Por Johanna Willett

La Estrella de Tucsón

Los sacerdotes de habla hispana de la Diócesis Católica Romana de Tucsón necesitan respaldo.

Por ello, líderes diocesanos buscan a feligreses para cubrir el vacío.

“Mañana podríamos utilizar a seis sacerdotes que hablan español”, dijo el arzobispo de Tucsón, Gerald Kicanas. Pero encontrarlos ha presentado dificultades, por lo que la Diócesis ha adoptado su primer plan formal para el ministerio hispano.

El plan de 29 páginas, basado en las contribuciones de líderes parroquiales y en conceptos presentados por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, enfatiza el liderazgo de los fieles y la participación juvenil en esta diócesis integrada por 78 iglesias.

Parte de su misión es compartir la responsabilidad del ministerio con los fieles hispanos, dijo monseñor Raúl Trevizo, vicario general de Asuntos Hispanos de la Diócesis.

“Ellos quieren servir”, dijo Trevizo. “Así es que aunque ellos de ninguna forma pueden remplazar el ministerio del sacerdocio, mucho del trabajo pastoral que realiza la iglesia puede ser ejecutado por los feligreses si ellos tienen la suficiente formación. ...Incluso si tuviéramos muchos más sacerdotes que hablen español o que sean hispanos, no sería suficiente”.

Los Sacerdotes

En este verano, en la diócesis se ordenaron dos sacerdotes de habla hispana. El padre Marco Carrasco, de la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores (Our Mother of Sorrows) creció hablando inglés y español. El padre Albert Miranda creció en las Filipinas y estuvo en un programa de inmersión de ocho semanas en México para aprender el idioma y la cultura.

En lugar de pedir a un cura de habla hispana retirado o a alguno de otra parroquia que celebre misa en Santa Elizabeth Ann Seton, Miranda lo hace por sí mismo. Escribe su homilía en inglés y después busca ayuda con la traducción.

El programa de inmersión “juega una función primordial para mí al relacionarme con la gente”, dijo. “No es sólo el idioma, sino también la cultura. Aprendí de la cultura, la comida, las tradiciones, de todo eso”.

En la generación 2014 de ordenantes para el sacerdocio en Estados Unidos, 15 por ciento reportó tener conocimiento de la cultura hispana o latina, una cifra que se ha mantenido por varios años. Esos sacerdotes servirán a una comunidad de adultos católicos que se identifica a sí misma como 34 por ciento hispana o latina, dijo un estudio presentado en abril por el Centro de Investigación Aplicada en el Apostolado de la Universidad de Georgetown para la Conferencia Episcopal.

Los fieles

El nuevo plan de la Diócesis de Tucsón ayuda a formar a futuros líderes entre los feligreses y gente joven que puede tender un puente entre parroquias que frecuentemente se ven divididas por gente que habla inglés y quienes hablan español, dijo la hermana Gladys Echenique, coordinadora de la oficina del Ministerio Hispano y principal desarrolladora de este plan. Rápidamente hace notar que esto tomará años.

Independientemente del trabajo individual de las iglesias, la Diócesis nunca ha tenido una estrategia integral para invertir y capacitar a la comunidad hispana.

Ahora, la certificación en diferentes niveles preparará a fieles de habla hispana para desempeñar roles de liderazgo en la Diócesis y en el contacto con la comunidad, dando al clero un estándar para medir el desempeño.

“Ya no estamos en pueblos pequeños, donde un cura puede conocer a todas las familias y pasar tiempo con ellas, una a una”, dijo el padre Jorge Farías-Saucedo, director vocacional de la Diócesis y sacerdote en residencia en Nuestra Señora de los Dolores. “No hay forma de que uno o dos sacerdotes atiendan las necesidades de todas las familias”.

Los jóvenes

Invertir en adultos jóvenes es otra de las vías que la Diócesis planea utilizar para construir una comunidad desde la participación. Farías-Saucedo, quien a los 14 años de edad se mudó de California a la Ciudad de México, recuerda la división de identidad entre las culturas hispana y la norteamericana.

“Uno está buscando a Dios”, dijo. Sin los suficientes sacerdotes y líderes que hablen español y entiendan esta cultura, los jóvenes podrían irse a cualquier parte.

Hay muchas razones para el cambio de religión. Actualmente, 47 por ciento de los protestantes hispanos y 61 por ciento de los hispanos que no profesan ninguna religión fueron criados bajo el catolicismo. Entre los hispanos que se han convertido de su religión de la infancia, 70 por ciento realizó ese cambio antes de los 24 años de edad, dice un estudio en “La cambiante identidad religiosa de los latinos en Estados Unidos”, dado a conocer en mayo de 2014 por el Centro de Investigación Pew sobre Religión y Proyecto de Vida.

“Queremos ayudar a la población hispana a que se sientan parte de nuestra iglesia”, dijo Echenique. “Especialmente a los adultos jóvenes, para que ellos puedan ser líderes, porque la realidad de los jóvenes hispanos es diferente. Hablan inglés, pero en su casa ellos hablan su propio idioma y su propia cultura”.




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