El evento ha crecido desde sus humildes comienzos en 1990, cuando la artista de Tucsón Susan Johnson buscaba una manera de honrar a su padre y superar su dolor después de su muerte. A ella se unieron unas 25 personas.

La Procesión de Todas las Almas no está asociada con la víspera del Halloween o el Día de Muertos, aunque los participantes de la procesión a veces toman prestado el simbolismo de esos eventos tradicionales.