centra en un negocio local que conserva tradiciones culturales locales”, añadió.

Habiendo crecido en Tucsón, yo recuerdo cuando iba a Ronquillo’s Bakery en el centro, la cual fue demolida con la remodelación urbana, y cuando compraba pan de huevo en El Rio Bakery, que sigue funcionando en North Grande Avenue, en el Barrio Hollywood.

Muchas panaderías mexicanas de Tucsón han mantenido su fama con el paso de los años.

LeCave’s Bakery, en South Sixth Avenue, enfrente de la iglesia católica Santa Cruz, es popular por su donas. El Triunfo Bakery, en South Old Nogales Highway, cerca de East Valencia Road, hace totopos además de pan dulce.

Las panaderías mexicanas en Tucsón tienen una clientela leal y se han adaptado con los años para satisfacer los nuevos gustos. Sin embargo, su esencia sigue siendo el pan dulce.

“Si no estás muy familiarizado con el pan dulce”, dijo Gray, “ahora vas a aprender algo nuevo”.

Ernesto “Neto” Portillo Jr. es editor de La Estrella de Tucsón. Contáctalo al (520) 573-4187 o en netopjr@azstarnet.com.

It is not every day that a documentary is made about a local bakery. But for La Estrella Bakery that day has come.

The popular south-side Mexican bakery is a subject of a new video looking at its history and the cultural role it plays in Tucson.

Aptly titled “Dulce Tucson,” Spanish for sweet Tucson, the video is the collaborative effort of local filmmakers Heather Gray and Graciela Durán, who also is a professor of arts in Mexico now studying at the University of Arizona.

The artists and the bakery will hold a free screening party at 7:30 p.m. Friday at the panadería, 5266 S. 12th Ave. The video will be projected on the bakery’s northside wall.

The showing is intended to be a community celebration of not just the business but the traditions a Mexican bakery represents.

“Both of us are interested in projects where people can share it together,” said Gray.

Antonio and Martha Franco opened their bakery in 1986. In the years since the family-run operation has grown, employing various family members, producing a variety of pastries and cakes. In addition to the array of traditional pan dulce, La Estrella also produces tortillas and menudo.

Behind La Estrella’s cuernitos, empanadas, orejas de elefante and cochinitos, lies the tradition and history of Mexican bakeries and the creative people they employ, said Durán, a professor at the Autonomous University of Ciudad Juárez, across the border from El Paso, Texas.

In Mexico, at one time, bakers were revered in their neighborhoods and communities, said Durán, a daughter of a Mexican panadero.

Her father was a baker for about 70 years, starting when he was 10 years old, she said. His status as a baker made him well known. He also was a member of the bakers’ union, which at one time played a critical social role in Mexico, she said.

Panaderías, whether in small towns or large cities, were social centers where neighbors gathered to swap stories or share news.

Bread itself was a cultural focal point in tortilla-dominated Mexico, Durán said. It represented Mexico’s European face because bread, unlike the indigenous corn tortilla, was introduced by European colonizers. In some aspects of Mexican life, society still is divided by wheat and bread, and corn and flour tortillas.

But “Dulce Tucson” is about community and sharing, Gray said.

“It brings attention to a local business which continues local cultural traditions,” she said.

Growing up in Tucson, I remember going to Ronquillo’s Bakery downtown, which was demolished during urban renewal, or buying pan de huevo, or egg bread, at El Rio Bakery, which is still operating on North Grande Avenue in Barrio Hollywood.

Many Mexican bakeries in Tucson have remained popular over the years.

LeCave’s Bakery on South Sixth Avenue, across from Santa Cruz Catholic Church, is known for its doughnuts. El Triunfo Bakery, on South Old Nogales Highway near East Valencia Road, makes tortilla chips in addition to pan dulce.

Tucson’s Mexican bakeries have loyal customers and have adapted over the years to meet changing tastes. At their core, however, is pan dulce.

“If you’re not familiar with pan dulce,” Gray said, “you’re going to learn something new.”

Ernesto “Neto” Portillo Jr. is editor of La Estrella de Tucsón. He can be reached at (520) 573-4187 or at netopjr@azstarnet.com


Become a #ThisIsTucson member! Your contribution helps our team bring you stories that keep you connected to the community. Become a member today.