Como el buen Wildcat que soy, disfruto leer sobre récords que se rompen, obstáculos que se superan y objetivos que se elevan una y otra vez en la UA.
Aquí tenemos otro, aunque no se haya dicho mucho sobre esto.
El próximo presidente del estudiantado de la Universidad de Arizona es latino. Aunque eso no es noticia. Ha habido otros líderes estudiantiles latinos.
La nota es esta: Dos latinos han sido electos consecutivamente como presidentes de la Asociación de Alumnos de la UA (ASUA).
Una señal inesperada y positiva del campus donde los estudiantes latinos, de acuerdo a los datos de inscripción del otoño pasado, conforman cerca del 25 por ciento de los casi 33 mil alumnos a nivel licenciatura de la UA.
Issac Ortega, quien a sus 22 años es el presidente saliente de la ASUA, egresado de la preparatoria Pueblo y criado en el barrio de Midvale, al suroeste de Tucsón, no pensó que dos latinos serían electos de forma consecutiva. Felicita a sus compañeros Gatos.
“Se habla mucho del tipo de liderazgos y la diversidad y los estudiantes que tenemos en Arizona”, dijo Ortega en una conversación telefónica el pasado 14 de mayo, mientras se alistaba para la convocatoria del viernes en el Colegio Eller y para la ceremonia de graduación del sábado 16 en el Estadio Arizona.
La salida de Ortrega es el ingreso de Manuel Félix.
Félix, de 21 años, creció en Magdalena, Sonora, y cuando su mamá se volvió a casar su mudó a Nogales, Arizona, donde estudió la preparatoria en Nogales High School. Ahí jugó tenis con el equipo de la escuela y fue presidente de su generación por tres años consecutivos. Está haciendo una doble carrera en ciencias políticas y traducción e interpretación legal al español.
Igual que Ortega, Félix enfrenta grandes retos como presidente de la ASUA: detener o al menos reducir el incremento del costo de la matrícula y los recortes a la educación.
Félix dijo que el reciente aumento impuesto por la Junta de Regentes del estado intensifica el estrés en los estudiantes y en sus familias en la búsqueda de formas de financiar la universidad. A principios del mes, los regentes aumentaron el costo de inscripción en 4.4 por ciento para los nuevos estudiantes residentes del estado y 2.8 por ciento para los estudiantes actuales que se inscribieron en un programa de cuotas de inscripción garantizadas.
Los líderes estudiantiles de las tres universidades públicas de Arizona deben redoblar sus esfuerzos y presionar a políticos estatales para restringir los aumentos a las matrículas y los recortes financieros a la UA, a la Universidad Estatal de Arizona (ASU) y a la Universidad del Norte de Arizona (NAU), dijo Félix.
A muchos estudiantes, el aumento en los costos de inscripción los pone en serias dificultades económicas.
Ortega, quien se está graduando con un título en economía empresarial, debe 23 mil dólares en prestamos educativos. Aunque le espera un empleo con una firma grande en San Francisco, su deuda escolar es debilitante.
La educación y el empleo son los objetivos últimos de los estudiantes universitarios, pero el incremento en los costos de inscripción pueden, y de hecho lo hacen, derrumbar sus planes, dijo Ortega, quien por poco se salía de la UA a finales de su primer año en la universidad por los altos costos.
Ortega y Félix entienden la realidad política del estado: los aumentos a las matrículas están bajo la dirección de la Legislatura y del Gobernador.
“Es difícil verlo”, pero las acciones del estado muestran “que no se valora la educación superior”, dijo Ortega. “No queremos ver que se deje la calidad en la educación. Tenemos gente que nos apoya en el Capitolio estatal, pero están alejados y son pocos”.
Sin embargo, son cautelosamente optimistas. Ortega dijo que le daba gusto que los regentes hubieran adoptado el programa de matrícula garantizada. Éste les da a los estudiantes actuales que son residentes del estado, y que ingresaron al programa, un respiro ante cualquier incremento futuro en los costos de inscripción. Pero subrayó que los alumnos actuales y futuros de la UA necesitan hablarles de frente a los funcionarios públicos estatales sobre los costos futuros de la educación.
Félix enfrentará sus tareas con las convicciones que le inculcó su familia, especialmente su abuelo materno, ya fallecido, Manuel Félix, un ganadero que fue alcalde de Magdalena.
Su tata le enseñó que él tiene que trabajar el doble que cualquier otra persona.