Cuando los Naranjeros de Hermosillo anunciaron a Vinicio Castilla como su mánager para la temporada de la Liga Mexicana 2018-2019 resultó todo un acontecimiento en la capital sonorense. La reacción fue como si ya hubieran ganado una serie de playoffs.

Era el regreso de una de las máximas figuras en la historia de la organización, y vaya que Naranjeros tiene rica historia, es el máximo campeón del circuito, con 16 títulos y 2 campeonatos de Serie del Caribe.

Lo que vino después resultó otro importante suceso: el anuncio del cuerpo de coaches que trabajarían con Castilla. La mayoría eran ex compañeros que tuvo el oaxaqueño con el mismo equipo de Naranjeros, con quienes logró varios campeonatos jugando la tercera base. En el grupo destacaba un sonorense que ha sido una de las máximas figuras mexicanas en Arizona, Erubiel Durazo.

Con la ciudad de Tucsón recibiendo en este inicio del mes de octubre la Mexican Baseball Fiesta (del 3 al 6 de octubre), se tiene la oportunidad de ver a varios de los equipos que, sin duda, estarán contendiendo por el título de la próxima temporada y, al mismo tiempo, uno de los cuerpos de instructores que más ruido ha hecho en la historia, al menos con Naranjeros.

En el cuerpo técnico de Vinicio Castilla hay ex “big-leaguers” como Elmer Dessens, Erubiel Durazo, Gerónimo Gil y Maximino León. Por la grandeza como peloteros, no solo por llegar a la Major League Baseball sino por destacar con Naranjeros, tienen su número retirado: Castilla (9), Durazo (44) y León (25), entre los demás coaches, también José Luis “Borrego” Sandoval (3) y Cornelio García (23) recibieron ese homenaje.

Priscilla Mungarro / Naranjeros de Hermosillo

De izquierda a derecha, Ramón Munguía, Cornelio García, Erubiel Durazo, Ricardo Solís, Vinicio Castilla, José Luis Sandoval y Adulfo Camacho.

De ahí la razón de la emoción y al mismo tiempo de las altas expectativas.

ARMANDO SU EQUIPO DE TRABAJO

“Yo un día platicando con Gerónimo (Gil), no sé exactamente cuántos años atrás fue esto, yo le comenté a Gerónimo, porque a mí me gustaba mucho como llevaba los juegos (de receptor), Gerónimo, ¿te gustaría algún día ser mánager o coach de banca?”, así recuerda Castilla lo que debió ser la primera vez que pensó en el cuerpo técnico que le gustaría tener, si algún día dirigía un equipo.

“Cuando me dieron este puesto fue a la primera persona que llamé para decirle si aceptaba ser mi coach de banca, y aceptó con mucho gusto”.

Castilla estaba más que satisfecho con los demás coaches que ya tenía el equipo, y además quiso sumar a Sandoval y Durazo. El primero fue uno de los fildeadores más espectaculares en la pelota azteca, el segundo un bateador muy inteligente; fueron grandes figuras del equipo y aparte personas que sabía le podían ayudar mucho.

Como peloteros, todos los coaches Naranjeros fueron, usando la jerga beisbolera, “caballos”. Las expectativas de la afición debieron elevarse considerablemente, aun cuando saben que ellos ni batearán ni lanzarán.

“La presión siempre existe, y más cuando uno está al frente de una gran organización. Las expectativas son grandes, hay que trabajar duro, hay que controlarla y salir adelante” menciona Castilla, quien sabe muy bien que con las figuras que sumó a su equipo de trabajo con más razón la afición espera el título número 17.

OTRA VEZ TUCSÓN EN EL CAMINO

Como pelotero, Vinicio Castilla tuvo su primera oportunidad en Grandes Ligas con los Atlanta Braves, pero fue con los Colorado Rockies con quienes saltó a la fama. El equipo entrenaba en el Hi Corbett Field de Tucsón, la misma ciudad que ahora como mánager aparece en su camino, justo en la etapa de preparación, por eso le emociona volver a Tucsón.

Foto AP / Claudio Cruz, 2009

Vinicio Castilla viene a la Fiesta Mexicana de Beisbol 2019 como mánager de los Naranjeros de Hermosillo. Foto del Clásico Mundial de Béisbol 2009.

“Me traen muy bonitas memorias, este estadio, esta ciudad, mi primer entrenamiento con los Rockies de Colorado en 1993, aquí fue donde me dieron la noticia que había hecho el equipo. Después seguí viniendo a esta ciudad ya como pelotero estelar. Guardo muy bonitos recuerdos, grandes amistades, y regresar ahora, en otra faceta, con otro equipo, ahora con mis Naranjeros de Hermosillo, es algo muy bonito”, menciona Castilla de el Viejo Pueblo, el lugar donde ahora será él quien comunique a varios peloteros quiánes se quedarán en el equipo.

Vinicio Castilla no es el único integrante del cuerpo técnico de Naranjeros que fue ovacionado como pelotero en Tucsón. La historia de Erubiel Durazo está de lleno relacionada en sus inicios con este municipio del estado de Arizona, jugando en Amphitheater High School, luego en Pima College, después con los Tucson Sidewinders (Triple A) y más tarde siendo su casa de pretemporada cuando estuvo con los Arizona Diamondbacks.

DURAZO, IMÁN DE TAQUILLA

“No estaba en Tucsón cuando me llamaron por primera vez a Grandes Ligas, recuerdo que estaba en Nueva Orleans, ahí estaban jugando los Sidewinders, pero por supuesto que fue por lo que hice ahí en Tucsón lo que me hizo subir al equipo grande”, cuenta Erubiel Durazo sobre el salto a la gran carpa como bateador.

En un mes con los Sidewinders de Tucsón, Erubiel bateó arriba de .400, con 10 cuadrangulares. Lo único malo fue que a los Sidewinders se les fue un pelotero que jalaba mucho público al estadio, era un imán de taquilla.

Francisco Romero, nogalense, es actualmente cronista de los Houston Astros. En 1999 era director de mercadotecnia hispana y también cronista de los Sidewinders y fue testigo del fenómeno Erubiel. Lo interesante es que era algo que estaban esperando que ocurriera.

Ted S. Warren / AP Foto

Erubiel Durazo reacciona al ser golpeado por el lanzador de los Marineros de Seattle John Halama en la segunda entrada el 21 de marzo de 2001 en Tucsón, Arizona, durante el entrenamiento de primavera con los Diamondbacks de Arizona.

“Lo conocía todo mundo en Tucsón, porque se dio a conocer primero en Amphi, luego en Pima, era el muchacho local que todo mundo quería ir a ver”, recuerda Romero sobre Durazo, incluso menciona Romero que la organización Sidewinders tenía como gerente a Mike Feder, quien sabía del talento del hermosillense y estaba seguro de que sería un atractivo grande tenerlo. Hasta anduvo viendo la posibilidad de que fuera puesto desde un inicio en Triple A.

Erubiel inició aquella vez en Clase Doble A con los Diablos de El Paso; sin embargo, al poco rato fue ascendido a Tucsón y confirmaron lo que estaban esperando; impactó de inmediato.

EL REENCUENTRO

Mike Feder ha estado ligado por completo a la actividad del beisbol en Tucsón en los últimos 40 años: estuvo con los Toros (Triple A de Houston) cuando se festejó el título de la Pacific Coast League en 1991; estuvo con los Sidewinders (Triple A de Arizona) y con los Padres (Triple A de San Diego) y, por supuesto, ahora está como parte fundamental de la Mexican Baseball Fiesta.

David Sanders / La Estrella de Tucsón 2011

Mike Feder en el Estadio Kino en 2011.

Feder cuenta con emoción cuando tuvo las primeras conversaciones con Francisco Gámez sobre el proyecto de los juegos de equipos de Liga Mexicana del Pacífico en territorio arizonense. Eso fue hace nueve años; el evento se ha convertido en algo de lo más esperado por la afición hispana.

Gámez había sido pelotero en ligas de México y Estados Unidos, estaba convencido que el proyecto funcionaría y lo propuso. Feder llegó a la misma conclusión y se lanzaron juntos a la aventura.

Hoy se nota muy satisfecho de lo que se ha logrado: “Siempre trabajamos fuerte para asegurarnos de que la afición hispana vea que estamos muy preocupados por ellos y que queremos su apoyo”, menciona Feder.

Una satisfacción adicional ha sido encontrarse con gente con la que convivió varios años atrás, notando esa alegría de los demás de regresar a Tucsón ahora como mánagers o coaches, tal como ocurre con Durazo. Pero no todos son ex peloteros hispanos.

“Dos de los coaches de Mexicali, Bronswell Patrick y Trenidad Hubbard, ambos jugaron para los Toros”, mencionó Feder. Ellos han aprovechado para recordar gratas experiencias.

Volver a un lugar que formó parte de la formación de uno provoca un sentimiento de emoción, y esa es parte de la magia de la Fiesta Mexicana de Beisbol en Tucsón, Arizona, donde cada año se presentan varios casos así. En 2019, por lo visto, aumentaron considerablemente, con los mexicanos Vinicio Castilla y Erubiel Durazo a la cabeza.


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Oscar Soria es cronista en español de los Arizona Diamondbacks. Contáctalo en oscsoria@aol.com