Netflix

La serie Las Crónicas del Taco, de Netflix, se divide en seis episodios, cada uno retratando un tipo de taco y sus mejores creadores en México. Por supuesto, hubo una parada forzosa en Sonora.

Para La Estrella de Tucsón

Dicen que lo más representativo de un país es su comida típica: si se piensa en Italia el primer plato que vendrá a la cabeza será la pasta o la pizza; de Japón aparecerá el sushi, de Suiza el fondue, de India el curry, de España la paella, la hamburguesa en EE. UU., el asado en Argentina y, por supuesto, en México no podría faltar el delicioso taco.

Para conocer más a fondo de esta delicia culinaria tan mexicana y para abrir el apetito de cualquiera, Netflix ha realizado la serie documental Las Crónicas del Taco (2019), en donde conoceremos los secretos de los mejores tacos y taquerías de México, así como los diferentes estilos de este emblemático antojito que sacia a diario el hambre y el antojo de millones.

TAQUITO DE OJO

La serie está dividida en seis suculentos episodios y cada uno recibe por nombre un estilo en particular: Pastor, Carnitas, Canasta, Asada, Barbacoa y Guisado. Ya sé, hay decenas de ellos más, pero para ello Netflix ya prometió una segunda temporada.

En al Pastor, el estilo más emblemático de la Ciudad de México, veremos cómo se sazona la carne y cómo se ensarta en una estaca de metal para ponerse luego a asar frente al carbón; eso sí, coronado con su piña. Y aunque es en la capital donde sabe mejor (según los puristas), hay otros lugares del país que no se quedan atrás y han aportado algunas deliciosas variantes.

DE TACOS, TAQUEROS Y TACÓLOGOS

El verdadero sabor de esta producción de Netflix está, en primer lugar, en mostrar en detalle la elaboración del taco. Y es que ver la carne humeante en un perfecto acercamiento mientras es partida por un cuchillo, o cuando la cuchara se desliza a lo largo para descargar la salsa, o incluso cuando los dedos del taquero dejan caer la cebolla y el cilantro, es todo un deleite para los ojos.

El otro elemento que adereza este documental es, indudablemente, el taquero. Algunos más pintorescos que otros, son ellos los que de manera natural y simple definen al taco en su verdadera esencia, sin intentar adornarse tanto como lo hacen los intelectuales entrevistados, quienes por buscar el adjetivo más lucidor se alejan de la naturaleza del objeto en cuestión, que si por algo sobresale es por su sencillez.

A pesar de que la serie no está pensada para ser cómica, la verdad es que uno se sorprende de la cantidad de humor presente en ella, y no sólo por la voz de los actores y actrices que hacen hablar al taco en primera persona para describirse a sí mismos, sino por el carisma de los propios taqueros y algunos clientes, los cuales imprimen a los establecimientos un sabor similar al de la comida que ahí se ofrece.

DE LA FRONTERA PARA ABAJO

Y si los de Pastor son emblemáticos de la Ciudad de México (con su adobo secreto y su piña), hay que ir a Michoacán a probar los de Carnitas (con su carne de cerdo frita con su misma grasa), a Hidalgo para los de Barbacoa de borrego (con su carne envuelta en pencas de maguey y cocinada en un pozo), a cualquier calle para encontrar los de Canasta (que sudan ahí mismo en la canasta envuelta en plástico) y a Sonora para saborear los verdaderos tacos de Asada (con su tortilla de harina, su buen puñado de carne de res y su guacamole, cebollita y cilantro).

Por cierto, la voz del taco de Asada afirma contundentemente que, aunque en el otro lado (EE. UU.) no están tan mal, los verdaderos tacos de asada se encuentran de la frontera para abajo. Y para muestra, una mordida.

Hasta la próxima.


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José María “Chema” Rodríguez es crítico de cine y tv radicado en Guadalajara, Jalisco, México. Contáctalo en chema16sep@hotmail.com.