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Cutline

De todas las películas de la saga Fast and Furious, cuya popularidad alcanzó para que la dupla Diesel/Walker hiciera otras cinco, la que más me ha gustado (la única, realmente) fue la sexta entrega (Justin Lin, 2013); y es que este capítulo llevó el grado de espectacularidad a otro nivel sin reparar ni un poquito en la credibilidad de las acrobacias.

Las primeras cinco, en mi opinión, no fueron otra cosa que una especie de comercial extendido de automóviles, en donde lo importante era hacer lucir los potentes motores, las suspensiones, las llantas, los rines y las impecables carrocerías; el complemento era la competencia de testosterona del elenco masculino, las persecuciones y la pronunciadas curvas, fueran de las carreteras o del elenco femenino.

Fue así como la saga de coches y persecuciones se transformó en “Fast & Furiosu 6” en una muy buena cinta de acción, un logro que pareció truncarse de pronto por el inesperado y lamentabilísimo deceso de Paul Walker, uno de sus dos protagonistas.

En el mundo del showbiz suele decirse que “El show (en este caso la franquicia) debe continuar” cuando hay que enfrentar situaciones complicadas; sin embargo, en esta situación el morbo es mucho: ¿se sobrepondrá la franquicia a la ausencia de Walker?, ¿superará James Wang, el elegido para dirigir el séptimo capítulo, lo conseguido por Lin?, ¿la inclusión de los hermanos del fallecido actor resolvió el asunto de las tomas faltantes? y, por último, ¿cómo se incluyó en el guión esta pérdida?

“Furious 7” (James Wan, 2015) respondió lo mejor que pudo a todo lo anterior, incorporando, además, un par de elementos bastante atractivos: la presencia como villano del británico Jason Statham (en mi opinión más imán que todo el elenco masculino en conjunto) en papel grande y el trabajo de Wan (Saw, Insidious, The Conjuring…) tras la cámara, quien tiene en su currículo el haber dirigido la magnífica “Death Sentence” (2007), a mi parecer una de las mejores cintas de acción de la década pasada.

Tal y como lo vimos al final de los créditos de “Fast and Furious 6”, en donde un desconocido ejecuta fríamente a Han (Sung Kang), “Furious 7” tiene como hilo conductor la venganza de este sujeto de nombre Deckard Shaw en contra de Toretto (Diesel), O’Conner (Walker) y compañía, luego de que éstos eliminaran a Owen, su hermano menor (Dominic Cooper), en la sexta entrega.

La intención de Deckard de eliminarlos uno a uno hace que los planes del equipo de alejarse por fin de su vida de mercenarios se vean cada vez más lejanos; pero no es eso lo único de lo que tendrá que ocuparse el grupo, pues un terrorista Somalí llamado Jakande (Djimon Hounsou) y un político corrupto que se hace llamar Mr. Nobody (Kurt Russell) están intentando adueñarse de un peligroso programa de computación llamado God’s Eye, el cual puede transformar cualquier artefacto electrónico en un arma.

La tarea se ve mucho más complicada que en otras ocasiones, pues mientras el equipo intenta salvar al mundo de los planes malévolos de estos villanos, tratarán al mismo tiempo de salvarse a sí mismos del peligroso Deckard, quien está decidido a terminar su tarea a como dé lugar.

Las acrobacias se ven tan espectaculares como imposibles (eso no siempre es malo), los diálogos tan superficiales como siempre (que en este caso no importa), los coches y las persecuciones tan ruidosas como lo acostumbrado (qué se le va a hacer), pero de que esta entrega promete adrenalina, nadie lo duda.

Eso sí, aunque no hayamos sido sus incondicionales ni mucho menos, sí dejará un sentimiento de nostalgia ver al finado Walker en escena.

Repiten Johnson, Ludacris, Gibson, Gadot, Brewster, Rodríguez, y se reincorpora Lukas Black (del capítulo Tokio Grift) al elenco.

Hasta la próxima.


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