Mike Christy / La Estrella de Tucsón

Manuel Álvarez, dueño de Funland Express Party Rentals, en el 702 W. Irvington Rd., muestra una piñata de Donald Trump. La piñata tiene un pretencioso copete como el del precandidato a la presidencia y también viene vacía.

¿Tienes ganas como de darle un trancazo a Donald Trump?

Si es así, Manuel Álvarez tiene algo para ti.

Una piñata de Donald Trump.

Álvarez, dueño de Funland Express Party Rentals, ubicado en West Irvington Road al este de la carretera Interstate 19, tiene una piñata de 1.2 mts de altura de Trump, con su corbatita roja, su traje oscuro y su pretencioso copete. Pero viene vacía, como el verdadero Trump, y los dulces para rellenarla se venden aparte.

“Hemos vendido algunas”, dijo Álvarez.

Las piñatas de Trump empezaron a aparecer, no por coincidencia, poco después de su anuncio como precandidato presidencial por el Partido Republicano el pasado 16 de junio.

En caso de que no haya visto lo que dijo, aquí está una parte:

“Cuando México envía a su gente, no envía a los mejores. Envía a gente que tiene mucho problemas, y ellos traen esos problemas con nosotros. Traen drogas. Traen crimen. Son violadores. Y algunos, supongo, son buenas personas”, dijo en la torre que lleva su nombre en la Ciudad de Nueva York.

¡Zas!

Ese fue el sonido de muchos potenciales electores que le dieron la espalda al hombre que pretende encabezar a nuestro diverso país.

Pero no fue el caso de Álvarez.

“No me importa lo que él diga”, dijo Álvarez, aunque agregó que la bofetada de Trump a los inmigrantes mexicanos fue irrespetuosa.

“Lo que me importa es mi negocio”, dijo Álvarez, un inmigrante de 42 años de edad originario de Agua Prieta, Sonora. Álvarez, quien ha vivido en Tucsón por casi 30 años, ha tenido su negocio por tres años, tiene un hijo que estudia en la preparatoria Tucson Magnet y paga sus impuestos.

Álvarez dijo que no le interesa juzgar a Trump. Sin embargo, Álvarez está más que feliz de vender sus piñatas de 45 dólares a personas que sí quieren emitir un juicio sobre el candidato líder de los republicanos, quien ha estado robando oxígeno a sus rivales.

Los mexicoamericanos, y por extensión los latinos, no son los únicos que están tomando turnos para darle a Trump, el candidato.

En el estridente debate entre los candidatos republicanos el pasado jueves 6 de agosto, la conductora de Fox News Megyn Kelly azotó a Trump cuando sugirió que no tenía madera de presidente debido a sus comentarios sexistas sobre las mujeres como “cerdos gordos, perros, detestables y asquerosos animales”.

Trump salió con la ocurrencia, aplaudida por la audiencia, de que se refería sólo a la personalidad de la TV Rosie O’Donnell, pero Kelly le dio otro giro cuando dijo: “En tu cuenta de Twitter hay muchos comentarios peyorativos sobre la imagen de las mujeres. Una vez le dijiste a una concursante de ‘Celebrity Apprentice’ que sería una linda imagen verla de rodillas”.

Esos porrazos que escuchas son mujeres y hombres por todo el valle frutal tomando turnos ante la piñata de Trump.

Trump adoptó la postura de que no tiene tiempo para ser políticamente correcto y de que esa es la razón por la que Estados Unidos tiene problemas y por la que este país está perdiendo ante China y –da, da, da- ante México. Uno sabe que él tenía que indagar más sobre México.

Un no arrepentido Trump, bailando como piñata en los aires de la política, se quejó después ante todo el que se lo permitió de que Kelly fue injusta con él.

En el campanazo inicial, el copresentador de la noche, Bret Baier, les preguntó a los 10 candidatos, “¿quién no estaría dispuesto esta noche a ofrecer su apoyo al eventual candidato del Partido Republicano y quién garantizaría que no participará en una campaña independiente?”.

La piñata humana levantó su mano y los fieles republicanos pueden empezar a levantar su mano para tomar turnos frente a la piñata de Trump.

Como candidato independiente, el multimillonario magnate inmobiliario de profundos bolsillos, y quien está atrayendo a seguidores populistas y conservadores, podría descarrilar la candidatura de quien resultara candidato republicano (digamos ¿Jeb Bush?).

Mientras Trump permanezca como candidato visible, la fila de personas esperando su turno para darle a su piñata crecerá.

Pero Álvarez no espera vender muchas piñatas de Trump. Entre la amplia colección en su dulcería y tienda de raspados, la piñata de Trump no es la más vendida.

Minnie y Mickey Mouse están por encima de Trump.


Become a #ThisIsTucson member! Your contribution helps our team bring you stories that keep you connected to the community. Become a member today.

Ernesto “Neto” Portillo Jr. es editor de la Estrella de Tucsón. Contáctalo en netopjr@tucson.com o al 573-4187. En Twitter: @netopjr.