Diana Díaz Harrison

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La administración de Biden está considerando una lista de nuevas regulaciones que reducirían severamente el acceso a fondos a través del Programa de Escuelas Chárter (CSP), que ayudan a abrir nuevas escuelas chárter y expandir las escuelas chárter existentes. Como fundadora de una exitosa escuela chárter especializada en Arizona, pienso en los miles de niños a los que esto impactaría.

Como madre de un niño con autismo, pienso en mi hijo y en 1 de cada 44 niños en EE.UU. diagnosticados con un trastorno del espectro autista (TEA) cuya educación se verá afectada por esta acción.

Decidí comenzar la primera escuela chárter para niños con autismo después de luchar durante varios años para encontrar una escuela adecuada para mi hijo. Probé varias opciones y ninguna funcionó. Peor aún, algunos trataron a mi hijo como un problema, no como una prioridad.

Diana Díaz-Harrison y su hijo.

Mi hijo necesitaba una solución, al igual que cientos de estudiantes de todo el estado con historias similares. Yo, junto con otros padres y profesionales, decidimos comenzar nuestra propia escuela chárter especializada, diseñada específicamente para educar a estudiantes en el espectro autista. Y no hubiera sido posible sin los fondos del programa CSP.

Gracias a estos fondos, estábamos completamente preparados para nuestros estudiantes el primer día de clases. Hubo tanta demanda por nuestra escuela, que antes de abrir nuestras puertas ya teníamos una lista de espera.

Abrimos nuestra primera escuela en 2014 en Phoenix para estudiantes de Kindergarten a 5to grado. Dos años después abrimos una escuela secundaria y dos años después abrimos una escuela High School.

Somos la única escuela chárter gratuita que se enfoca en educar a niños con autismo en todo el estado y contamos con un programa en línea. Por supuesto, como todas las escuelas chárter públicas en Arizona, aceptamos a todo tipo de estudiantes y familias que buscan la opción educativa adecuada para sus hijos.

Casi todos nuestros estudiantes actuales están clasificados como estudiantes con discapacidades y reciben servicios de educación especial. Alrededor del 75 por ciento de los estudiantes son diagnosticados específicamente con autismo.

La falta de opciones especializadas de alta calidad para estudiantes con autismo ha atraído a familias de todo el país a nuestras escuelas, y nuestra población estudiantil refleja la diversidad del área.

Aproximadamente el 51 por ciento de nuestros estudiantes se identifican como hispanos y el siete por ciento se identifican como afroamericanos. Además, alrededor del 76 por ciento de nuestros estudiantes son de bajos ingresos y son elegibles para recibir almuerzo gratis o a precio reducido.

Existimos para educar a los niños que de otra manera se quedarían sin servicios, como les pasó a muchos durante la pandemia del COVID-19.

Vimos muchas escuelas en todo nuestro estado tratando de esperar a que pasara el COVID, pero nosotros sabíamos que nuestros niños especiales no se merecían eso. La ausencia de servicios educativos no era una opción para nuestros estudiantes. Si bien los niños con necesidades especiales estuvieron sin servicios durante un año o más en otras escuelas en todo el estado, nuestros estudiantes recibieron instrucción y apoyo continuo tanto en nuestras aulas como virtualmente.

Durante años, sabíamos la importancia de dar la opción de terapia en línea y visitas domiciliarias a nuestros estudiantes. Servir a una población vulnerable significa ir más allá de los servicios comunes y corrientes. Una vez que llegó la pandemia, aplicamos estos servicios para asegurarnos de que ningún niño experimentara falta de atención.

Nuestras escuelas manejaron la pandemia de COVID-19 mejor que la mayoría de las escuelas del estado. El gobernador Ducey reconoció nuestros esfuerzos y nuestra audiencia más importante, los padres, nos dieron altas calificaciones en todos los ámbitos. Hemos mantenido un índice de satisfacción de más del 90 por ciento durante la pandemia, y nuestra tasa de retención se mantiene por encima del 90 por ciento año tras año.

Si nuestra escuela no hubiera abierto en 2014 gracias a los fondos del programa CSP, cientos de niños se habrían quedado sin una educación de calidad, como sucedió con muchos niños durante la pandemia.

Los fondos del programa CSP son fundamentales para educar a nuestras poblaciones más vulnerables. Sin esos fondos, las escuelas como la mía nunca se podrían lanzar y seguirían siendo solo buenas ideas.

Como una escuela pionera, compartimos nuestro modelo y mejores prácticas con otros padres y profesionales del autismo que desean una solución educativa para niños con autismo en su estado. Es difícil creer que esta administración quiera sofocar a estos grupos haciendo inaccesible la financiación inicial.

Estamos fomentando un cambio cultural que ve a los estudiantes con necesidades especiales como una prioridad, no como un problema. Esto es lo que queremos para nuestros hijos que aprenden diferente. Si no estamos satisfechos con los servicios que hay actualmente, queremos la capacidad de crear nuestras propias soluciones a través de escuelas chárter. A través de estas escuelas, los fondos del programa CSP pueden ayudar a los niños más vulnerables.

La administración de Biden puede cumplir su promesa de servir a las poblaciones más vulnerables y mejorar los resultados educativos al descartar estas reglas. COVID dejó a demasiados estudiantes atrás. Las escuelas chárter especializadas, y los fondos de CSP que las ayudan a comenzar, pueden crear aulas para recibir a estos niños con los brazos abiertos.


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Diana Díaz-Harrison es la fundadora de Arizona Autism Charter Schools.