Por Caitlin Schmidt
La Estrella de Tucsón
La directora de UA Presents renunció de manera abrupta hace dos semanas y está preparando una demanda federal en contra de la Universidad de Arizona argumentando una cultura de racismo, discriminación y compensación desigual.
Candace Feldman fue contratada como directora de programación artística de UA Presents en febrero del 2016, reportando directamente al decano del Colegio de Bellas Artes, de acuerdo con una carta que Feldman envió al presidente de la Universidad de Arizona, Robert Robbins, el 10 de agosto.
“Mi experiencia, a pesar de ser personal, no es de naturaleza única ni estoy sola en las inequidades discriminatorias que existen como mujer de color empleada por la Universidad de Arizona”, dijo Feldman en la carta, y añadió que gente de otros departamentos y colegas de la UA también han compartido experiencias de “acciones discriminatorias atroces”.
En mayo, Feldman presentó tres cargos por discriminación contra la UA ante la División de Derechos Civiles de la Oficina del Fiscal General de Arizona y la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC, por sus siglas en inglés). El 31 de julio, la Comisión notificó a Feldman sobre su “derecho a demandar” bajo la Ley de Pago Equitativo. Su petición fue reenviada al Departamento de Justicia de Estados Unidos, que perseguirá el reclamo del Título VII a favor de Feldman, de acuerdo con la notificación.
Representaría un conflicto de interés para la Oficina del Fiscal General de Arizona la ejecución del caso contra la UA, puesto que ambas son dependencias estatales, por lo que la demanda tendrá que desarrollarse en una corte federal.
“Uno sólo puede concluir que estas prácticas están enraizadas en la cultura de esta institución y son respaldadas por la administración de la universidad que usted heredó”, dice la carta de Feldman a Robbins.
Chris Sigurdson, vocero de la UA, dijo que la universidad está revisando las acusaciones y tiene confianza en su proceso para enfrentar las preocupaciones de Feldman.
“Tomamos estas acusaciones muy en serio, y la Universidad tiene mucho personal capacitado, lugares para presentar reportes y vías para resolver las preocupaciones de los empleados sobre su trabajo. Ello incluye el mantener esos procesos confidenciales, lo que es del mayor interés de las personas afectadas”, dijo Sigurdson en un correo electrónico a este medio.
Feldman llegó a la UA con más de una década de experiencia produciendo y presentando en Nueva York y Los Ángeles.
Cuando fue contratada por la UA, le ofrecieron un salario inicial de 50,000 dólares anuales, lo cual es 35,000 menos que cualquier director de programación anterior de UA Presents, incluyendo a sus dos antecesores blancos -un hombre y una mujer-, según Feldman.
Feldman pudo negociar que el salario fuera de 60,000. Directivos de la universidad le dijeron que había un congelamiento de salario, dijo ella.
Después de realizar varios intentos de que le subieran el sueldo para que fuera equitativo al de los directores anteriores, finalmente no tuvo éxito, dice la carta.
Además del asunto salarial, Feldman dice que fue objeto de comentarios racistas y parciales por parte de empleados de nivel ejecutivo con relación a la programación que ella seleccionaba y a su apariencia personal, dijo en la carta.
“Ser una mujer negra en niveles de liderazgo en la universidad no solamente ha estado plagado de descarados comentarios racistas y de prácticas discriminatorias, sino que las microagresiones diarias están de verdad en la raís de trauma racial en la UA”, dijo Feldman en la carta.
A pesar de los comentarios de compañeros de trabajo, como el de “los negros no viene a los shows” y “los negros no compran boletos”, durante el primer año de trabajo de Feldman se expandió la diversidad en los programas de UA Presents y crecieron sus sociedades, se desarrollaron nuevas audiencias y se adquirieron boletos desde códigos postales donde nunca se habían comprado boletos, de acuerdo con la carta.
La misiva detalla múltiples comentarios racistas en referencia a su apariencia y origen étnico, así como comportamientos inadecuados de los que fue objeto, como compañeros de trabajo llamando a fuentes de subsidios para verificar la comunicación y productividad de Feldman y el tener a varias personas fungiendo como sus supervisores directos, a pesar de que su contrato dice que ella reporta directamente al decano.
Cuando Feldman manifestó sus preocupaciones a recursos humanos, sus quejas fueron compartidas con las personas citadas en menos de 24 horas, lo que la hizo sentir “vulnerable e insegura”, de acuerdo con la carta.
Feldam llevó también sus quejas a la Oficina de Equidad Institucional (OIE, por sus siglas en inglés) de la UA. Después de entrevistar a Feldman, sin ningún testigo, el investigador de la OIE dijo que la queja no constituía una violación de la política antidiscriminatoria de la escuela, según se lee en los cargos por discriminación presentados por Feldman ante la EEOC.
Aunque el investigador le dijo a Feldman que podía presentar una queja formal, “insinuó” que la queja no justificaría una investigación completa, dicen los documentos de la acusación.
Después de un año en la UA, Feldman empezó a sufrir ansiedad y ataques de pánico, dijo en su carta.
“Otros estudiantes, personal y planta docente de la actualidad y del pasado han sido objeto de ambientes similares a lo largo de su campus, pero el sistema está hecho para “proteger” a los empleados … la verdad es que sólo protege al agresor, a la persona con liderazgo o en puestos administrativos”, dijo Feldman.
Bajo la conducción de Feldman, UA Presents incrementó sus ingresos de 706,000 a 922,000 dólares tras el primer año. Hasta el 16 de mayo, UA Presents había generado ingresos de aproximadamente 1.5 millones.
“No quiero que mi situación dibuje un escenario en el que todos en la universidad adoptan comportamientos como estos”, dijo Feldman a este medio hace unos días. “Definitivamente ha habido colegas aliados, amables y compasivos”.
Feldman dijo que había problemas sistemáticos en el liderazgo de la UA, incluyendo los de recursos humanos y la Oficina de Equidad Institucional.
“Aliento a todos … si han pasado por esto, no están solos. Hay esperanza de cambio”, dijo Feldman. “Comienza con nuestra voz, tenemos que tener el valor suficiente para decir que lo que está mal, está mal”.
El objetivo de Feldman al interponer la demanda ante la EEOC es impulsar a la universidad a cambiar sus formas, diciendo que permitir que este tipo de trauma racial continúe es malo para la UA, para los estudiantes, la comunidad y la humanidad.
“En estos días y esta época, debería quedar claro como el agua que esto está mal”, dijo Feldman.



