Nogales, Arizona - Si vienes a Nogales y no vas a La Cinderella, es como si no hubieras venido. “Ese es el dicho de todos modos”, dice Adreana Ortega, gerente de Kory’s, la tienda hermana de la icónica zapatería, al otro lado de la calle de la frontera con México.
El problema es que muy pocas personas han venido a Nogales desde que Estados Unidos cerró sus fronteras debido a la pandemia, limitando los viajes “no esenciales”. Estos viajes incluyen a los muchos compradores mexicanos que solían cruzar la frontera a diario para comprar ropa y zapatos en tiendas como Kory's La Cenicienta.
Después de aproximadamente 20 meses de cierre a los viajes no esenciales, las fronteras de EEUU con México y Canadá se reabrirán el próximo 8 de noviembre para los viajeros que estén completamente vacunados contra COVID-19.
La cantidad de personas que pudieron cruzar la frontera entre Estados Unidos y México durante el cierre se redujo drásticamente. Las personas que no son residentes de los Estados Unidos han podido cruzar solo por razones que incluyen trabajo, educación y tratamientos médicos.
Si bien el centro de Nogales solía estar lleno de compradores que venían de Sonora, muchos residentes dicen que desde que se cerró la frontera en marzo de 2020, Nogales, Arizona, ha sido un pueblo fantasma. El 80% de la clientela de Kory’s suele estar compuesta de compradores mexicanos. Ortega dice que la tienda ha sobrevivido al cierre prolongado de la frontera debido a la clientela en Sierra Vista, Tucsón y Phoenix que está familiarizada con sus productos, pues el almacén ha estado allí por más de 50 años.
Dos mujeres caminan frente a una tienda vacía en Morley Avenue, Nogales, Arizona, donde se encuentran muchas tiendas de ropa y zapatos. Al menos 20 tiendas cerraron en el pequeño centro de la ciudad debido a la pandemia, según la Cámara de Comercio de Nogales.
Sin embargo, muchas de las tiendas de Morley Avenue no han tenido la misma suerte. Al menos 20 tiendas tuvieron que cerrar en el pequeño centro de la ciudad debido a la pandemia y al cierre de la frontera, de acuerdo con la Cámara de Comercio de Nogales.
La mayoría de las tiendas de la calle cerraron de pronto un miércoles por la tarde. Algunas parecen haber cerrado para siempre: tienen las habitaciones vacías o las vitrinas cubiertas. Otros almacenes dan la impresión de haber sido cerrados solo temporalmente, como si sus propietarios hubieran salido apurados y estuvieran por regresar para abrir en cualquier momento. Todavía tienen decoraciones pero las vitrinas están oscuras y los maniquíes están a medio vestir.
Antes de la pandemia, entre el 60% y el 70% de las ventas en todo el condado de Santa Cruz provinieron de compradores mexicanos, los mismos que desde entonces no han podido cruzar, según la Cámara de Comercio de Nogales.
Mil millones gastados en Tucsón
La reapertura de la frontera representa una gran noticia para las ciudades fronterizas de Arizona como Nogales y Douglas, pero también para ciudades como Tucsón y para el estado en general, como afirma Felipe García, vicepresidente ejecutivo de Visit Tucson, la organización que promueve el turismo de la ciudad.
Cada año, el Departamento de Seguridad Nacional cuenta entre 20 y 25 millones de visitas de ciudadanos mexicanos que cruzan la frontera hacia Arizona. Cerca del 80% de esos visitantes llegan para comprar, gastando alrededor de mil millones de dólares en Tucsón y alrededor de $2.5 mil millones al año en todo el estado, dice García.
“Así que imagínense los desafíos que enfrentamos porque esas personas no pudieron cruzar la frontera y gastar dinero”, dijo.
Visit Tucson lanzó recientemente una campaña, en las redes sociales y a través de vallas publicitarias y anuncios de televisión en México, para dar la bienvenida a quienes retomarán sus visitas. Muchos lugares en Tucsón ya están programando eventos para atraer visitantes de México, dice García.
Por ejemplo, cuando el reconocido artista latinoamericano Ricardo Arjona se presente en el Tucson Music Hall el 27 de marzo, García espera que alrededor de dos mil personas crucen la frontera para verlo.
Además, el gobernador Doug Ducey y la Oficina de Turismo de Arizona anunciaron la semana pasada que 43 empresas y organizaciones en todo el estado recibirán más de $9.4 millones en subvenciones para festivales, artes y cultura y eventos comunitarios, de los cuales más de $4.67 millones se destinarán a organizaciones en Tucsón y el sur del estado.
El problema de la vacunación en México
Un factor que podría obstaculizar el regreso del turismo es que para ingresar a Estados Unidos, los visitantes deben estar completamente inmunizados con una de las vacunas contra el COVID-19 autorizadas por la Organización Mundial de la Salud. Dos de las vacunas más comunes usadas en México son Sputnik V y CanSino, pero no están autorizadas en este país.
Por esta razón, aunque los funcionarios mexicanos dicen que alrededor del 90% de los adultos que viven en los municipios a lo largo de la frontera norte del país están completamente vacunados, no todos podrán cruzar.
Solo unos pocos peatones y automóviles se ven cerca de las tiendas que alguna vez fueron populares a lo largo de Morley Avenue en Nogales, Arizona, cerca de la frontera con México.
“Sabemos que esto no va a ser tan simple como todo o nada”, dijo García sobre la bienvenida a los turistas de México. “Es un enfoque por fases, pero nos complace comenzar con algo. Es una gran noticia para los comerciantes, una gran noticia para los hoteleros, una gran noticia para los lugares de eventos, una gran noticia para los restaurantes. Y todos estamos muy felices por eso”.
Muchos de los comerciantes que permanecen en el centro de Nogales se están preparando para la llegada de los compradores, especialmente a medida que se acerca la temporada navideña.
Antes del COVID-19, Nogales normalmente recibía entre 10,000 a 15,000 personas de México cada día, y durante las vacaciones, entre 80,000 a 100,000, dice el alcalde de Nogales Arturo Garino.
Nogales, Sonora, tiene una población de más de 260,000 habitantes, mientras que Nogales, Arizona, tiene solo unos 20,000.
La ciudad de Arizona no tiene impuestos sobre la propiedad y, por lo tanto, depende de los impuestos sobre las ventas. Antes del COVID-19, los residentes de Sonora proporcionaban entre el 60% y el 65% de las recaudaciones de impuestos sobre las ventas de la ciudad, dice Garino.
“Esas personas que cruzan vienen como turistas, como compradores”, dijo. “Llenan sus autos de gasolina y se quedan en nuestros hoteles, visitan nuestros restaurantes y compran. Eso aumenta nuestro impuesto a las ventas, que es clave para cualquier municipio, especialmente a lo largo de la frontera”.
Nogales recibió fondos federales de los paquetes de ayuda de COVID-19 para equilibrar su presupuesto el año pasado, pero eso no es sostenible, dice Garino.
Los rostros se iluminan
La pérdida del mercado internacional afectó tanto a los trabajadores como a los empresarios.
Ortega dice que se sentía desanimada cada vez que Kory's –la tienda de ropa ubicada al otro lado de la calle desde el puerto de entrada–, no podía abrir sus puertas debido al cierre de la frontera, a un caso de COVID-19 en la tienda o al ver que simplemente no había suficientes clientes. Con dos hijos y una casa nueva que acababa de alquilar, le preocupaba cómo lograr superar la pérdida de ingresos.
Aún así, la última vez que la tienda volvió a abrir, Ortega regresó a su trabajo a tiempo completo, aunque para ese momento ya se necesitaban menos personas para estar ocupadas en la tienda.
Ortega ama su trabajo y dice que todas las personas con las que trabaja están entusiasmadas y ansiosas por ver cómo se verán los negocios una vez que se reabra la frontera.
En todo Nogales, las empresas que han resistido los cierres y la pérdida de compradores mexicanos están muy animadas. Los rostros se iluminan cuando se le pregunta a la gente sobre la reapertura de la frontera, como el de Iván Ortiz, dueño de Baby Market Boutique, ubicada a una milla y media de la frontera.
Iván Ortiz, propietario de Baby Market Boutique, en 840 N. Grand Ave. en Nogales, Arizona, toma una foto de un atuendo para publicar en las redes sociales. Ortiz abrió su tienda aproximadamente un año antes de que comenzara la pandemia de Coronavirus.
Con aproximadamente la mitad de su clientela en Nogales, Sonora, Ortiz tuvo que hacer algunos ajustes para que su negocio sobreviviera. Comenzó a vender sus productos en línea y a cruzar la frontera él mismo para llevarles las compras a clientes ya fieles.
“Para algunos otros dueños de negocios, el daño ya está hecho”, dijo. "No pudieron hacer nada para sobrevivir".
Muchas de las tiendas que permanecieron abiertas en Morley son más grandes y tienen más tiempo de fundadas. Aproximadamente la mitad de las tiendas de la plaza, con las características de Baby Market, están vacías. La tienda de ropa de al lado tiene un letrero en la puerta que dice que solo acepta clientes con cita previa.
Con apoyo de su madre, Ortiz abrió la tienda de ropa para niños aproximadamente un año antes de que llegara el COVID-19. Dice que si no hubiera podido consolidar una clientela durante ese año, no habría logrado sobrevivir al cierre de la frontera.
Familias separadas
Otro efecto del cierre de la frontera es que separó a familias que viven en lados opuestos de la frontera.
Paso peatonal después de cruzar la frontera de México a Estados Unidos en el punto de entrada Dennis DeConcini en Nogales.
Este fue el caso de la abuela de Ortiz, quien vive en Sonora y que no pudo asistir a la boda de un nieto suyo porque, como no es residente americana, no pudo cruzar a los Estados Unidos. Ortiz dice que su abuelita está muy emocionada por la reapertura de la frontera.
Sobre eso, el cónsul de México de Tucsón, Rafael Barceló Durazo, comentó que la reapertura de la frontera es una buena noticia para muchas familias de ambos lados. El cierre ha separado a muchas familias ya que las visitas familiares no se consideraban esenciales, dijo.
En algunos casos, un miembro de la familia que vive en México tenía una visa para visitar los EEUU, pero es posible que la persona que vive en los EEUU no pueda visitar México, ya sea por razones de salud o de inmigración.
Por lo tanto, además de las personas cuyos trabajos o negocios dependen del comercio y el turismo de los mexicanos, muchas familias binacionales están felices con la noticia de que la frontera se reabrirá, dijo Barceló.
Garino, alcalde de Nogales, comentó que los padres o cónyuges de mucha gente en Nogales viven en México y no pudieron cruzar para visitar cuando se establecieron las reglas de ingreso durante la pandemia.
Es significativo que la frontera se vuelva a abrir a tiempo para las vacaciones, por razones más que económicas.
“Si todo va bien, todos estaremos juntos esta Navidad”, dice Garino, “porque no hemos tenido esa oportunidad”.

