El Distrito Escolar Unificado de Tucsón (TUSD, por sus siglas en inglés) está implementando un programa que evaluará regularmente a los estudiantes y al personal que lo desee, con el fin de detectar nuevos casos de COVID-19 antes de que se propaguen.

El estado está ofreciendo un programa de pruebas dirigidas a estudiantes de Kínder a 12avo de todas las escuelas de Arizona. Los recursos por $219 millones provienen de fondos federales para el monitoreo y la prevención de COVID-19 en las escuelas.

Los padres pueden elegir si sus hijos participan en este programa. En la práctica, funciona así: una vez a la semana, todos los estudiantes y el personal se reúnen en un salón de clases para hacerse una prueba nasal suave y no invasiva que incluso los niños del jardín infantil pueden hacerse. Todos ponen luego el algodón en un recipiente, y luego la empresa que ejecuta el programa, Ginkgo Bioworks, evalúa todas las pruebas.

Si se evidencia un resultado positivo, todos los que participaron recibirán enseguida una prueba individual. El caso positivo de COVID-19 se podría detectar en aproximadamente 24 horas desde el momento en que se tomaron las pruebas de grupo.

Lo que proporciona este método, en lugar de solo evaluar a las personas con síntomas, es encontrar personas que aún no han presentado síntomas, dice Tim Lyden, líder nacional del programa de pruebas K-12 de la compañía. Este proceso podría identificar casos positivos antes de que se propaguen y permitir que más aulas permanezcan abiertas.

Desde el 20 de julio hasta el 6 de agosto, el Departamento de Salud del Condado Pima ya había cerrado 15 aulas desde el debido a la propagación del COVID-19.

De los cerca de 500 casos positivos identificados en las escuelas de Tucsón, el 84% de ellos se presentaron en niños, 219 de ellos menores de 12 años. De allí que al momento se cuente con un alto número de jóvenes por ser vacunados.

“Hay estudiantes que caminan por ahí sin tener idea de que tienen COVID, y probablemente están interactuando sin cubrebocas con muchos otros estudiantes. Luego hay estudiantes que eventualmente exhiben síntomas, pero entre tres a cinco días antes de que presenten síntomas, ya son contagiosos”, afirma Lyden. “...Si se evalúa regularmente la situación en las aulas de los estudiantes, se podrá detectar a esos estudiantes asintomáticos y presintomáticos y sacarlos de la escuela antes para, así, poder conservar la mayor cantidad de estudiantes en la clase”.

TUSD está comenzando con un programa piloto de 20 escuelas con la intención de aumentar eso a todo el distrito escolar para el 29 de septiembre, cuando entre en vigencia la ley que prohíbe los mandatos de cubrebocas en las escuelas. El distrito difundirá la próxima semana qué nuevas escuelas comenzarán con el programa.

Si bien este es un servicio gratuito para los distritos escolares de Arizona, hasta ahora en Tucsón solo Sunnyside y TUSD están dando inicio al programa. La compañía está adelantando conversaciones con otras escuelas. En todo el estado participan 17 distritos escolares y 33 escuelas privadas o autónomas para un total de 278 escuelas. La compañía está ofreciendo el programa a más de 1,000 escuelas en todo el país.

Algunos distritos escolares locales, como Catalina Foothills, están optando por no participar en el programa, según dijo la portavoz del distrito, Julie Farbarik, debido a la interrupción del horario de clases y porque los resultados no darían una imagen completa de la clase: “Las familias pueden optar por participar o no en el programa cada semana”, dijo. “Por lo tanto, solo los estudiantes que reciben las pruebas se incluyen en los resultados de la clase. En este sentido, aún es posible que existan casos positivos puesto que hay estudiantes que no fueron examinados”.

La compañía toma entre 5 y 25 muestras en un solo grupo, y los estudios han revelado que incluso con tan solo un 10% a un 15% de estudiantes del aula, las pruebas pueden ser efectivas, dice Lyden.

“Esto es mejor que no realizar pruebas, así se puede hacer una lectura de salud pública eficaz sobre lo que está sucediendo en el aula, esto siempre y cuando se realice la prueba de forma periódica, semanal”, dijo. Lyne resaltó que esta es una herramienta clave, especialmente ahora que la mayoría de las escuelas y las aulas han vuelto al 100% de aprendizaje presencial, y que en la mayoría de las instituciones el uso de cubrebocas será variable. “Esto puede ayudar a comprender lo que está sucediendo a nivel escolar”.

Además, afirmó Lyden, después de hacer estas pruebas durante dos o tres semanas, los estudiantes y el personal se acostumbran, y hacerlo solo toma unos cinco minutos. La compañía proporciona el apoyo de médicos con experiencia certificada para apoyar la realización de las pruebas en las aulas. La empresa no recopila la información personal de los estudiantes.

“En general, este programa infunde confianza”, dice Lyden. “Por una inversión relativamente pequeña de tiempo por aula, obtienes un gran beneficio al acceder a información de salud pública. También se alcanza un sentido de confianza, especialmente cuando observas variantes como delta que son altamente más contagiosas que las otras que hemos visto, y más aún en los niños”.


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