Twentieth Century Fox via AP

Una escena de “Alien: Covenant”. En este capítulo es la tripulación de la nave Covenant la que está peligro desde el momento en que arriba a un planeta distante pero habitable, el cual parece ser un paraíso a primera vista.

Ni “Star Wars”, con todo y el culto mundial del que ha gozado por décadas la obra maestra de Lucas, ni “Star Trek” (que es la que más se le acerca en el renglón de fans aferrados), ni “Back to the Future” y sus simpáticas paradojas temporales, ni “Predator” (a pesar de mi aprecio por la original), ni “Terminator” (y eso que las primeras dos me sedujeron en serio), ni “Matrix” (cuya primera parte me dejó pasmado), ni “Planet of the Apes” (con todo y su final inolvidable o su actual renovación), ni mucho menos “Resident Evil”, “Transformers”, “Avengers”, “Hunger Games” o “Divergente” (me disculpo por incluirlas en esta lista) se le acercan a la que para mí es la reina de todas las franquicias de ciencia ficción: “Alien”.

Y es que, con perdón de los amantes de Star Wars, para mi gusto, la saga iniciada por el gran Ridley Scott se cuece aparte.

Razones hay varias; están, por ejemplo, su impresionante diseño de producción (los escenarios de la original aún resultan impresionantes), los buenos guiones que han tenido todas las entregas y, sobre todo (y esto es lo que me hace colocarla en un pedestal), el ritmo tranquilo y sabroso en que se exponen sus tramas, algo que le permite al espectador disfrutar de un buen desarrollo de personajes, al mismo tiempo que alterna los momentos de tensión y acción con un balance impecable.

Eso sí, no hay duda de que el atractivo principal de la serie (y su mayor logro) reside en el original diseño de la criatura (obra del gran H. R. Giger) que, desde que se asoma en forma de feto desde su huevo hasta que alcanza su tamaño natural es, indudablemente, el verdadero protagonista y el que acapara toda la atención del respetable, una rayita arriba de la mismísima Ripley, su emblemática protagonista.

Cómo olvidar los elaboradísimos y barrocos escenarios que son ya un sello de la franquicia, o a la heroína de heroínas Sigourney Weaver en el papel de Ripley (y su posterior clonación) o incluso la primera aparición de la criatura, acompañada con la espectacular explosión del vientre de John Hurt.

En fin, gustos son gustos, pero sí es para agradecer que exista una saga de ciencia ficción adulta y seria. Y no es que menosprecie a Star Wars, lo único que argumento aquí es lo que el propio Lucas acaba de confirmar sobre su opus magna: que la suya es una historia pensada para entretener a adolescentes de 12 años; en fin.

La dinámica de la franquicia ha sido, curiosamente, la siguiente: en la uno, “Alien” (Ridley Scott, 1976), Ripley luchó con una criatura; en la dos, “Aliens” (James Cameron, 1986), con muchas; en “Alien 3” (David Fincher, 1992) con una, mientras que en la cuatro, “Resurection” (Jean-Pierre Jeunet, 1993) se enfrenta a varias.

Respetando esa secuencia, en “Prometheus” (Ridley Scott, 2012) la protagonista (Noomi Rapace) se enfrentó a una criatura, por lo que en “Alien Covenant” (Ridley Scott, 2017) cabría esperar la presencia de varias que amenacen la vida de la tripulación en turno. Por cierto, cabe comentar aquí que esta cuarta entrega (al igual que en los rip offs Aliens vs Predator) se ha prescindido de su actriz emblema (Weaver), representando con ello la actualización de la franquicia.

Alien Covenant se liga directamente con su predecesora (Prometheus), siendo la conexión obvia el androide interpretado por Michael Fassbender (David/Walter).

En este capítulo es la tripulación de la nave Covenant la que está en peligro desde el momento en que arriba a un planeta distante pero habitable, el cual parece ser un paraíso a primera vista.

No pasa mucho tiempo para que el grupo se dé cuenta de que ese es un mundo oscuro y lleno de peligros del que deben salir lo más pronto posible si quieren sobrevivir; sin embargo, una conocida y terrible presencia está al acecho y hará todo lo posible para impedirles su huida.

Completan el elenco Katherine Waterston como Daniels, Billy Cudrup en el papel de Oram, Danny McBride interpretando Tenessee, Carmen Ejogo como Karine y, dándole vida a Lope, el mexicano Demián Bichir. Hasta la próxima.


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