Fue en Douglas, Arizona donde le pusieron el nombre de Erubiel Durazo a un estadio de beisbol para la juventud, ocurrió el martes 1 de mayo.

Tuve la oportunidad de estar en la ceremonia donde homenajearon a Erubiel, y vaya que fue enriquecedor escuchar anécdotas de cuando el ex “big leaguer” mexicano anduvo jugando en partidos de ligas semi profesionales en esa área.

Y es que, geográficamente hablando, fue un excelente lugar para homenajear a Erubiel. Dejó huella en Agua Prieta, Sonora, frontera con Douglas. Escuché algunas de sus hazañas, como cuando le propinaron tres ponches seguidos y creyeron que finalmente lo habían encontrado en su mal día, hasta que en el cuarto turno pegó uno de los jonrones más largos vistos en Agua Prieta.

Una de las anécdotas curiosas que recuerdo de Erubiel y su relación con Tucsón fue precisamente cuando el año en que llegó a la organización de los Arizona Diamondbacks compraron su contrato a los Sultanes de Monterrey, previo a la temporada de 1999. El director de desarrollo de peloteros lo quería asignar a Clase A, porque apenas estaba llegando a la organización.

Roland Hemond, que es un directivo de los más respetados en la MLB, fue clave en la firma de Erubiel y sugirió lo mandaran a El Paso, Texas, donde estaba la Doble A del equipo. Hemond sentía que estaba muy por encima del nivel de Clase A, y aparte con tanta comunidad mexicana en El Paso iba a ser benéfico en la promoción del club.

En dos meses Durazo quemó la Doble A. Estaba bateando .403 con 55 carreras producidas y mejor lo subieron a Triple A, a los Tucson Sidewinders, otro equipo con fuerte presencia de aficionados mexicanos.

Recuerdo entonces la felicidad del departamento hispano de los Sidewinders, estaban encantados con la presencia de Erubiel. Rápido empezaron a aprovechar su imagen. Hicieron pósters de Erubiel, programaron visitas a algunos puntos de la ciudad.

El departamento no podía estar en mejores condiciones con la llegada del sonorense. El problema fue que en Tucsón duró menos tiempo que en El Paso, porque en un mes mantuvo un promedio de bateo arriba de .400 y pegó 10 jonrones, así es que lo subieron a la MLB.

Los Arizona Diamondbacks estaban en gran temporada con aspiraciones de playoffs y sabían del valor de Durazo, los podía ayudar.

Y así fue, Durazo bateó .329 en poco más de dos meses en el equipo grande. Se dio tiempo para dar 11 jonrones y remolcar 30 carreras, un año de ensueño en tres niveles, coronando su actuación jugando playoffs en el mejor beisbol del mundo y convirtiéndose en el primer jugador de Diamondbacks en pegar un jonrón en postemporada.

El valor de Durazo para Diamondbacks fue grande en aquel primer viaje de la franquicia a playoffs. También Erubiel en Phoenix se convirtió en una poderosa imagen en el mercado hispano.

Hasta la fecha, estoy convencido de que no ha habido otro pelotero mexicano en Arizona que haya provocado más visitas de sonorenses al Chase Field de Phoenix. Erubiel era uno de los principales atractivos.

Miles de motivos tenía Diamondbacks para poner el nombre de Erubiel Durazo a un estadio destinado a la juventud, un ejemplo a seguir para ellos, un pelotero mexicano que tuvo mucho éxito en Arizona y se mostró emocionado en el discurso ofrecido a los cientos de presentes en la ceremonia en Douglas.


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