Oscar Soria

Como que cada uno de los últimos tres clubes campeones de la Serie Mundial en la Major League Baseball han tenido un toque diferente al resto y han provocado el intento por imitarlos, al menos es el sentir por estos días sobre los Philadelphia Phillies, quienes parece buscan seguir un camino similar a los Chicago Cubs.

Recuerdo cómo antes se habló del camino seguido por los Kansas City Royals y su sólido bullpen, así como bateadores de mucho contacto. Y ni se diga la manera como inspiraron a varios los San Francisco Giants. Al menos en Arizona, recuerdo cuando se dijo buscaban ganar por una vía similar a los Giants.

Específicamente hablando del caso más reciente, el título de los Cubs, ellos hicieron un excelente trabajo en varias áreas, pero definitivamente se trata de una organización con fuerte presupuesto que pudo invertir en el momento exacto.

Los Phillies sin duda tienen la capacidad económica y por estos días han estado adquiriendo peloteros que vienen de mala temporada, evidentemente adquiriéndolos a bajo precio, pero con la esperanza de que recuperen su buena forma y entonces aprovecharlos en el siguiente verano y cambiarlos a un equipo contendiente y así adquirir prospectos.

No es fácil tener esa paciencia de invertir a largo plazo. Sin embargo, está claro que principalmente se necesita una buena base de jóvenes para llegar lejos, tal proceso está dando mil veces mejores resultados que invertir solamente en veteranos millonarios.

Los Royals fueron el mejor de los ejemplos: ganaron con un grupo de peloteros que ellos mismos llevaron poco a poco y luego hicieron transacciones donde adquirieron a elementos como Johnny Cueto, Alex Ríos y Kendrys Morales para tener el balance que todo gran equipo requiere.

Para imitar a los Cubs también se necesita tener alto presupuesto. Los Phillies lo tienen, de hecho no hace muchos años tuvieron una nómina altísima. Cuando ganaron la Serie Mundial en 2008, le pagaban muy bien a Ryan Howard, Jimmy Rollins, Chase Utley y varios más, luego inflaron todavía más la nómina.

Por la LMP

Con todo y las bondades del sistema de competencia, nada pudo salvar la pronta eliminación de los Charros de Jalisco y a inicios de la presente semana quedaron matemáticamente eliminados en la Liga Mexicana del Pacífico.

A diferencia de otros años, el 2016 pudiera ser uno de los cierres menos espectaculares, porque los Yaquis de Obregón también no han podido levantar y por lo visto están cerca de quedar fuera.

Si los Yaquis no levantan en estos días llegarán a la última serie del rol regular ya eliminados, para sorpresa de muchos, porque ellos quedaron en el cuarto lugar en la primera vuelta. En cambio, los Venados de Mazatlán, que fueron los sotaneros de la primera mitad, tienen toda la oportunidad del mundo de meterse a los playoffs.

Recordar que de ocho equipos avanzan seis a postemporada, el sistema de competencia suele dar miles de oportunidades, pero esta vez parece imposible que se llegue al último día con juegos relevantes.

A propósito de la LMP, la afición al beisbol de Tucsón ha visto cómo el circuito tiene mucha vida más allá del campo de juego. Ha sido testigo en las Fiestas Mexicanas de Beisbol de la fiesta que se presenta en las gradas o en el área de foul gracias a las mascotas.

Don Marcelino Romero fue uno de esos grandes personajes. Se trata del vendedor de muchos años del Estadio Héctor Espino de Hermosillo, una persona que inició vendiendo charales y se le dejó el apodo del charalero.

Don Marcelino falleció la semana pasada a los 81 años de edad y se le brindó recientemente un bonito homenaje en el Estadio Sonora, su grito de “Hay Chicharrón” se hizo famoso en el estadio de los Naranjeros.


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