Robert De Niro and Edgar Ramirez in “Hands of Stone.”

The Associated Press Ana de Armas, izq., y Edgar Ramirez en una escena de Hands of Stone. La nueva cinta se trata de la vida del boxeador legendario Roberto Durán de Panamá, dueño de una de las carreras más longeva.

Confieso ser un fan de hueso colorado del deporte de los puños, pero no uno que se conforma con ver las funciones de los sábados o las estelares del 5 de mayo o del 15 de septiembre, sino alguien que aprovecha cualquier tiempo libre para meterse a You Tube y ver peleas históricas y Top Tens de los knockauts más duros, los rounds más vertiginosos, las defensas más técnicas, los robos más descarados y los regresos más espectaculares.

Para los que vivimos el boxeo con pasión y algunas contiendas casi al borde del infarto, ver una buena cinta sobre el género es una verdadera delicia. Y es que, además del drama que viven los púgiles en sus historias, el espectador tiene la oportunidad de apreciar enfrentamientos aderezados con (a veces) una buena edición y efectos de sonido que realmente lo transportan a uno al mismo ring.

Buenos ejemplos del género son la saga de Rocky, Champion (Franco Zeffirelli, 1979), Raging Bull (Martin Scorsese, 1980), The Fighter (David O. Russell, 2010), Million Dollar Baby (Clint Eastwood, 2004), Gladiator (Rowdy Herrington, 1992, no confundir con la cinta de Scott), Cinderella Man (Ron Howard, 2005), The Hurricane (Norman Jewison, 1999), y si me apura un poco hasta Real Steel (Shawn Levy, 2011) y Snatch (Guy Ritchie, 2000).

Hands of Stone (Jonathan Jakubowicz, 2016) se suma a esta nutrida lista, llevando a la pantalla la vida de uno de mis ídolos, el bien apodado “Manos de Piedra”, que a juicio de los historiadores de este deporte es uno de sus exponentes más sobresalientes, al lado de Muhammed Ali, Joe Luis, Marvin Hagler, ambos “Sugar” Ray (Leonard y Robinson), Rocky Marciano, Julio César Chávez, entre otros (Mayweather no cabe en esta lista).

La cinta cuenta el ascenso y caída del legendario boxeador, quien es dueño de una de las carreras más longevas: el panameño Roberto Durán (Édgar Ramírez), el cual debutó a los 16 años en 1968 y se retiró en 2002 a los 50, y de cómo su vida cambia por completo al ser descubierto por el célebre entrenador Ray Arcel (Robert De Niro).

La trama repasa episodios de su niñez y la complicada vida que tuvo en los barrios más pobres de Panamá, su vida amorosa al lado de su mujer Felicidad Iglesias (Ana de Armas) y el camino que recorrió para convertirse en el mejor peso ligero de todos los tiempos, el exponente latinoamericano más sobresaliente y uno de mejores libra por libra de la historia.

Sin embargo, es claro que el interés del filme se centra en dos elementos: la estrecha relación entre el pugilista y su exigente entrenador y, sobre todo, la gran rivalidad que el personaje tuvo con el también histórico “Sugar” Ray Leonard (Usher Raymond), con quien se enfrentó en tres ocasiones durante su carrera y en la que se generó uno de los momentos más inesperados de la historia cuando Durán pronunció la famosa frase “No más”.

Con una clasificación “R”, Hands of Stone es ya la segunda cinta que el venezolano Edgar Ramírez protagoniza en Hollywood (la otra fue Point Break), con lo que queda claro que su ascenso va en serio; lo anterior es algo que personalmente celebro, sobre todo al recordar que tuve la oportunidad de entrevistarlo para este periódico hace casi diez años, con motivo de su participación en The Bourne Ultimatum en un rol secundario.

Completan el elenco Rubén Blades, Ellen Barkin como Stephanie Arcel y John Turturro interpretando al corrupto promotor Frankie Carbo.

Hasta la próxima.


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