Las novelas de Agatha Christie se distinguen por construir misterios sabrosos que cumplen cabalmente con los ingredientes indispensables para crear una buena intriga: un asesinato, varios sospechosos, pistas falsas, planes maquiavélicos, un suspenso constante y la poderosa capacidad de deducción de un personaje que puede reconstruir los planes más intrincados con sólo seguir las pistas adecuadas.

Hercule Poirot (Hércules, en español) es el detective que protagonizó la respetable cantidad de 33 novelas y 50 relatos cortos escritos por Christie. De ascendencia belga, bigotes retorcidos y agudísima inteligencia, Poirot es una mezcla de varias personalidades, tanto reales como ficticias, que la autora fusionó de manera brillante.

Fue en 1920 que apareció por primera vez y su presencia ha sido casi tan importante e influyente como la del mismísimo Sherlock Holmes en el género de misterio, de quien Christie no negó su inspiración.

Murder on the Orient Express (Kenneth Branagh, 2017) es la más reciente adaptación a una de sus obras (y, de hecho, una de las más populares), la cual viene cargada de personalidades que componen un elenco de primer nivel: Michelle Pfeiffer, Johnny Depp, Penélope Cruz, Judi Dench, Josh Gad, Willem Dafoe, Daisy Ridley y el propio Branagh como el detective Poirot.

La trama, en su mayoría, coincide entre novela y película: estando hospedado en un hotel de Estambul, Poirot (Branagh) recibe un telegrama en el que se le pide que cancele sus compromisos para regresar a Inglaterra; para hacerlo, toma el Orient Express que parte esa misma noche.

Un detalle ocurrido en ese momento tiene sentido posteriormente, el cual consiste en la extraña petición de un norteamericano que también se hospeda en el mismo hotel y que, a su vez, también planea tomar el mismo tren.

El susodicho es un sujeto de nombre Ratchet, el cual teme por su vida y quiere contratar a Poirot para que lo proteja; sin embargo, la petición es rechazada por el famoso detective.

El resto de la historia transcurre en el interior de un lujoso y elegante tren (mismo que le da título a la película), en donde viajan hombres y mujeres de clase alta, preocupados (varios de ellos) de impresionar al resto con su opulencia (esto queda claro durante la primera noche).

En la segunda noche el detective es despertado varias veces por diversos motivos, incluyendo un grito proveniente del compartimento del pasajero norteamericano que antes le pidió protección.

Es al día siguiente que se descubre el asesinato del tal Ratchet (cuyo pasado guarda algunos detalles muy oscuros), momento en que se desata una serie de eventos que harán que la mente aguda del investigador se ponga en marcha para desenmascarar al autor del crimen.

El elemento sabroso mencionado al inicio consiste en un curioso detalle: al parecer, los 13 pasajeros de ese vagón tenían motivos suficientes como para asesinar a la víctima, así que Poirot tendrá que averiguar quién o quiénes de todos es el culpable.

Hasta la próxima.


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