En su nuevo libro “Storming the Wall: Climate Change, Migration and Homeland Security”, el autor tucsonense Todd Miller examina cómo los efectos del cambio climático, de la migración mundial y del crecimiento de los países fuertes confluyen.

El escritor y periodista tucsonense Todd Miller, quien ha viajado por todo el mundo, incluyendo la frontera entre México y Estados Unidos, analizando la migración, la seguridad y el cambio climático, presenta dos casos. Aunque están a miles de kilómetros de distancia uno del otro, están conectados.

En las Filipinas, habla con la gente en un pobre poblado pesquero en una isla donde nació y creció su abuela. El nivel del mar ha estado creciendo, afectando su economía y sus vidas. El cambio viene ocurriendo desde hace años y los filipinos repetidamente le dicen a Miller que están viviendo “en la primera fila del problema más urgente del mundo”.

“Esta pequeña comunidad … al parecer, y como muchas otras en todo el mundo, está a punto de ser completamente cubierta por el agua”, escribió en su nuevo libro.

El segundo caso está en México, en un pequeño poblado donde los migrantes se reúnen bajo la estricta y vigilante mirada de soldados mexicanos enmascarados. Los inmigrantes esperan poder brincar al infame tren que se dirige al Norte, La Bestia. Ahí conoce a tres hondureños que han huido de sus casas. Cuando Miller le pregunta a uno de ellos por qué se fueron rumbo a Estados Unidos, el joven campesino responde, “No había lluvia”.

“Su respuesta es simple y similar al caso de muchos agricultores en todo el mundo en la era del cambio climático: “No hubo lluvia”.

En su nuevo libro “Storming the Wall: Climate Change, Migration and Homeland Security”, Miller examina cómo los efectos globales del cambio climático, de la migración mundial y del crecimiento de los países fuertes confluyen.

Sostiene que los principales contribuyentes al cambio climático son las mismas naciones que están gastando miles de millones de dólares en barreras fronterizas para impedir la entrada a las personas que son “refugiados climáticos”.

Aunque ningún país reconoce el estatus de los refugiados climáticos, Miller escribe que existen y que están migrando.

En una presentación reciente en Antigone Books en North Fourth Avenue, Miller dijo a su audiencia que 21.5 millones de personas en todo el mundo fueron desplazadas entre 2008 y 2015 debido a los efectos del cambio climático o las amenazas climáticas.

Eso incluye a los estadounidenses.

Miller escribe en el libro que ya hemos presenciado a cientos y más de refugiados climáticos de los huracanes Katrina y Sandy, y que los residentes de California se han mudado a otros lugares debido a años de sequía e incendios forestales.

Ahora, con la devastación causada por los huracanes Harvey, Irma y María, más olas de refugiados climáticos dejarán Houston y el sureste de Texas, Florida y Puerto Rico y los países del Caribe aplastados por las violentas tormentas.

La migración global confrontará a este país, que ya está cerrando la entrada a los refugiados climáticos, escribe Miller.

Mientras que el presidente Trump, el jefe de la Agencia de Protección Ambiental, Scott Pruitt, y los principales líderes del Congreso niegan el cambio climático, Miller dice que éste no se debate ni se niega en los pasillos y oficinas de la Agencia de Seguridad Nacional y el Departamento de la Defensa.

El cambio climático está arraigado en la política de seguridad nacional, escribe Miller, cuyo primer libro “Border Patrol Nation” fue publicado en 2014. También ha escrito para publicaciones nacionales y locales.

Mientras Miller revela las conexiones directas y profundas del clima, la migración y la seguridad, también ofrece algunos ejemplos de cómo las comunidades pueden participar en la restauración ecológica.

Señala un lugar al este de Douglas-Agua Prieta, donde se erigieron muros de piedra en México, a la vista de la pared de la frontera de Estados Unidos. El agua de lluvia que solía fluir y erosionar la tierra ahora recolecta y repone la capa freática, escribió.

“Estaba mirando dos paredes”, escribe. “Una barrera tenía la intención de mantener a la gente fuera. La otra se basaba en la economía de la función ecológica”.

Aunque la mayor parte de la investigación de Miller muestra que nuestro país está gastando miles de millones en la militarización y no en la mitigación, Miller expresa cierto optimismo de que el cambio puede llegar y vendrá de las comunidades locales y tal vez de algunos países con visión.

“El futuro no está escrito”, dice. Puede cambiar.


Become a #ThisIsTucson member! Your contribution helps our team bring you stories that keep you connected to the community. Become a member today.

Ernesto “Neto” Portillo Jr. es editor de La Estrella de Tucsón. Contáctalo en netopjr@tucson.com o al 573-4187.