Toca el turno ahora de presentar la lista de lo más sobresaliente de lo que su servidor se topó en la cartelera en 2015. Desafortunadamente, no he tenido la oportunidad de ver “Revenant” (Alejandro González Iñárritu), “The Hateful Eight” (Quentin Tarantino), “Creed” (Ryan Coogler) “Ex Machina” (Alex Garland) y otras que, seguramente, podrían entrar en este conteo, así que ofrezco las disculpas correspondientes por ello, y sin más preámbulos…

Iniciamos con la cinta que, para mi gusto, fue la más disfrutable de este año: “Mad Max: Fury Road”, con la que George Miller, creador de la trilogía original (la que lanzara a la fama a Mel Gibson), mostró que lo de “Happy Feet I y II” (2006 y 2011) y “Babe: Pig in the City” (1998) fueron sólo cándidos deslices.

Y es que, al regresar a esta saga post apocalíptica, el australiano mostró que lo suyo es la acción vertiginosa con persecuciones eternas, peleas cuerpo a cuerpo (y de automóvil a automóvil), explosiones estrepitosas, ambientación barroca y fotografía estilizadísima, combinado todo con una violencia gráfica muy bien coreografiada. Lo sobresaliente: superó a la original y creó a una heroína (Charlize Theron) que opacó al mismísimo Max (Tom Hardy).

“The Martian” (Ridley Scott) fue un muy buen ejemplar (bastante sui géneris, por cierto) de ciencia ficción. Lo sobresaliente: la base en la que se sostiene esta historia de supervivencia de un humano (Matt Damon) en Marte está sustentada por un libro escrito por un geek meticulosísimo en cuanto a cálculos matemáticos/químicos/físicos/botánicos se refiere.

“Star Wars: The Force Awakens” (J. J. Abrahams) logró lo que el propio Lucas no pudo conseguir con su criticadísima trilogía precuela: estampar en un filme el sello Star Wars; es decir, esta obra sí parece un capítulo más de la popular saga. Lo sobresaliente, Parte I: los imbéciles publicando spoilers en redes sociales antes del estreno comercial (me tocó uno); Parte II: seguramente el Capítulo VII batirá todos los récords de taquilla.

“Inside Out” (Pete Docter, Ronnie Del Carmen) resultó efectiva porque cuenta una historia muy emotiva sobre los efectos que tienen en una menor las decisiones de sus padres. Lo sobresaliente: la película tuvo el mérito de apelar a audiencias adultas e infantes con un guión bien documentado (eso dicen mis amigas sicólogas) sobre cómo trabaja nuestra personalidad.

Pocos directores tienen el oficio de Steven Spielberg para contar una historia de espías de una manera tan sabrosa: eso quedó claro en “Bridge of Spies”, en donde narra una historia de espías en la que tres países (E.E.U.U., Alemania y Rusia) se disputan diplomáticamente a tres de sus ciudadanos. Lo sobresaliente: el ritmo ameno de su narrativa.

Esta columna intenta, de cierta manera, comentar los filmes más llamativos y de los que se sabe acapararán la cartelera comercial; sin embargo, hubo varios ejemplos de títulos menos ostentosos que merecen mencionarse en una lista de este tipo.

Uno de ellos fue “It Follows” (David Robert Mitchell), que con un presupuesto muy bajo pudo crear un producto bastante decente en el género de terror, lo cual es dignísimo de elogio si tomamos en cuenta lo complicado que resulta aportar algo nuevo. Lo sobresaliente: despertar miedo por una presencia desconocida sin tener que exhibir monstruos o sangre ni asustar al respetable con pianazos infames.

El otro es “The Wolfpack” (Crystal Moselle), un trabajo que me tomó por sorpresa a pesar de que ya conocía su premisa: un grupo de hermanos adolescentes a quienes su padre ha mantenido encerrados en su casa. Lo sobresaliente: ver cómo este grupo de fascinantes jóvenes hicieron del cine una escuela formadora, una forma de entretenimiento insuperable y el escape perfecto para su monotonía.

Palomeando les desea el mejor de los años en este 2016.


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