“Edge of Tomorrow” (Doug Liman, 2014), el más reciente trabajo de Tom Cruise, ofrece dos cosas: una historia ingeniosa de ciencia ficción llena de episodios peleas, escenas de guerra y acción vertiginosa protagonizadas por el actor más cotizado de Hollywood y, además (aunque le suene raro), una oportunidad inmejorable de gozo tanto para quienes lo aman como para quienes lo detestan.
Si es usted de esos cinéfilos que quieren verlo morir en pantalla, el guión de esta cinta le dará gusto no en una, sino en muchísimas ocasiones, pues lo observará perder la vida en todas las maneras posibles. Por otro lado, si lo que busca es ver a su personaje experimentar una positiva transformación (de cobarde a héroe), la cual incluye que para ello tenga que perder la vida repetidamente, seguramente disfrutará verlo resucitar una y otra vez.
Al más puro estilo de la casi perfecta “Groundhog Day” (Harold Ramis, 1993), una comedia hilarante en donde un hombre (Bill Murray) debe repetir eternamente un mismo día hasta que todo salga perfecto, “Edge of…” reproduce la misma premisa, sólo que en un contexto bélico, futurista y con seres extraterrestres involucrados.
Cruise interpreta al mayor Bill Cage, un militar de un perfil más bien administrativo quien, en un mundo futurista y de tintes apocalípticos, tiene la misión de promover unos trajes metálicos que han probado dar muy buenos resultados en los combates contra unos siniestros y sanguinarios extraterrestres que amenazan con dominar la Tierra.
Hasta ahora el mayor Cage, como buen hombre práctico, había podido mantenerse a prudente distancia de la guerra, sin embargo, su jefe, el general Brigham (Brendan Gleeson), para su desconcierto, le ordena incorporarse a la línea de combate lo antes posible.
Como era de esperarse, el mayor se niega rotundamente a acatar la orden, conducta que deriva en un arresto en cuyo forcejeo Bill pierde el conocimiento. Cuando despierta, descubre que se encuentra en un cuartel y que su sargento a cargo (Bill Paxton) es un rudo militar que insiste en lanzarlo al campo de batalla.
Lo siguiente es la ya comentada premisa de la cinta: Bill portando el famoso traje y combatiendo a los terribles aliens. Es ahí donde descubre, entre otras cosas, que pese a su falta de experiencia no es tan malo aniquilando extraterrestres y, lo mejor: que cada vez que termina muerto despierta en el campamento, el mismo día en que despertó luego de su arresto.
Afortunadamente, la respuesta a las interrogantes que lo abruman parecen depositarse en la atractiva Rita (Emily Blunt), una mujer que ha experimentado lo mismo anteriormente y que se ha ofrecido a ayudarlo; es ella también quien le explica que el curioso “mal” ha sido una especie de infección provocada por los propios aliens.
El astuto recurso (la historia que se repite) ya lo hemos visto en otras ocasiones, aunque aderezado con entornos y géneros distintos. Tenemos, por ejemplo, además de “Groundhog Day”, “Source Code” (Duncan Jones, 2011), “The Butterfly Effect” (Eric Bress y J. Mackye Gruber, 2004) y hasta la insulsa “50 First Dates” (Peter Segal, 2004), sin embargo, afortunadamente, “Edge of Tomorrow” consigue los giros necesarios para ofrecer algo fresco y novedoso.
Nos vemos en el cine.



