Sólo tres managers han rebasado las 600 victorias en la Liga Mexicana del Pacífico. Uno de ellos está activo.

Se trata de Lorenzo Bundy, y acaba de rebasar tal cifra. Si no es esta semana será la próxima cuando Bundy supere a Benjamín “Cananea” Reyes en el segundo lugar de la lista de todos los tiempos. El famoso “Pelón Mágico” se retiró con 605 éxitos.

En primer lugar está Francisco “Paquín” Estrada, quien se encuentra por encima de las 800 victorias. Por cierto, “Paquín” estaba en el Estadio Sonora de Hermosillo el día que Bundy llegó a 600 triunfos.

Para llegar a estos terrenos Lorenzo debió empezar muy joven dirigiendo equipos. Fue a los 32 años de edad cuando llegó por primera vez manejando a los Mayos de Navojoa en la LMP, y de inmediato resultó el mánager del año.

Tiene la fama de ser un genio de la comunicación. Sabe cómo hablarle al pelotero, sobre todo cuando se trata de decirle que lo tendrá que sentar por un tiempo. No ha llegado aún a dirigir en la Major League Baseball. Sin embargo, ya fue tomado en cuenta como candidato, así es que en cualquier momento pudiera venir su oportunidad.

Obviamente, ese es su sueño. Cualquiera diría que está cerca. Tiene también más de dos décadas como mánager o instructor en Estados Unidos, ha llegado a ser coach de la MLB varias veces, incluso actualmente es el coach de tercera base de los Dodgers.

Persona respetada que actualmente dirige a los Mayos de Navojoa, está difícil que se convierta en el número uno en triunfos en todos los tiempos en este circuito. Pero eso lo digo no tanto porque no le vayan a ofrecer trabajo dentro de poco, más bien porque es muy probable que le ofrezcan algo en la MLB que no lo deje seguir en la pelota invernal mexicana.

Tiene docenas de anécdotas relacionadas con el beisbol mexicano. Una de mis favoritas es la relacionada con el último jonrón que dio el famoso Héctor Espino en su carrera con Naranjeros de Hermosillo. Ello ocurrió cuando Bundy jugó con Tomateros de Culiacán, porque resulta que antes de manejar llegó a jugar en México.

Estaba Espino en el estadio de Culiacán al final de 1984 y pegó su segundo jonrón del año. En su siguiente turno recibió una base por bolas y llegó a primera base, donde fildeaba Lorenzo, quien le dijo a Espino que ya no diera otro cuadrangular para decirle a sus nietos que había estado presente en el partido donde dio su último cañonazo.

Y así fue. De ahí se pasó Espino a la última serie del año y no dio otro jonrón. Así es que Lorenzo tiene algo bueno qué contarle a sus nietos.

Estoy seguro que tiene docenas de anécdotas más para contarles a los nietos, ya ve que en los últimos años ha enviado señales desde el cajón de coach de tercera base para los Dodgers, equipo que tiene a uno de los corredores más difíciles de controlar, Yasiel Puig.

Pero la mejor historia sería platicar su arribo a la dirección de un equipo de la MLB, todo lo que aconteció. Ya veremos si esto se da dentro de poco.

El primer cambio

Eran varios los mánagers en peligro de ser despedidos por su mal inicio de temporada en la LMP, pero la nota la dieron los Naranjeros de Hermosillo luego de tomar la decisión de despedir al coach de bateo Alonso Téllez.

Estaban metidos en una pésima racha de porcentaje de bateo con corredores en posición de anotar. Iban de 99-20 (.202), tenían un promedio de 3 carreras por partido, a pesar de ser uno de los mejores en porcentaje de bateo.

Tan pronto se dio el cambio de coach, pasando Cornelio García a tomar ese puesto, hicieron 16 carreras en los siguientes dos partidos y se fueron de 20-9 (.450) con corredores en posición de anotar.


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