Pam y Mark Warren volvieron a la corte federal en el centro de Tucsón el martes 16 de octubre por la tarde. Se sentaron en la Sala 6 para apoyar a su hijo de 36 años que estaba en el banquillo de los acusados junto con sus dos abogados.

Los Warren, quienes viven en Surprise, cerca de Phoenix, ya han estado aquí antes y volverán el próximo mes, y vaya usted a saber cuántas veces más.

Su hijo, Scott Warren, enfrenta un juicio por cargos delictivos, acusado por el gobierno de esconder a dos inmigrantes indocumentados y de conspirar para transportarlos. Scott, voluntario del grupo No More Deaths / No Más Muertes, con sede en Tucsón, fue arrestado en enero en Ajo, donde vive. Si es declarado culpable, podría pasar años en prisión.

Sus papás están impactados por el peso de la acusación del gobierno y por la descripción del fiscal sobre su hijo.

Los acusantes describen a su hijo como un tramposo, dijeron los Warren, a quienes conocí un día después de la audiencia. “Lo llamaron mentiroso”, dijo Pam. Eso no es su hijo, quien trabajaba como instructor de geografía para la Universidad Estatal de Arizona cuando fue arrestado, pero se quedó sin empleo, dicen los Warren.

“Lo ha hecho estupendo en los interrogatorios, lo cual es difícil. Ha sido inquebrantablemente resuelto, porque está diciendo la verdad. …No necesita memorizarse el discurso que la fiscalía ha preparado en su guarida”, dijo Mark Warren.

El arresto de Scott y la acusación es un delicado punto de quiebre en la complicada relación que grupos humanitarios de la frontera han tenido con la Patrulla Fronteriza y con otras fuerzas del orden que ocupan la frontera.

Desde el surgimiento de No Más Muertes y de otros grupos similares – Samaritans, Humane Borders, Colibrí Center for Human Rights y Coalición de Derechos Humanos –, la policía federal se ha mantenido ajena a los voluntarios que recorren el desierto para ofrecer agua, comida y ayuda médica a gente que se encuentra en emergencia.

El gobierno federal ha arrestado antes a trabajadores humanitarios. En el 2005, Daniel Strauss y Shanti Sellz enfrentaron cargos por transportación ilegal de tres inmigrantes indocumentados. Cuando fueron arrestados, Strauss y Sellz iban en camino a un hospital de Tucsón desde Arivaca. Les retiraron los cargos cuando el juez federal Raner C. Collins determinó que el gobierno carecía de evidencia suficiente.

Desde entonces, ha habido enfrentamientos menores entre ambas partes. Se intensificaron en enero, cuando No Más Muertes publicó un candente video y un reporte escrito detallado mostrando que agentes de la Patrulla Fronteriza habían vaciado y destruido sistemáticamente contenedores de agua vitales que los voluntarios humanitarios dejaban.

El mismo día – seis horas después de que el video se volviera viral– la Patrulla Fronteriza puso en la mira a Scott Warren, dijo su abogado defensor de Tucsón, Gregory Kuykendall, al Juez de Distrito de Estados Unidos Bernardo P. Velasco durante la audiencia del martes para desestimar los cargos.

“Él es una buena persona. No hizo nada malo. Todavía hay gente que hace lo mismo. Fue extraño cómo el fue quizá señalado”, dijo la mamá de Scott, una trabajadora social jubilada.

Los Warren están desconcertados por la intensidad con la que el gobierno está tratando de sentenciar a su hijo, cuya bandera es ayudar a la gente. Aunque su hijo no es una persona religiosa, Scott está espiritualmente motivado y conmovido por el sufrimiento y las muertes de migrantes en nuestros desiertos.

Una de las primeras mociones para desestimar cargos se basó en que el gobierno violó los derechos de Scott bajo la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa. Él reunía las características para ser tratado por convicción religiosa, con base en una sincera creencia respaldada por la acción.

Cuando Scott va al desierto, muchas veces acompañado de un religioso que ofrece los rituales finales, y encuentra restos de inmigrantes, Scott se tira junto al cuerpo y deja correr la arena por sus manos. Esto se hace “como una reverencia a la vida de una persona y al lugar donde murió”, dice Pam, añadiendo que ni ella ni su esposo sabían esto hasta que fue revelado en la corte.

Cuando encuentra algún objeto que algún inmigrante llevaba durante su peligrosa travesía por la frontera, Scott considera “sagrados” esos objetos, porque pertenecían a “alguien que quizá lo logró, o quizá no”, dijo su madre.

El juez rechazó el argumento para desestimar los cargos, pero los Warren se sentían confiados de que hicieron una buena defensa. Los Warren confían en que su hijo se basa en sólidos fundamentos legales para una absolución o una apelación exitosa, en caso de ser condenado.

“Estamos totalmente con él y lo apoyamos en lo que hace y en la misión de No Más Muertes”, dijo Mark.

A pesar de todo, están preocupados.

“Naturalmente, nuestra perspectiva y nuestra apuesta es diferente a la de cualquier otra persona. Queremos que gane. No queremos que sea sentenciado por un delito grave. No queremos que vaya a la cárcel. Queremos que sea reivindicado. Al igual que No Más Muertes”, dijo Mark.

Agregó, “para nosotros es algo personal. Hay una causa en la que creemos y que entendemos. Pero nuestro caso principal es nuestro hijo”.

No Más Muertes ha dado un profundo apoyo a Scott, dijeron. Planean organizar a voluntarios y seguidores y tapizar la ciudad con letreros de No Más Muertes que digan “Retiren los Cargos”, o “Drop the Charges”.

Los Warren comprenden lo que está en juego.

“Un triunfo de él será un triunfo de los trabajadores voluntarios”, dijo Pam. “Una derrota para él será una derrota para No Más Muertes. Tienen que pelear más duro”.


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Ernesto “Neto” Portillo Jr. es editor de La Estrella de Tucsón. Contáctalo en netopjr@tucson.com o al 573-4187.

Traducido por Liliana López Ruelas.