Ernesto Portillo Jr. / La Estrella de Tucsón

Reyna Figueroa y Josh Burnett son estudiantes de la Universidad de Arizona y trabajan para Mi Familia Vota, la organización nacional apartidista que registra a electores de comunidades latinas e inmigrantes para impulsarlos a votar.

Con las importantes elecciones intermedias a unos cuantos días, Reyna Figueroa y Josh Burnett están entusiasmados. Sienten que la cantidad de votos será grande y, específicamente, que la participación de los electores latinos será significativa.

“No tenían urgencia (en 2016). Ahora la tienen”, dijo Figueroa.

Los electores quieren un cambio, dijo Burnett. “Están ansiosos de ver que se hagan cambios”, agregó.

Burnett, de 22 años y originario de Casa Grande, quien es estudiante en el último año de Ciencias Políticas en la Universidad de Arizona, y Figueroa, de 19 años y estudiante de leyes en la UA, trabajan para Mi Familia Vota, la organización nacional apartidista que registra a electores de comunidades latinas e inmigrantes para impulsarlos a votar.

Desde la elección general del 2016, encuestadores pagados y voluntarios de Mi Familia Vota se han organizado y caminado tocando puerta por puerta, hablando con electores potenciales y ya registrados. Y conforme los meses se fueron reduciendo a semanas y luego a días para el día de la elección (6 de noviembre), Figueroa y Burnett confían en que su esfuerzo y el de sus compañeros rendirá frutos.

En cada proceso electoral de las últimas tres décadas se ha resaltado el papel que juegan los latinos en las elecciones. Conforme crece el porcentaje de latinos entre la población, también lo hace la promesa de más electores latinos. Los números han ido en aumento, al igual que los esfuerzos por ganar el apoyo de los votantes.

A nivel nacional, según el Fondo Educativo de NALEO (siglas en inglés de National Association of Latino Elected and Appointed Officials), se espera que la participación latina en estas elecciones intermedias supere a la de hace dos años.

Se prevé que a nivel nacional voten más de 7.8 millones de latinos, lo que sería un incremento del 15 por ciento en participación y 7 por ciento de aumento en la proporción de votantes latinos con respecto al total de los electores en el 2014.

En Arizona, NALEO (traducida como Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos) estima que más de 486 mil latinos emitirán sus votos. Ello representaría un incremento en el estado del 33 por ciento en la participación de los latinos y 10 por ciento más en la porción de votos latinos con respecto al total del 2014.

Sandy Ochoa, directora de Mi Familia Vota en Tucsón, comparte ese optimismo de que este 6 de noviembre la participación latina será más grande de lo que fue hace dos años. La fuente de su optimismo es que los trabajadores de Mi Familia, unos 40 por día, se han enfocado en educar a los electores sobre el proceso de votación y ayudarlos a entender la boleta.

Encuestadores pagados han estado en lugares determinados hablando con los electores que recibieron su boleta por correo. Les preguntan si ya la llenaron y la enviaron, y si no lo han hecho, los animan a completar su voto.

“Si no la han mandado, volvemos a buscarlo dos o tres veces”, dijo Ochoa, ex empleada jubilada del Condado Pima y ex organizadora sindical. “Estamos siendo persistentes”.

Selina Ramírez, organizadora de 23 años de edad, dijo que los electores que no votan o que están reacios a hacerlo suelen mencionar la falta de conocimiento sobre el proceso, dicen que no hablan inglés o que no sabían que podían votar.

Figueroa dice que el contacto personal que establecen con los electores es clave. Es trabajo territorial, organización tradicional, y muchas veces puede ser más efectivo que el contacto tecnológico vía mensajes de texto o llamadas telefónicas por computadora, dijo Figueroa, egresada de la preparatoria Mountain View en Marana.

“Eso hace la diferencia. Especialmente ahora”, dijo.

Ramírez, quien ha estado con Mi Familia Vota por tres años, siente que el potencial incremento en la participación de electores latinos está vinculado a la creciente frustración y desaprobación de las condiciones políticas y sociales actuales en el país.

“Están enojados por la forma en que se está conduciendo a Norteamérica. Los latinos lo están sintiendo”, dijo.

Ramírez dijo que los electores latinos en toda la ciudad, no sólo en las áreas del sur y el oeste, donde predominan los habitantes latinos, están expresando miedo sobre la dirección del país y su desaprobación ante la falta de financiamiento estatal a la educación pública.

Dijo que el movimiento estatal #RedforEd se hizo conocido en la comunidad latina y que el paro laboral de maestros de este año podría afectar las elecciones estatales.

Figueroa dijo que el trabajo ha sido duro y las horas largas, pero ha sido satisfactorio.

“Nuestros esfuerzos no están pasando desapercibidos”, dijo.


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Ernesto “Neto” Portillo Jr. es editor de La Estrella de Tucsón. Contáctalo en netopjr@tucson.com o al 520 573-4187.

Traducido por Liliana López Ruelas.