Oscar Soria

Emotivo homenaje el que se dio la semana pasada a Randy Johnson. Los Arizona Diamondbacks retiraron el número 51, el que portó durante las ocho temporadas que estuvo con ellos el zurdo que desde hace tres semanas también es miembro del Salón de la Fama.

Vimos en el homenaje a un Randy Johnson muy distinto al que vimos en su época de pelotero, mil veces más expresivo; se emocionó en varias ocasiones con tantas sorpresas que le tenían preparadas.

Hizo mención de muchas personas, sobre todo de ex compañeros en Arizona, se detuvo un poco cuando mencionó a Matt Williams diciendo que siempre lo vio como el que tenía su mismo tipo de personalidad a la hora del juego.

Entre los que mencionó estuvo el ex beisbolista mexicano Erubiel Durazo, quien después nos compartió su emoción por ese detalle, fue algo especial para él y seguramente para los demás que destacó en su discurso Randy Johnson.

Hace dos semanas llegué a comentar en este espacio de La Estrella de Tucsón sobre quién pudiera ser el próximo elemento que represente a los Diamondbacks en el Salón de la Fama, hasta ahora el que va por el mejor camino es Paul Goldschmidt.

Precisamente ese día del homenaje a Johnson, la pregunta de muchos era similar, ¿cuál irá a ser el próximo número retirado en Arizona? Todos apuntaron al 44, el número de Goldschmidt.

Lo curioso es que Johnson destacó en su discurso que ya incluso como “big leaguer” jamás imaginó llegar a donde llegó, era un pitcher descontrolado que estaba batallando para establecerse en la Major League Baseball a inicios de la década de los noventas. Era el Rey, pero no del ponche sino de la base por bolas.

De ahí que un pronóstico a estas alturas para algo de tales dimensiones sea de lo más difícil de atinar, probablemente el 44 jamás se retire en Diamondbacks, capaz de que el próximo sea el 11 de A.J. Pollock, el 16 de Chris Owings, pudiera ser el 24 de Yasmany Tomás.

Imposible que por allá de 1990 alguien hubiera imaginado que Randy Johnson iba a ser homenajeado 25 años después con el retiro de su número. Se lleva uno muchas sorpresas en el beisbol.

La casa gana

Se supone que jugar como local es algo que pesa en el deporte, se notó el martes pasado en la jornada de la MLB cuando todos los equipos de casa ganaron, quedaron con récord de 15-0, fue la mejor jornada en la historia para los de casa en el beisbol de Grandes Ligas.

Antes se tenía la percepción de que los ampayers se inclinaban a favor de los locales en la mayoría de las jugadas cerradas, como que el factor público pesaba lo suficiente para inclinar la balanza en una decisión cerrada.

Pero ahora con la tecnología jugando un papel importante en este deporte se ha acabado esa supuesta ventaja de los locales, cualquier marcación equivocada puede ser cambiada a favor del visitante gracias a la repetición de la TV.

Noté el año pasado que el récord de los visitantes era uno de los mejores en la historia, por ahí del mes de agosto estaban amenazando con tumbar la marca del mejor porcentaje de ganados y perdidos, que es de .494, conseguido en la temporada de 1917.

Por supuesto que lo que estaba ocurriendo el año pasado era para pensar que la tecnología le estaba quitando al local la ventaja que anteriormente tenía, la presión del público para el ampayeo a la hora de marcar las jugadas cerradas.

Y ahora resulta que en esta época en que los de casa no tienen las ventajas de antes se presentó algo histórico, un día con récord de 15-0.


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Contacta a Oscar Soria en: oscsoria@aol.com.