Siempre se ha puesto en debate qué es más difícil de lograr en el beisbol, si un juego sin hit ni carrera o un ciclo.

En la historia de Major League Baseball van muy parejos. Es casi igual de complicado, de acuerdo a las ocasiones en que se han conseguido; en el 2015 van empatados a 4 ocasiones.

El ciclo, recordar que es cuando un bateador da al menos un sencillo, un doble, un triple y un jonrón en un partido; el juego sin hit ni carrera es cuando un lanzador trabaja las nueve entradas (o menos si hay suspensión por lluvia) y no permite hit ni anotación. Es verdad que van parejos en las veces que se han alcanzado estas hazañas.

Donde me parece que van algo disparejos es en las aproximaciones, porque creo que al menos una vez cada dos noches un bateador se queda a un batazo del ciclo, que vendría a ser el 75 por ciento del trabajo total.

A la hora de sacar cuentas de cuánto viene siendo el 75 por ciento en un juego sin hit ni carrera viene siendo 6.2 innings, y me parece que no se dan tan seguido este tipo de aproximaciones, que un pitcher pierda la joya de la séptima entrada en adelante.

Así es que diría que hay más oportunidades para los bateadores, son más las veces que se aproximan a la hazaña.

Precisamente, los San Diego Padres se veían como un equipo que iban a ser una buena referencia para este debate, porque jamás habían logrado ni una cosa ni la otra. Hasta que la semana pasada su jardinero Matt Kemp logró el ciclo en un partido en el Coors Field de Denver.

Los Padres llevan más de 7 mil 500 juegos en la MLB, y finalmente tienen a un bateador con sencillo, doble, triple y jonrón en el mismo partido. Ahora solo siguen esperando a un pitcher que logre lanzar las nueve entradas sin imparable y sin anotación.

Y mire lo que son las cosas, dos días antes de que Matt Kemp resultara el hombre de la noche en la pelota de Grandes Ligas, por Seattle se lograba un no hitter con la estupenda actuación del japonés Hisashi Iwakuma, también el pitcheo dio de qué hablar por estos días.

Incluso a los Arizona Diamondbacks por poco y los dejaban sin hit ni carrera. Shelby Miller de los Atlanta Braves llegó hasta la octava entrada sin permitir imparable.

Aquí habría que decir que hay cierto tipo de peloteros que hacen ver las cosas fáciles, porque Adrián Beltré este año logró su tercer ciclo en la MLB, es la máxima cantidad alcanzada por un bateador, y si nos vamos a la hazaña del pitcheo, Nolan Ryan es quien más juegos sin hit tiene, logró la gigantesca cifra de siete.

Así es que si ponemos al mejor en cada departamento el pitcheo domina, le pone más sabor al debate de que es más difícil de alcanzar.

Los Arizona

Diamondbacks

Este equipo lleva más joyas de bateo que de pitcheo. Luis González pegó el primer ciclo en el juego 408 de los Diamondbacks, en julio del año 2000; en total llevan seis. Por su parte, Randy Johnson lanzó el primer sin hit (fue perfecto) en mayo del 2004, en el partido 1010 en la historia de Arizona en temporada regular, el único que ha repetido un doble cero en esta organización ha sido Edwin Jackson.


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