Por American Heart Association News

Por muchos años, Hortensia Pérez no siguió los consejos de sus médicos. Haz ejercicio y come saludablemente, le recomendaban a la paciente con presión arterial alta. Hizo cambios sólo a partir del otoño del año pasado, cuando su médico le dijo que tenía dos diagnósticos nuevos: colesterol alto y prediabetes.

Empezó a hacer más ejercicio y dejó las tortillas, las sodas y las hamburguesas de McDonald’s que comía con frecuencia. Y el mes pasado, Pérez completó un programa de cuatro meses de educación de salud en East Palo Alto, California.

“Todo me gusta del programa”, dijo la mujer de 48 años que se dedica a limpiar casas. “Pero me gusta más cómo te hablan y cómo te explican”.

Pérez fue una de 75 participantes en el programa del centro de salud Ravenswood Family Health Center.

Los participantes se reunían una vez al mes con los instructores para aprender sobre los riesgos de la presión arterial alta y cómo reducir el estrés y comer saludablemente.

La chef y autora de libros de cocina de San Francisco Anna V. Zulaica les enseñó cómo preparar comidas con menos sal y grasa y comer las porciones correctas de carnes y vegetales. Se ofrecieron sesiones de Zumba y de resucitación cardiopulmonar.

Martha Escobedo, asistente médico y asesora de salud de la clínica, dijo que los pacientes con presión arterial alta a quienes había reclutado para participar en el programa estaban muy motivados para mejorar su salud. Muchos se inscribieron en clases de Zumba y han preparado las recetas que aprendieron en el programa.

“Lo que estoy viendo es que se dan cuenta de que el ser saludable no tiene que ser aburrido”, dijo Escobedo.

Bájale a la presión

El Ravenswood Family Health Center provee servicios de cuidados de salud a más de 14 mil adultos y niños de bajos ingresos en el sector de East Palo Alto. Más de la tercera parte son pacientes que no tienen seguro médico y casi tres cuartos de ellos son hispanos o latinos. Las clases sobre la presión arterial se impartieron en inglés, español y tongano.

Los programas educativos como el de California son cruciales para ayudar a las familias a ser saludables, dijo Sharon Cox, una dietista certificada del Sistema de Salud y Hospital Parkland en Dallas.

“Deberíamos de comenzar con los niños”, dijo, porque los hábitos poco saludables de los adultos pueden afectar a sus hijos y a las generaciones futuras.

Aproximadamente dos terceras partes de los participantes del programa eran hispanos o latinos. Según estadísticas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC por sus siglas en inglés), a pesar de que los blancos tienden más a tener presión alta, los hispanos tienden mucho más a tener presión alta no controlada.

La información muestra que la presión arterial alta es más común en los negros. Además, según estadísticas anteriores de los CDC, la presión arterial alta ocurre más en personas de origen hawaiano y personas oriundas de las islas del Pacífico que en los blancos.

Escobedo y cinco de sus colegas recibieron capacitación especial para el programa y aprendieron técnicas efectivas para estimular a los pacientes a llevar vidas saludables. Los organizadores del programa calculan que los participantes vieron bajar un promedio de 10 puntos su presión arterial sistólica, el número superior en la lectura de la presión.

Para Pérez, el programa representó la primera vez que recibió una guía práctica sobre cómo cocinar comidas saludables e incorporar ejercicio a su rutina. La mayoría de sus médicos nunca le habían dado instrucciones de cómo hacer esos cambios exitosamente.

Hoy, tiene una presión arterial normal y ha bajado 10 libras.

Los hábitos saludables de Pérez los han adoptado también su esposo, Luciano, quien tiene diabetes, y sus cuatro hijos que viven con ellos; aunque, la verdad, los hijos no son muy amigos de sus jugos verdes.


Become a #ThisIsTucson member! Your contribution helps our team bring you stories that keep you connected to the community. Become a member today.