El 27 de julio pasado, un nuevo video se volvió viral en Facebook.

Era una chica de apariencia sencilla, con su guitarra y su canto, dejando en claro que las feministas no merecen ser descalificadas ni insultadas. Que defender los derechos de la mujer no las hace ir en contra de los hombres. Que en su lucha no hay cámaras de gas ni opresión. Que una feminista no es una ‘feminazi’.

Y lo pudo haber dicho en inglés, en español, en francés o en italiano, idiomas que Renee Goust domina, pero lo hizo con sus "pedacitos de corazón auditivo" y al ritmo de cumbia, de La Cumbia Feminazi.

Nacida en Tucsón y criada en ambos Nogales, Renee narra en su composición que “Un incógnito virtual, por quererme provocar, me dijo feminazi. Me alejé sin responder. Poco insulto puede haber que llegue a compararse”.

La canción fue escrita después de escuchar muchas veces el término ‘feminazi’ para descalificar e insultar a las faministas. “Se trata de una experiencia personal”, dijo Renee en conversación telefónica desde Brooklyn, donde vive.

“Mi primera inconformidad es que se distorsiona el feminismo. Si le llamas así, le das una connotación negativa a la lucha, y no la tiene”, dijo. “Es un arma del machismo”.

En su página de Facebook, Renee compartió que "el ignorante término 'Feminazi'" fue acuñado en 1992 por Rush Limbaugh, comentarista radial y republicano de ultraderecha, "para describir a las mujeres que en ese momento luchaban por el derecho a decidir sobre su sistema reproductivo y su cuerpo".

Limbaugh escribió en uno de sus libros, "The Way Things Ought to Be", que fue su amigo el economista Tom Hazlett quien inventó el término, pero es el locutor quien se ha distinguido en Estados Unidos por utilizarlo públicamente. Según versiones periodístas, Limbaugh argumentó que está dirigido a las mujeres que no tienen reparo en practicarse varios abortos.

“Qué poca sensibilidad hay que tener para tomar algo tan cruel, tan históricamente hiriente, y pretender usarlo para imponerse”, canta Renee con esa mezcla de voz ligera y sutil pero apasionada y alegre a la vez. “Ten respeto por un pueblo entero que sufrió”.

Para la sonorense-arizonense de 29 años de edad, el origen del problema con las personas que denigran a las feministas es el mismo que el del racismo, el clasismo o la homofobia: No partimos de la base de que primordialmente somos seres humanos y que no hay por qué agredirnos.

“En ninguna de las ocasiones en que me han llamado así yo he estado teniendo una postura grosera”, dijo Renee, quien en sus días de estudiante en Lourdes Catholic School en Nogales, Arizona, supo lo que es el bullying.

Pero también supo muy pronto en su vida que lucharía desde su espacio en contra de la intimidación y la injusticia. “La injusticia me enoja, me rebasa”, confió. “E intenté hacer algo positivo con esos sentimientos”.

Le pone sabor

Antes de emigrar de Nogales, antes de la música y los idiomas, Renee Goust aprendió a trabajar.

Siendo niña, sus papás se levantaban de madrugada para vender tortas en la cajuela de su carro afuera de una maquiladora de Nogales, Sonora. Esa misma fábrica les abrió después la oportunidad de manejar el comedor.

Lo hicieron bien, lo repitieron, y ahora son propietarios de una cocina industrial que alimenta a miles de obreros de esa frontera.

Renee y Luis, uno de sus dos hermanos, heredaron el gusto por la cocina y se han preparado. Él es cocinero en Nogales, Sonora, y ella lo es en Nueva York, en un afamado restaurante de comida española. Su otro hermano, Miguel, es fotógrafo en Nueva York.

Renee, cuyo nombre original es Ilse Renee Herrera, egresó de la carrera de música de la Universidad de Guadalajara en el 2007. En aquel tiempo pertenecía a una banda de rock en la que ella tocaba el piano. La guitarra la aprendió después, de forma autodidacta. Luego viajó por Francia e Italia, para después instalarse en Nueva York.

El próximo mes de septiembre regresará a Guadalajara para grabar dos discos bajo el formato de EP, uno en inglés y uno en español. En este último incluirá La Cumbia Feminazi con nuevos arreglos y músicos. “Quiero que la gente la baile”, dijo.

Y a juzgar por la respuesta de la gente, es muy probable que lo logre.

Una semana después de subir el video a su página de Facebook, había sido visto más de 200 mil veces y compartido por más de 5 mil usuarios.

Y es que no por agudos algunos versos de La Cumbia Feminazi son menos graciosos:

“Libertina vete a casa. Vete a plancharle la ropa a tu marido. Y no es que uno sea machista, pero, ¡Óigame! Ya creen que se mandan solas, ¿pues qué es eso, pues? Descuidaron la familia y a mí nadie me hace wey, no tendré trono ni reina pero sigo siendo el rey.

“Ayyy, pero qué poca”.


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