Erika Toledo y otras mujeres crearon La Cuchara de Abuela Catering Collective, un servicio de banquetes.

“La acción empieza en la cocina”, dice Nelda Ruiz de Tierra y Libertad, un grupo que participó en el proyecto de La Doce.

Víctor Ceballos, centro, habla acerca de la construcción de recipientes autolavables durante la celebración de La Doce Barrio Foodways en House of Neighborly Service, el 30 de marzo. Ceballos es voluntario de Tierra y Libertad.

Erika Toledo trabaja cuidando enfermos. Es mucho trabajo, pagan poco y no la satisface. Lo que realmente le gustaría hacer es abrir un pequeño restaurante y cocinar rica comida que satisfaga a sus clientes.

Pero al vivir en el lado sur de la ciudad hay más obstáculos —falta de capital, de capacitación y de redes- que oportunidades para Toledo y sus vecinos de barrio, muchos de ellos residentes de esa zona de la ciudad de mucho tiempo mezclados con otros inmigrantes recién llegados.

Sin embargo, Toledo y otras mujeres del sur de Tucsón están iniciando en el negocio de la comida mediante La Doce Barrio Foodways Project. Toledo es parte de La Cuchara de Abuela Catering Collective, un colectivo que desde su creación a finales del año pasado ya ha servido comida en varios eventos.

“Es un buen comienzo”, dijo Toledo.

Este comienzo es resultado de una colaboración del grupo comunitario del sur de la ciudad Organización Tierra y Libertad, el Banco Comunitario de Alimentos del Sur de Arizona, Southwest Folklife Alliance (la Alianza de la Vida Popular del Suroeste) con base en la Universidad de Arizona y el ayuntamiento de Tucsón. La Doce es el corredor comercial de South 12th Avenue y sus vecindarios adyacentes, y fue el foco de una pequeña banda de entusiastas colaboradores el año pasado.

El proyecto de La Doce envolvió a habitantes, negocios y estudiantes en el aprendizaje sobre el sostenimiento y fortalecimiento de los barrios a lo largo de South 12th Avenue, identificando y aumentando los recursos alimenticios tales como jardines caseros y comunitarios y desarrollando ideas para futuras iniciativas y proyectos como el servicio de banquetes La Cuchara.

“La acción empieza en la cocina”, dijo Nelda Ruiz, de Tierra y Libertad, y una de las líderes de Foodways Project.

Uno de los aspectos centrales del proyecto de La Doce era ver desde el punto de vista de los alimentos. Enfocándose en el conocimiento tradiciones sobre la comida, la preparación y el cultivo de alimentos de los residentes de La Doce podrían imaginarse nuevas posibilidades. Si se recuperan esas tradiciones alimenticias — como los nopales, la calabaza, el chayote y los quelites — que en algunas partes de Tucsón y del país se han puesto de moda, la comunidad de La Doce puede edificar sobre sus fortalezas y transformarlas en oportunidades de negocios y comunitarias.

Ruiz dijo que enfatizando las tradiciones culinarias de las familias, “le das valor a lo que de hecho ya está sucediendo”.

Más allá de explorar la comida y el cómo transformar las recetas tradicionales de la gente en oportunidades, Foodways Project también exploró qué hace falta en La Doce.

Cuando Claudio Rodríguez, quien trabaja para el Banco Comunitario de Alimentos y es miembro de Tierra y Libertad, recorrió los vecindarios con estudiantes de Pueblo Magnet High School, los estudiantes vieron La Doce de forma distinta.

“Vieron dónde hay espacios verdes y dónde se necesitan”, dijo Rodríguez. “Vieron la falta de infraestructura”.

El aprecio de los estudiantes por sus vecindarios creció, dijo. Empezaron a ver y a entender que sus familias y vecinos tienen mucho qué aportar a La Doce y a su amplia comunidad, agregó Rodríguez.

“Si les enseñas a todos a amar la tierra, la van a valorar”, dijo.

El viernes 30 de marzo, los organizadores de La Doce celebraron la finalización de esta primera fase y presentaron su informe público, recomendaciones y un documental.

Entre las recomendaciones está la creación de La Doce Community Land Trust “para gobernar el desarrollo local y guiar los esfuerzos de agricultura urbana y de microempresarios de la comida”. Otra es el desarrollo de La Doce Community Fund, “para apoyar la adquisición de terrenos y propiedades y de programas de micro préstamos para empresarios emergentes de alimentos”, y el tercero es “un Concejo Comunitario de La Doce incluyente que coordine una visión compartida de cambios sistémicos”.

La primera fase del proyecto recibió ayuda financiera de un subsidio de la organización nacional Sustainability Funders Network and Partners for Places, además de apoyo local de la Fundación Comunitaria para el Sur de Arizona.

Ruiz enfatizó con orgullo que el 90 por ciento del subsidio se quedó en la comunidad a través de la compensación a participantes por su tiempo, sus conocimientos y su esfuerzo.

Ahora viene la segunda fase. Ruiz, Rodríguez, Toledo y otros intentan transformar las recomendaciones en algo real con la ayuda de futuro financiamiento. Pero Ruiz dijo “que no podemos estar dependiendo siempre de subsidios para este trabajo porque eso no es sostenible”.

Agregó: “Para realmente hacer un cambio sistémico, necesitamos socios con recursos para financiar este trabajo a largo plazo”.


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Ernesto “Neto” Portillo Jr. es editor de La Estrella de Tucsón. Contáctalo en netopjr@tucson.com o al 573-4187.