Foto cortesía de 20th Century Fox/TNS

Harry (Colin Firth), un espía impecablemente agradable, ayuda a Eggsy (Taron Egerton) a transformar su vida al hacer la prueba para un puesto en Kingsman, una organización de inteligencia independiente y ultra secreta. La cinta se estrenó en cines el viernes 13 de febrero.

Tal vez fue “Kick-Ass” (2010) la cinta que dio a conocer a Matthew Vaughn como director, sin embargo, éste ya tenía un par de buenos trabajos en su haber: “Stardust” (2007) y, sobretodo, su sobresaliente ópera prima titulada “Layer Cake” (2004), un producto bastante maduro en donde el inglés pudo poner en práctica (y estilizar a su modo) todo lo que aprendió mientras fungía como productor de cabecera de Guy Ritchie, el niño malo del cine inglés con quien realizó un par de filmes inolvidables: “Lock, Stock and Two Smoking Barrels” (1998) y “Snatch” (2000).

“Kingsman: The Secret Service” (2014), su nuevo proyecto, es una llamativa adaptación del popular cómic The Secret Service, creado por Dave Gibbons y Mark Millar, en donde un adolescente problemático se convierte poco a poco (y con la ayuda de un experto mentor) en miembro de una organización ultra secreta.

Lo primero que llamó mi atención en el tráiler promocional fue un par de cosas; primero, que la historia parece una variante irreverente y juvenil de James Bond, es decir, un 007 para adolescentes, muy ad hoc con los tiempos que se viven. Recordemos que está de moda adaptar productos, temas y géneros consagrados (vampiros, hombres lobos, magos, seductores, rebeldes futuristas y, en este caso, espías) para ofrecérselos a esta audiencia, obviamente con el aderezo hormonal obligatorio.

El segundo elemento que me resultó llamativo es casi una ridiculez, y consiste en el asombroso parecido (por lo menos en esta cinta) entre Taron Egerton, el adolescente protagonista, con Cristiano Ronaldo, el amado/odiado delantero del Real Madrid. En fin.

En la adaptación cinematográfica es Colin Firth quien interpreta a Harry Hart, un espía letal que quiere pagar una antigua deuda de honor al reclutar y tomarse el trabajo de entrenar él mismo a Gary “Eggsy” Unwin (Egerton), un adolescente malcriado con problemas con la autoridad.

Según Harry, Gary es un diamante en bruto y que está decidido a extraer todo su potencial para convertirse en agente y desempeñarse en el mundo del espionaje.

La trama incluye un gancho humorístico muy bien logrado, el cual consiste en ver cómo Gary resuelve los retos que le presenta su duro entrenamiento de una manera ingeniosa y diferente a los demás, algo que me recordó bastante al Will Smith de MIB.

El otro lado de la trama nos presenta a un tal Richmond Valentine (interpretado por el mismo Samuel L. Jackson de siempre), quien esta vez encarna a un villano tan irreverente como peligroso, quien, bajo su disfraz de filántropo, utiliza la tecnología para provocar el caos en el mundo, transformando a personas comunes en individuos violentos.

Muy a su pesar, Gary deberá acelerar su entrada de lleno al peligroso mundo del espionaje, tomarse las cosas en serio y aplicar todo lo que ha aprendido en su combate contra el mal, sobre todo cuando los daños del terrible Valentine han alcanzado a su mentor.

RECOMENDABLE por el sobresaliente equilibrio que la cinta consigue en los renglones de drama, humor y acción. Sin duda será ésta la clásica cinta que sorprenderá a sus audiencias por el entretenimiento que ofrece. Completan el elenco Mark Strong, Jack Davenport, Michael Caine y Mark Hamill.


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