Desde la izquierda, los supervisores Betty Villegas y Ramón Valadez, la secretaria Julie Castaneda y el administrator del Condado Pima, Chuck Huckelberry, en primer plano, hablan de las nuevas medidas para hacer frente al COVID-19.

Por Jasmine Demers

La Estrella de Tucsón

Todos los residentes del Condado Pima ahora estarán bajo un toque de queda obligatorio, efectivo a las 10 p.m. del martes 15 de diciembre.

La Junta de Supervisores del Condado Pima votó 3-2 el martes para implementar un toque de queda obligatorio, uniéndose a la ciudad de Tucsón en un esfuerzo adicional para reducir la transmisión de COVID-19 en toda la comunidad.

El toque de queda, que hasta el martes había sido voluntario en el condado, estará vigente todas las noches a partir de las 10 p.m. hasta las 5 a.m. hasta que la tasa de infección del condado por cada 100,000 habitantes descienda por debajo de 100.

En los últimos siete días, el Condado Pima ha registrado casi 1,300 casos por cada 100,000 personas, cuadruplicando la cantidad de casos que vio el condado durante el verano. Las hospitalizaciones y muertes también continúan aumentando en todo el estado, incluidas 17 nuevas muertes reportadas en el condado el martes, para llegar ese día a 817 decesos pro COVID-19 durante la pandemia.

“Me tomo estos números muy, muy en serio”, dijo el supervisor Ramón Valadez. “Al menos, esto nos dice muy, muy claramente que lo que hemos estado haciendo no está funcionando”.

El condado ha tenido un toque de queda voluntario desde el 24 de noviembre, pero después de observar una serie de negocios el fin de semana pasado y recopilar datos, algunos funcionarios del condado dijeron que no estaba siendo suficiente.

El administrador del condado, Chuck Huckelberry, dijo que el condado realizó aproximadamente 400 observaciones de negocios locales que están permitidos o autorizados por el condado y encontraron que el 15% de los establecimientos estaban “en grave incumplimiento”.

El toque de queda obligatorio prohibirá a las personas estar en cualquier espacio público, incluso con el propósito de viajar, a menos que vayan al trabajo u otras actividades esenciales. El personal de seguridad pública, los profesionales de la salud, los trabajadores esenciales y las personas sin hogar también estarían exentos del toque de queda.

El Departamento de Salud del Condado Pima podría suspender o revocar los permiso de funcionamiento o licencia de bares, restaurantes y otros negocios que permitan a las personas violar el toque de queda.

La ciudad de Tucsón no ha emitido ninguna multa por el toque de queda desde que entró en vigor la restricción, pero ha dado 41 advertencias, según un portavoz de la policía.

En su última reunión como supervisores del condado, Valadez y Ally Miller discreparon rotundamente sobre el toque de queda obligatorio. Miller se unió al supervisor Steve Christy para votar en contra del toque de queda, diciendo que estaban preocupados por agregar regulaciones adicionales a los negocios en dificultades.

“Aquellos que están cumpliendo con todas las regulaciones de la actual estrategia por el COVID-19 para operar su negocio deben poder permanecer abiertos, siempre que practiquen lo que han estado practicando”, dijo Christy. “Y la pequeña cantidad de aquellos que se están aprovechando de la situación debe tratarse por separado, en lugar de pintar un pincel grueso en cada operador del Condado Pima”.

Sin embargo, otros miembros de la junta estuvieron de acuerdo en que la transmisión del coronavirus no se ralentizaría sin acciones adicionales que realmente se pueden hacer cumplir.

Huckelberry dijo que de las 3,273 personas con COVID-19 que fueron entrevistadas por los rastreadores de contactos el mes pasado, el 26% (858 personas) dijeron que habían visitado recientemente un bar o restaurante.

“Hacer cualquier otra cosa que no sea adoptar este toque de queda sería una negligencia en el cumplimiento del deber”, dijo la supervisora Sharon Bronson.

En su última acción en la junta después de 17 años de servicio, Valadez dijo que si bien no quería implementar más regulaciones, era una medida crítica para proteger la salud de la comunidad.

“Para mantener a nuestra comunidad segura, tenemos que intentar otras cosas”, dijo Valadez, quien en las elecciones internas demócratas perdió la oportunidad de buscar la reelección en el puesto. “Estas no son cosas que queremos hacer. Esta no es la última acción que quiero tomar, pero la hago muy, muy en serio y con mucho pensamiento y cuidado”.


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Contacta a la reportera Jasmine Demers en jdemers@tucson.com

En Twitter: @JasmineADemers