Por Cathalena E. Burch

La Estrella de Tucsón

Arturo Chacón-Cruz recuerda sus viajes mensuales al Tucson Mall desde Sonora cuando era niño. Pero Tucsón tiene un signirifaco mucho más profundo en la vida del cantante de 41 años que sólo el del lugar de compras.

“Yo tenía quizá 19 años la primera vez que canté en Estados Unidos, y fue en Tucsón”, en la Universidad de Arizona, dijo el tenor en una llamada telefónica desde Honduras la semana pasada, donde participó en un concierto.

Chacón-Cruz regresa a Tucsón este mes como artista invitado del séptimo Tucson Desert Song Festival “Latin Celebration!” (Festival de la Canción del Desierto de Tucsón “¡Celebración Latina!”), que se realiza cada año. Se presentará el 25 de enero en un recital presentado por el Consulado de México en Tucsón, Arizona Opera y Arizona Opera Guild of Tucson.

Su actuación en Tucsón en el Holsclaw Hall de la Escuela de Música de la Universidad de Arizona, en 1017 N. Olive Rd., será mucho más íntima que su presentación del 10 de enero en Honduras, en la que abrió para Plácido Domingo. Se realizó en un estadio deportivo para 12 mil personas en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.

Ocho días después, apareció con Plácido Domingo en Francia para la Gala Verdi del Philharmonie de París. Regresará a París en julio para otro compromiso con Plácido Domingo, a quien Chacón-Cruz le atribuye el haberle dado la guía y la confianza para convertirse en uno de los tenores jóvenes de ópera más célebres.

“Es como surreal. Ha superado toda fantasía”, dijo por teléfono Chacón-Cruz, quien nació en Ciudad Obregón y creció en Navojoa, Sonora. “Cuando era estudiante y me enteraba de que (Plácido Domingo) iría a la Ciudad de México a cantar, yo me imaginaba estar en el mismo teatro … y conocerlo y estrechar las manos”.

Esa fantasía se volvió realidad en el año 2000, cuando el joven artista de entonces 21 años fue invitado a abrir un concierto en la Ciudad de México para el famoso tenor. En ese tiempo, Chacón-Cruz cantaba como barítono.

“Yo canté mi aria y él estaba en las alas conduciendo junto con la orquesta. Estaba muy nervioso. Él estaba ahí, escuchándome y viéndome cantar”, dijo Chacón-Cruz.

Cuando salía del escenario, pasó por donde estaba Plácido Domingo.

“Le dije, ‘Maestro, es un placer conocerlo’, y me dijo, ‘después del concierto, quiero hablar contigo. Tengo algo que decirte. Ven a buscarme al final’”, recordó Chacón-Cruz.

Esa noche, se reunió después con Plácido Domingo, quien lo prodigó con elogios y una sugerencia intrigante: “¿Has considerado cantar como tenor y no como barítono? Me parece que eres un tenor fuerte”.

Chacón-Cruz tomó su consejo profesional y lo que vino en los años posteriores fue nada menos que memorable, incluyendo su victoria en la Competencia Operalia de Plácido Domingo, que puso su nombre y sus talentos en el radar de las principales compañías de ópera de todo el mundo.

Se paró en muchos escenarios en los pasados 12 años y ha interpretado 50 papales en al menos 25 países, con un repertorio que incluye de Bellini y Donizetti a Puccini y Verdi.

En los próximos meses, interpretará el rol principal de “The Tales of Hoffmann” en Italia, Alfredo de “La Traviata” en Oman, Fausto de “The Damnation of Faust” en la Ciudad de México y Rafael en “El Gato Montés” con la Ópera de Los Ángeles.

Pero todo eso será después de venir a Tucsón y su Desierto de Sonora. Padre de un hijo criado en Miami, Chacón-Cruz se reunirá con familia en su viaje a Tucsón. Es posible que muchos de sus familiares estén entre el público en su recital del Festival de la Canción, dijo.

Y sí, agregó riéndose, es muy probable que hagan un campito para irse de compras al Tucson Mall.


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Contacta a Cathalena E. Burch en cburch@tucson.com o al 573-4642. En Twitter @Starburch.

Traducido por Liliana López Ruelas.