Mamta Popat / Arizona Daily Star

Deputy Gerald Ahern, left and Deputy Matt Salmon of the Pima County Sheriff’s Office look into the gas tank of a vehicle they found suspicious during a traffic stop. The two deputies are part of the Border Interdiction Unit that works closely with Border Patrol as part of Stonegarden. Photo taken Wednesday February 12, 2014 Photo by: Mamta Popat / Arizona Daily Star

El oficial Demian Miller (der.) escucha mientras su compañero interroga a los propietarios de una casa que fue atracada en San Luis, Arizona, en el 2009. Con Stonegarden pagando horas extra, los agentes pueden ganar varios miles de dólares adicionales a su salario cada año a cambio de que colaboren con la Patrulla Fronteriza en horas extra.

Fotos por Mamta Popat / La Estrella de Tucsón Damian Miller, oficial de San Luis, Arizona, trabaja un turno extra financiado por Stonegarden con el propósito de enfocarse durante ese tiempo en la seguridad fronteriza, lo cual hace con el conductor al que le levanta una infracción. Foto del 21 de septiembre del 2009, antes de la SB1070.

Por Joseph Treviño

Reportaje de Investigación

La Estrella de Tucsón

Primera de dos partes

En el Sur de Arizona, las agencias policiacas locales entregan a los inmigrantes indocumentados a la Patrulla Fronteriza de forma habitual; es casi el pan de cada día.

Pero hay un programa no tan conocido fuera de los círculos policiacos que, de acuerdo con expertos, activistas e incluso algunos policías, provoca que los agentes locales operen de manera más agresiva al entregar indocumentados a la Patrulla Fronteriza.

No se trata de la SB1070 sino de Stonegarden, un programa del Departamento de Seguridad Nacional (Department of Homeland Security, DHS) que precede a la polémica ley de Arizona y que inyecta a los cuerpos de seguridad con dinero para pagar a sus agentes por horas extra y equipo que les permiten, aparte de combatir el crimen transfronterizo, atrapar indocumentados.

A escala nacional, en el 2012 el Departamento de Seguridad Nacional distribuyó 46 millones 600 mil dólares entre algunos cuerpos policiacos que están cerca de las fronteras de Estados Unidos. En el Sector Tucsón, ese mismo año la agencia federal repartió tres millones 310 mil 348 dólares.

La mayoría de las agencias policiacas que trabajan cerca de la frontera reciben dinero del operativo Stonegarden. Mas el problema, según algunos legisladores, activistas pro inmigrantes, grupos de derechos civiles y expertos independientes sobre agencias policiacas, es que el programa reúne a los agentes locales con los efectivos de la Patrulla Fronteriza, algo que no ven con buenos ojos.

Además, argumentan que el programa les paga un buen salario por horas extra de labor a los agentes locales, quienes podrían entusiasmarse demasiado por ese dinero de Stonegarden y volverse agresivos en su intento de referir a más personas indocumentadas hacia la Patrulla Fronteriza por incidentes tan rutinarios como una infracción de tránsito.

De acuerdo con la Patrulla Fronteriza, “cuando las agencias usan fondos del Operativo Stonegarden, se supone que están apoyando directamente a la Patrulla Fronteriza y a la seguridad fronteriza. Por lo tanto, esto implica, y se espera, que nos entreguen a quien sea que es detenido y que incurra dentro de nuestra jurisdicción y ámbito de nuestra operación”.

Antesala de la SB1070

Stonegarden de alguna forma fue uno de los operativos precursores de la ley SB1070, dijo Raymond Michalowski, profesor del Departamento de Criminología de la Universidad del Norte de Arizona (Northern Arizona University, NAU) en Flagstaff.

Introducido en el 2004, seis años antes de la SB1070, Stonegarden pavimentó el camino para la polémica ley estatal, dijo él.

“Debido a que es un programa relativamente pequeño, Stonegarden medio desapareció del ojo de los medios de comunicación. Stonegarden se convirtió en un tema menor comparado con la SB1070, pero, de muchas maneras, la lógica de Stonegarden es muy similar a la lógica de la SB1070”, dijo Michalowski.

“Una de las formas más eficaces –por lo menos en teoría– en que podemos aplicar las leyes migratorias es que la Patrulla Fronteriza se una a los cuerpos policiacos locales”, agregó.

Mientras que las agencias policiacas del Sur de Arizona parecen embelesadas por el dinero que reciben de Stonegarden, en el estado de Washington por lo menos dos jefes de policía se negaron a recibir recursos de Stonegarden, diciendo que dicho programa podría inducir a los agentes a practicar el perfil racial y a “ser rehenes de las prioridades operativas” de la Patrulla Fronteriza.

En el 2009, Michael D. Brasfield, el entonces sheriff del Condado Jefferson en Washington, respondió ante una oferta de Seguridad Nacional que no estaba de acuerdo con la manera en que la Patrulla se refería a las personas indocumentadas al describirlas como “extranjeros criminales”.

Dependiendo en gran parte de su cuerpo laboral inmigrante para que trabajen en su agricultura, Washington fue uno de los dos estados de la nación que siguió entregando licencias de conducir a los indocumentados, pese a que el resto del país se las negaba.

“Desafortunadamente, el incluir esa forma de expresarse al describir a los ilegales como ‘extranjeros criminales’ que son ‘atraídos aquí por actividades criminales’, combinándolo con el requerimiento de que las agencias participantes (descritas aquí como ‘fuerzas amigas’) accedan a detener a los indocumentados y entregárselos a la Patrulla Fronteriza, hace que el documento en general sea inaceptable”, escribió como respuesta Brasfield.

En el 2007, varios grupos pro inmigrantes demandaron por perfil racial al Departamento del Sheriff del Condado Otero, en Nuevo México, tras una serie de redadas en las que los alguaciles detuvieron y luego entregaron a personas indocumentadas –incluyendo a 28 niños– a la Patrulla Fronteriza, como parte del operativo Stonegarden. Un año después, un juez ordenó al Departamento no seguir con las redadas, a la vez que el Sheriff llegó a un acuerdo legal, pagando una suma no revelada a los demandantes.

A la caza de

indocumentados

Sin duda, el caso más polémico que se ha conocido hasta la fecha –que tiene que ver con Stonegarden y los cuerpos policiacos– lo tiene el Departamento de Policía de Bisbee, ciudad que cuenta con poco más de seis mil habitantes –34 por ciento de ellos latinos– y que se encuentra ubicada cerca de la frontera con Sonora, unas 27 millas al oeste de Douglas, Arizona.

En el 2009, una serie de reportajes de investigación del Arizona Daily Star –diario hermano de La Estrella de Tucsón– reveló que el entonces subjefe de la policía de Bisbee, Ed Holly, quien en ese momento tenía 58 años de edad, obtuvo 131 mil dólares de fondos de Stonegarden por trabajar horas extra –además de su salario habitual– entre el 2007 y mediados del 2009. El sargento Benjamín Reyna, también del mismo cuerpo, obtuvo durante ese tiempo 86 mil dólares tan sólo por supuestamente laborar tiempo extra.

El jefe de Policía de Bisbee, Jim Elkins, defendió a los agentes diciendo que Holly llegó a trabajar hasta un promedio de 14 horas diarias por un lapso de 92 días y otro de 71 días, con apenas uno o dos días de descanso entre esos trechos.

Sin embargo, el entonces alcalde, Jack Porter, no estaba seguro de si realmente Holly trabajó todas esas horas, ya que según expertos como Michalowski, quien estudia a los cuerpos policiacos de Arizona, es peligroso que un policía trabaje tanto tiempo sin descansar.

Antes, en el 2008, la Patrulla Fronteriza del Sector Tucsón le entregó a Holly un reconocimiento a él y a la Policía de Bisbee por entregar a más de dos mil indocumentados y encabezar así a nivel nacional la lista entre quienes impusieron multas por paradas de tránsito durante el tiempo en que trabajaron con Stonegarden.

En marzo del 2008, el sargento Taron Maddux, portavoz de la Policía de Bisbee, admitió al periódico Sierra Vista Herald que el incremento de arrestos de indocumentados por parte de su cuerpo policiaco –dos mil 179 indocumentados detenidos desde abril del 2007 al 17 de marzo del 2008– se debió a que los agentes laboraban mediante Stonegarden.

“Dado que estamos trabajando en la Operación Stonegarden, la cual es subvencionada por el gobierno de parte de la Patrulla Fronteriza, tenemos a los agentes afuera”, le dijo al periódico. “Estas cifras son probablemente más altas de lo que normalmente serían, puesto que los agentes trabajan horas extra y estrictamente están buscando vehículos robados, cargamentos de drogas, UDA (Undocumented Aliens o indocumentados) y ese tipo de cosas”.

Pero en el 2009, el laureado Holly renunció a su puesto después de que una investigación del ayuntamiento de Bisbee y del Sheriff del Condado Cochise revelara que abusó del uso de equipo policiaco: utilizaba coches patrulla y a su personal en horas de trabajo para fines particulares.

Pese al escándalo, la Policía de Bisbee sigue recibiendo dinero de Stonegarden. En diciembre, la Ciudad recibió 112 mil dólares en salarios para los policías.

Lee la segunda parte de este reportaje sobre Stonegarden en el Sur de Arizona en nuestra próxima edición.


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en jtrevino@azstarnet.como.

Carli Brosseau, del Arizona Daily Star, colaboró con la elaboración de la base de datos interactiva sobre los datos del Departamento de Policía de Tucsón.