La música de mariachi fue el soundtrack de la juventud de José Cruz González.
El autor de “American Mariachi”, la próxima puesta en escena de Arizona Theatre Company (ATC), escuchaba al mariachi de niño, cuando en su casa lo tocaban.
Y nunca dejó de escucharla.
Aquellos días en los que escuchaba y amaba esa música lo llevaron a audicionar para una clase de mariachi en la universidad.
“Fue todo un viaje para mí porque era como aprender otro idioma”, dijo, agregando que en ese tiempo no se inclinaba por la música. “Con el tiempo, empecé a estudiar con otros maestros y empecé a aprender sobre la cultura del mariachi y a comprenderlo más profundamente de lo que jamás imaginé.
En el camino, se dio cuenta de que el mariachi no siempre estaba abierto a mujeres.
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Y así nació la idea de “American Mariachi”.
La historia su ubica en la década de los 70’s. Amalia sufre demencia. Ella ama la música de mariachi, y las cosas cambian para ella cuando su hija, Lucha, descubre un disco viejo que su mamá solía escuchar.
“Se lo pone a su mamá y Amalia se ilumina”, dice González. “El disco se rompe, así es que Lucha busca a otras mujeres con quienes tocar para que puedan aprenderse las canciones de su mamá. Batallan mucho para aprenderse la música.
“Es una hermosa obra sobre música y recuerdos, y es también sobre la vida de una mujer. Celebra a la familia, la música y la cultura”.
Fue la música y la comunidad alrededor de ella lo que convenció a Christopher Acebo a dirigir la obra.
“Yo tenía unos 10 años en la época en que se ubica la obra, y esta música prevalecía”, dice Acebo. “La obra da una mirada profunda a la forma artística entre la comunidad del mariachi, y había algo sobre esa época, los 70s, esa música y esa comunidad que me llamaba”.
Eso puede verse fácilmente en uno de los ensayos recientes que dirige. Hay alegría en la sala, la cual empieza por él y se esparce entre el elenco, quienes platican, se ríen y espontáneamente empiezan a cantar canciones de mariachi entre una escena y otra.
Esa algarabía no es extraña con el mariachi, dice la tucsonense Stephanie Swift Molina, quien ha tocado música de mariachi por casi dos décadas. Ella está entre los músicos de la producción de ATC.
“No sé qué es”, dice sobre el poder electrificante del mariachi.
“Es difícil de explicar. Es algo que nos llama y para la mayoría de la gente, una vez que esa luz se enciende no se apaga nunca”.
Pero esta obra es algo más que música, dice el director Acebo.
“Son las relaciones familiares, los retos que se presentan en cualquier familia, particularmente en la cultura latina”, dice. “El mariachi era una expresión artística muy dominada por hombres. Tenía curiosidad sobre qué significaba encontrar valor no sólo en el mundo, sino entre tu propia familia”.
Hay varios aspectos de esta obra que Acebo cree que resonarán en el Viejo Pueblo.
“Muchas audiencias de Tucsón están muy metidos en la música de mariachi, pero para aquello que no lo están esto les dará una visión profunda de este arte”.
Hay otro aspecto que nos llegará a todos aquí: Muchos de los músicos son tucsonenses. Los hemos escuchado en restaurantes, en fiestas y en el Festival Internacional del Mariachi.
“American Mariachi” tuvo su estreno mundial en el Stage Theatre del Denver Center el año pasado y unos meses después en el Old Globe Theatre de San Diego.
ATC es la tercera compañía que monta la obra.
Las producciones de San Diego y de Denver recibieron críticas brillantes, pero eso no es lo memorable de la obra.
“Lo más emocionantes de esas producciones es que la audiencia no era la tradicional”, dice González. “Venían de todas partes. Había esa energía en los teatros. La gente grita y cantan contigo, y salen de ahí realmente fortalecidos con una historia sobre su comunidad”.
Contacta a Kathleen Allen en kallen@tucson.com o e 573-4128. En Twitter: @kallenStar
Traducido por Liliana López Ruelas.