Cortesía, Rick Kopstein

Myrelis Díaz-Martínez es estudiante de postgrado de la escuela de Salud Pública Mel and Enid Zuckerman en la Universidad de Arizona, originaria de Puerto Rico.

Para La Estrella de Tucsón

Cancelaciones de conciertos y vuelos declaración de pandemia, cuarentena, escasez de productos en las tiendas locales... todo como salido de una película de terror, ¿cierto? Todas estas acciones pueden ser motivo de ansiedad, especialmente cuando no se tiene idea de dónde acceder a la información correcta.

El nuevo coronavirus, llamado COVID19 (Corona Virus Infectious Disease 2019) descubierto en diciembre 2019, es de la familia de los virus “Corona”, que adquirieron su nombre debido a su forma, similar a la pieza utilizada por los altos miembros de la realeza.

Aunque tenemos precedentes de virus de la misma familia, tales como el SARS-CoV y el MERS-CoV, el COVID19 es totalmente nuevo y, por tanto, la única manera de combatirlo es por medio de la prevención. Lamentablemente, es una realidad que algunas comunidades son mucho más vulnerables que otras al momento de contraer la enfermedad.

El Centro para el Control de Enfermedades (CDC) ha identificado ciertos grupos como vulnerables, entre ellos las mujeres embarazadas de dos semanas o menos de gestación, personas diagnosticadas con diabetes, personas diagnosticadas con alta presión, personas inmunocomprometidas, personas de edad avanzada y personas diagnosticadas con asma.

En Arizona, aproximadamente 529 mil personas padecen de asma (CDC). De éstas, aproximadamente 7 por ciento son latinos y 11 por ciento menores de 17 años de edad. De hecho, se conoce que 1 de cada 5 hispanos en Arizona no pueden pagar sus medicamentos de acción rápida contra el asma.

Debido al limitado acceso a seguro de salud para nuestra comunidad, es sumamente importante que sigamos las indicaciones de nuestros oficiales de salud pública para la prevención de infecciones en nuestras comunidades y no ser víctimas de la desinformación rampante que invade muchas veces nuestras redes sociales.

Aquí les dejo algunas de las maneras más eficientes de prevenir el contagio, según lo recomendado por el CDC y la Organización Mundial de la Salud (WHO, por sus siglas en inglés).

Lavarse las manos con agua y jabón por al menos 20 segundos – De no tener acceso a esta opción, el CDC recomienda que utilice gel desinfectante con 60% de alcohol. Ojo: Las recetas de desinfectante para manos publicadas en internet no cumplen con este criterio, debido a las diluciones.

Quédese en casa si siente alguno de los siguientes síntomas y sospecha que tuvo contacto con una persona infectada: Tos, fiebre y dificultad para respirar

Limpiar y desinfectar los objetos y las superficies que se tocan frecuentemente, como las manijas de puertas y armarios, controles de t.v., teléfonos, mesas, etc., usando un producto común de limpieza de uso doméstico en rociador o toallita.

Las Diluciones de blanqueador son eficientes para limpiar superficies una vez al día. La dilución recomendada por el CDC es 1/3 taza de blanqueador por cada galón de agua para limpiar superficies.

El CDC no ha hecho recomendaciones para que las personas que no están enfermas usen mascarillas para protegerse de enfermedades respiratorias, incluso del COVID-19.

Las personas que presentan síntomas del COVID-19 deberían usar mascarillas para ayudar a prevenir la propagación de la enfermedad a los demás. El uso de mascarillas es también esencial para los trabajadores de la salud y las personas que cuidan de alguien en un entorno cerrado (en la casa o en un establecimiento de atención médica.

SI TIENE a ALGÚN ENFERMO EN CASA

Vigile de cerca los síntomas. Si la persona presenta dificultad al respirar y/o sus labios o cachetes se tornan morados, llame a su médico o clínica de inmediato.

Cuide de esta persona en una habitación separada de las demás áreas, si es posible.

No suminustre ibuprofeno para mitigar la calentura, pues ha sido contraindicado para tratar el COVID-19. Es preferible utilizar paracetamol -también conocido como acetaminofén-, como Tylenol y Panadol.

Administre comida dentro de esta habitación. Lave platos y utensilios reutilizables con agua caliente y líquido de fregar antibacterial.

Limpie la ropa de cama y ropa de vestir como se indica en los detergentes de ropa regular y utilice agua caliente.

La comunidad latina tiene el poder y la capacidad para prevenir y contener este brote si sigue las directrices de nuestros profesionales de la salud. Como diría nuestro amigo Chespirito, “Que no panda el cúnico”, pues “no contaban con nuestra astucia”.


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Myrelis Díaz-Martínez es estudiante de la escuela de Salud Pública Mel and Enid Zuckerman en la Universidad de Arizona. Contáctala en Facebook: Myrelis Diaz Instagram: mdm_91