Hace cuatro años, el Centro de Investigación de las Misiones del Suroeste (SMRC, por sus siglas en inglés) dejó de llenar los camiones con gente curiosa que recorría el norte de Sonora a lo largo de las rutas que trazó el explorador jesuita Eusebio Francisco Kino.

Los viajes, que se habían realizado por más de tres décadas, se detuvieron por el temor a la inseguridad en los pequeños pueblos.

Pero el centro ha resucitado sus excursiones, empezando con una programada para finales de octubre.

Es una buena señal, no sólo para el centro y sus voluntarios fans de la Pimería Alta, sino para muchos a ambos lados de la línea quienes anhelan la época en la que los viajes al otro lado de la frontera eran comunes, parte de la vida diaria, y no un hecho tan estudiado.

La reanudación de los tours a las misiones refleja la realidad de que los viajes a Sonora no son la actividad peligrosa que alguna vez fueron.

“Esta es la interrelación con México”, dijo Michael Brescia, presidente de la organización sin fines de lucro SMRC y director asociado del Museo Estatal de Arizona de la Universidad de Arizona.

Brescia dijo que el próximo viaje les permitirá a los visitantes “ir más allá de lo que dicen los encabezados”. Sin embargo, los titulares fueron reales para ellos.

Cuando el SMRC canceló sus viajes en el 2010, los residentes del norte luchaban con lo ahorcados que los tenía la lucha de los carteles. Sicarios de los carteles, armados con armas que llegaron desde Estados Unidos, iniciaron un tiroteo entre ellos o contra policías y militares mexicanos en el área de Sáric-Tubutama, unos 65 km al sur de la línea fronteriza.

Hubo muchos tiroteos sensacionalistas que alteraron la tranquilidad del Valle del Río de Altar.

Los turistas se mantuvieron alejados, igual que los arizonenses del sur del estado, quienes tienen fuertes lazos con sus antepasados en los pueblos de Caborca, Oquitoa, Pitiquito, San Ignacio y Magdalena de Kino, en cuya plaza central están enterrados los restos del Padre Kino.

Estas conexiones familiares provienen de mucho antes de la creación de la frontera a mediados de los años 1800.

Kino estableció las misiones en la Pimería Alta, la región generalmente integrada del norte de Sonora y el sur de Arizona, a finales de los 1600.

Las excursiones del centro –que en sus mejores tiempos eran seis al año- llevaron a más de seis mil personas a conocer estas comunidades y a conocer a gente como Doña Chata, la cuidadora de la iglesia de San Ignacio de Cabórica, quien ofrecía un almuerzo los domingos en su pequeño patio con vista a los plantíos regados por la acequia, y Gloria Elena Santini, quien encabezó la restauración de la iglesia de 200 años de antigüedad Purísima Concepción del Caborca, en Caborca, que tiene un diseño y construcción similar al de la Misión San Xavier del Bac al sur de Tucsón.

Brescia dijo que esas conexiones del pasado ahora son algo personal.

Antes de que se tomara la decisión de restablecer los viajes a las misiones, en la primavera se realizó un viaje de prueba un fin de semana, dijo David Yubeta, un voluntario de mucho tiempo que viajó con los docentes de la Misión San Xavier del Bac.

Las ciudades estaban en paz y no había indicios de peligro, dijo Yubeta, un preservador jubilado del Servicio de Parques Nacionales en Tumacácori.

En Tubutama, la policía estaba presente, lo cual le tranquilizó.

Pero lo que más significativo fue que los residentes de los pueblos estaban felices de ver un camión lleno de turistas por sus calles –el primero en muchos años. La gente dio la bienvenida a los seguidores de Kino.

“Preguntaron si los tours habían regresado”, dijo Yubeta.

Dale Brenneman, un integrante del Centro de Misiones, seguramente así lo desea.

Dijo que sus amigos y contactos de Sonora reportan que la vida diaria transcurre en calma a lo largo de la ruta de Kino. “No veo una amenaza particular hacia los norteamericanos”, dijo Brenneman, curador de historia documentada en el Museo del Estado.

Lo que el centro y la gente del pueblo desea es que el próximo autobús de visitantes regrese a Tucsón y que éstos les cuenten a sus amigos y familiares que es seguro viajar a Sonora. “Serán nuestros embajadores”, dijo Brenneman.

El tour está programado para realizarse del 31 de octubre al 2 de noviembre, en el fin de semana del Día de los Muertos. Una segunda excursión se planea para la primavera del 2015.

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Ernesto “Neto” Portillo Jr. es editor de La Estrella de Tucsón. Contáctalo al 573-4187 o en netopjr@tucson.com.