Lisa Turner, una entrenadora de recepcionistas de llamadas, a la derecha, trabaja con Ángel Gonzalez, un aprendiz del Departamento de Comunicaciones de Seguridad Pública de la ciudad de Tucsón.

Los funcionarios de Tucsón están respaldando las reformas propuestas al sistema 911 de la nación. Entre ellas, en marzo de 2023 lanzarán un número 311 para desviar las solicitudes de servicios que no sean de emergencia a fin de fortalecer las respuestas del 911.

Según la alcaldesa de la ciudad Regina Romero, solo el 25% de las llamadas al 911 son llamadas de emergencia. Romero comentó que es importante crear un sistema que se ocupe de la salud mental, del uso de sustancias, la falta de vivienda y otros problemas que llevan a que las personas llamen al 911 en busca de servicios que no son considerados emergencias.

“Necesitamos asegurarnos de garantizar la respuesta correcta en el momento adecuado”, dijo Romero. “Durante décadas hemos estado poniendo sobre la espalda de los oficiales de policía responsabilidades y desafíos sociales para los que no hemos creado nuevas estructuras”.

Romero, el jefe de policía Chad Kasmar, el jefe de bomberos Chuck Ryan y otros actores clave en la planificación de seguridad y bienestar de Tucsón se están enfocando en tales reformas a nivel local y nacional. Apoyan una iniciativa para “modernizar y fortalecer” el sistema de respuesta de emergencia 911 de Estados Unidos.

Dirigida por el Laboratorio de Salud de la Universidad de Chicago, la iniciativa Transform911 dio a conocer un plan de política integral el 29 de junio en una reunión en Nueva Orleans para transformar el sistema 911, y los funcionarios de Tucsón estuvieron allí.

Problemas de confianza

Las recomendaciones de políticas, que estaban abiertas al aporte del público, son el punto final en un plan de trabajo que duró un año y en el que participaron más de 100 expertos que representan a los profesionales del 911, socorristas, agentes del orden público, investigadores, defensores de la comunidad, funcionarios de salud pública y otros expertos. Ellos consideran que la promulgación del plan representaría la revisión más significativa jamás realizada del sistema 911 de la nación.

Los datos muestran que solo una cuarta parte de los 240 millones de llamadas realizadas anualmente a los centros del 911 de la nación se relacionan con un delito en curso, pero el mecanismo predeterminado para la mayoría de las llamadas es iniciar una respuesta policial, incluso cuando la policía puede ser más necesaria en otro lugar o no ser necesario en lo absoluto, según Transform911.

Las recomendaciones incluyen la creación de un cargo responsable de informar al presidente de los EEUU sobre mejoras urgentes al 911; crear un grupo de trabajo federal sobre la ética de la tecnología y los datos del 911; apoyar a una fuerza de trabajo del 911 experta y con buenos recursos; hacer que el 911 sea independiente y a la vez igual a otros departamentos de seguridad pública; incorporar las perspectivas de la comunidad para mejorar la respuesta al 911 y reintroducir el 911 al público estadounidense.

Si bien el 911 es un recurso público vital, muchas personas, especialmente las de color, han desconfiado de sus servicios, según se lee en las recomendaciones. Los expertos dicen que construir relaciones entre los profesionales del 911 y la comunidad a la que sirven es esencial para reforzar la equidad y la confianza en el sistema.

Si bien un número creciente de comunidades en todo el país está explorando alternativas a la respuesta policial tradicional del 911, los expertos dicen que los problemas van mucho más allá de quién está disponible para responder a una llamada.

El modelo Nueva Orleans

Nueva Orleans ha estado innovando soluciones para el sistema 911 tradicional durante una década, y lanzó su sistema 311 en marzo de 2012.

NOLA-311 es la opción para los ciudadanos que necesitan servicios que no sean de emergencia, incluidos apagones de alumbrado público, control de plagas, entre otros.

Los residentes pueden llamar al 311 y hablar con un agente de servicio las 24 horas del día, los 7 días de la semana, y los ciudadanos también pueden enviar solicitudes de servicio en línea a través del sitio web de NOLA-311, sus diversas plataformas de redes sociales o a través de un chatbot lanzado recientemente.

Tanto las llamadas al 911 como al 311 son manejadas por el Distrito de Comunicaciones de Orleans (OPCD por sus siglas en inglés).

En 2021, ese distrito respondió 1,2 millones de llamadas y gestionó 600.000 incidentes de seguridad pública individuales, según un artículo de StateTech.

“En un momento, las operaciones de la OPCD y del 911 fueron el punto oscuro de la ciudad. Vimos tiempos de espera de 6 minutos en el 911”, dijo Tyrell Morris, director ejecutivo del OPCD. “La alcaldesa (LaToya Cantrell), junto con la administración en ese momento, dijeron basta. Consolidamos y realmente pusimos en marcha un sistema que satisface las necesidades de nuestra ciudad”.

El distrito de comunicaciones ahora alberga a 182 empleados, cuyo objetivo le hace eco a los sentimientos de Romero.

“Nuestra misión es muy simple: llevar a las personas adecuadas al lugar correcto en el momento correcto, mejor que en cualquier otro lugar del mundo”, dijo Morris. “Ahora mismo estamos enfocados en buscar a las personas adecuadas. A veces es la policía, a veces son los bomberos, a veces son los paramédicoas, pero debemos ser mucho más perceptivos, porque en ocasiones pueden ser otras personas”.

Las iniciativas de Tucsón

Morris, Romero y Kasmar estuvieron entre un puñado de participantes en una transmisión en vivo del evento del 29 de junio en el que se anunció el plan Transform911.

“En 2020... el mundo realmente cambió por la pandemia, pero también por lo evidente que se hizo que los equipos de vigilancia y los sistemas que tenemos francamente no estaban funcionando”, dijo Romero durante el evento.

“No estaban trabajando para comunidades de color, comunidades de bajos ingresos, y no estaban trabajando para nuestros propios trabajadores en la ciudad de Tucsón y en todo Estados Unidos. No estaban trabajando para la policía, ni para los bomberos, ni para las comunicaciones del 911”.

Romero dijo que desde entonces se ha esforzado por tratar de cambiar la infraestructura y los sistemas que estaban “causando más dolor de cabeza y daño que bien” a la comunidad.

La ciudad tiene tres trabajadores sociales en su centro 911 y está trabajando para contratar más trabajadores sociales bajo el Plan de Seguridad, Salud y Bienestar de la Comunidad. El plan, diseñado para abordar las causas fundamentales de la violencia y el crimen (pobreza, falta de oportunidades económicas, entre otras), ha sido una prioridad de Romero este año, como se describe en su discurso sobre el estado de la ciudad de diciembre de 2021.

Desde que Romero asumió el cargo en 2020, el plan de Seguridad, Salud y Bienestar de la Comunidad ha pasado de ser una idea a ser una realidad. La ciudad contrató a un director en enero, quien, en los meses posteriores, ha estado trabajando con los departamentos de seguridad pública, así como con vivienda, cumplimiento de códigos, planificación y desarrollo, tribunales de la ciudad y otros programas más.

El sistema 911 es una parte clave para cambiar la forma en que las comunidades vigilan a sus residentes, dijo Romero.

“Ha sido una prioridad para mí que realmente estemos consolidando los sistemas que necesitamos para hacer vigilancia comunitaria y servir bien a nuestros residentes”, dijo Romero.

La vigilancia comunitaria es una colaboración entre la policía y la comunidad que identifica y resuelve los problemas de la comunidad, a menudo con la ayuda de otras agencias y recursos no relacionados con la aplicación de la ley.

El equipo de Tucsón que asistió al evento Transform911 incluyó a Ryan; Sarah Launius, directora de Seguridad, Salud y Bienestar de la Comunidad; y Sharon McDonough, directora de comunicaciones de seguridad pública.

“Los alcaldes de los EEUU deben apoyar el funcionamiento efectivo del sistema 911 en todo el país. Todos conocen el 911, pero lo que enfrentamos es que debemos reintroducir el 911 en las comunidades”, dijo Romero durante el evento.

El financiamiento de la Ley del Plan de Rescate Estadounidense ha sido fundamental para ayudar a mejorar los sistemas locales de respuesta a emergencias, dijo Romero, pero agregó que depende de los funcionarios electos de todo el país cambiar la gobernanza y las políticas para garantizar una vigilancia comunitaria efectiva.

“Nos tomamos de la mano como profesionales en seguridad pública y nos aseguramos de que los sistemas que creamos juntos realmente funcionen para nuestras comunidades, que estén centrados en las personas y que tengamos los sistemas implementados, de manera que podamos conectar las personas con los servicios disponibles, ya sean creados por su gobierno o creados por organizaciones sin fines de lucro”, dijo Romero.

Además, la alcaldesa señaló la muerte bajo custodia de Carlos Ingram-López en 2020 como una necesidad de cambio. Ingram-López estaba pasando por un ataque de pánico provocado por el uso de drogas, dijo Romero, y agregó que si la respuesta de seguridad pública de Tucsón hubiera estado funcionando bajo un modelo diferente, la situación podría haber terminado de otra manera.

Ingram-López murió luego de ser inmovilizado por agentes de policía de Tucsón el 21 de abril de 2020. El informe de la autopsia mostró que tenía grandes cantidades de cocaína en su sistema y una afección cardíaca preexistente. Sufrió un paro cardíaco mientras estaba inmovilizado, pero la forma de su muerte figuraba en el informe como “indeterminada”.

“Poder que los psicólogos o personas debidamente capacitadas respondan a la situación que está pasando, ese es el objetivo final”, dijo Romero. “Transform911 es el comienzo de lo que estamos tratando de hacer en Tucsón”.

Primeros auxilios del 911

Kasmar dijo durante el evento que, como jefe de policía y ex director interino del centro 911 de la ciudad, cree que las siete recomendaciones nacionales son importantes. Habló extensamente sobre dos de las recomendaciones: hacer que el 911 sea independiente y convertirlo en un socio igualitario de seguridad pública.

“Quiero enfatizar... la necesidad de apoyar y clasificar a los profesionales del 911 como socorristas”, dijo Kasmar. “Los centros de comunicación de emergencia son independientes e iguales a otros sistemas de primeros auxilios que ayudan a mejorar los resultados en todas nuestras comunidades”.

Kasmar dijo que los centros del 911 han pasado de ser “simples estaciones de transferencia de información a (ser) puntos críticos en el ciclo de vida de la seguridad pública”.

Esto significa que las ciudades deben equipar a esos trabajadores para aprovechar una amplia gama de respuestas para satisfacer mejor las necesidades de cada emergencia que enfrenta una comunidad, dijo.


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Contacta la reportera Caitlin Schmidt en el 520-573-4191, en su correo cschmidt@tucson.com o vía Twitter: @caitlincschmidt. Traducido por Claudia Bungard.