Hablar de Steven Spielberg es hablar de uno de los directores más famosos del mundo y de los que más dominan el oficio (o el arte, como se quiera ver) de hacer películas; incluso, una encuesta sobre los más reconocidos (en cuanto a popularidad) de la historia del cine, su apellido sería el primero en aparecer, al lado (y quizá por encima) de otros como Kubrick, Lucas, Coppola, Tarantino, Hitchcock, Scorsese, Cameron, Allen, etc.

Su más reciente cinta Ready Player One (2018) es una muestra más de su versatilidad, luego de algunos pequeños tropiezos como The BFG (2016) o The Adventures of Tintin (2011) y de otras que, aunque fueron buenos productos, tuvieron un éxito mediano, como War Horse (2011), Lincoln (2012), Bridge of Spies (2015) y The Post (2017).

Eso sí, su toque personal se mantiene acertado con cintas cuyas historias atrapan la atención del espectador y consiguen hacer el ruido necesario como para llamar la atención en los Oscar.

Ready Player One marca el regreso del cineasta más influyente del cine hollywoodense (que es el que domina el mercado mundial) a uno de los campos que más domina: el del cine de acción, aventura y ciencia ficción.

La historia toma lugar en el año 2045 en un mundo decadente y semidestruido. Esa es la vida que vive Wade Watts (Ty Sheridan) quien, al igual que cualquier joven de su edad, prefiere evadir su cruda realidad adentrándose en un universo virtual conocido como OASIS, en donde puede ir cualquier lugar, hacer lo que desee y ser quien siempre soñó.

Este mundo artificial es la única salida posible para que los habitantes de esta desolada realidad vivan momentos de relativa felicidad, pues es ahí y en las situaciones que enfrentan en OASIS donde los participantes encuentran sus mayores motivaciones de vida.

Dentro de estas motivaciones existe una por la que todos los participantes están dispuestos a competir hasta las últimas consecuencias. Resulta que el excéntrico creador de este universo virtual, un tal James Halliday (Mark Rylance), ha dejado su inmensa fortuna y el control total de OASIS al ganador de una competencia dividida en tres partes durísimas que se tienen que superar.

La historia adquiere un interés especial cuando Wade (Sheridan) supera el primer nivel al lado de sus amigos, un grupo de asociados suyos conocidos como los High Five, quienes anhelan seguir avanzando para conseguir el objetivo que antes se antojaba imposible.

Así como OASIS sirve a los habitantes de este mundo distópico para evadir un entorno decadente, la cinta servirá para que el espectador se la pase suspirando durante la proyección cuando vea las presencias que pueblan este juego virtual, las cuales harán que recuerde sus años mozos mientras crecía viendo películas en el cine y programas de tv en la sala de su casa.

King Kong, Godzilla, el Gigante de Hierro, cintas de marcianos, Atari, Calabozos y Dragones, los Muppets, Sesame Street, superhéroes de Marvel y DC cómics, las cintas ochenteras de adolescentes de John Huges, personajes de videojuegos de los 80, Star Wars, Chucky, Street Fighter, Ghostbusters, la serie Cosmos de Carl Sagan, Donkey Kong, Star Trek, Monty Python, Terminator, Tron etc. son sólo algunas de las presencias que pasarán frente al sorprendido ojo del espectador.

Con sólo ver los avances promocionales (en donde se escucha “Take on me” de A- ha como fondo) se advierten las varias secuencias de acción de primer nivel y el aspecto visual de la cinta que dejará sin aliento a las audiencias; ambos elementos no son otra cosa que un golpe de autoridad del propio Spielberg en medio del cine de espectacularidad visual que tanto abunda actualmente.

Completan el elenco Olivia Cooke como Art3mis/Samantha, Ben Mendelson como Sorrento, T. J. Miller como I-R0k, Simon Pegg en el papel de Ogden Morrow y Ralph Rylance (un predilecto de Spielberg) dándole vida a Anorak/ Halliday.

Hasta la próxima.


Become a #ThisIsTucson member! Your contribution helps our team bring you stories that keep you connected to the community. Become a member today.