Si los New York Yankees están del lado de los vendedores en el 2016, creo estamos en una temporada relevante.
Está ocurriendo algo que alguna vez pensamos no volvería a ocurrir. Por lo menos pasarían muchos años para ver a los Yankees en medio de una campaña soltando peloteros establecidos a cambio de prospectos.
Me refiero por supuesto al movimiento hecho durante la semana donde enviaron a los Chicago Cubs al relevista Aroldis Chapman a cambio de prospectos, mejorando seguramente a futuro pero, se supone, debilitándose en el presente.
Al final, la negociación de Chapman luce como una buena para los Yankees, lo adquirieron de los Cincinnati Reds soltando a cuatro jóvenes interesantes. Ahora lo están cambiando a los Cubs recibiendo sobre todo a uno de los mejores prospectos, se llama Gleyber Torres.
No importa qué tan bueno sea Torres, no era la manera como habían estado operando los Yankees desde aquellos años cuando iniciaron uno de los máximos dominios en el beisbol en las últimas décadas. Me refiero a 1995, 1996, aquellas campañas donde ya tenían una nómina alta y luego la inflaban en julio, pasaban a playoffs y al año siguiente buscaban a los mejores agentes libres.
Debido al éxito todavía hasta el año 2000, cuando ganaron su cuarta serie mundial en cinco años, se vieron como un equipo con la capacidad de ganar básicamente por la vía del dinero, porque en realidad lograron firmar a varios de los principales peloteros de aquella época.
Es verdad que les ayudó el dinero, pero como bien decían sus seguidores, no eran los únicos que estaban gastando muchos millones de dólares, había otros equipos con la capacidad económica haciendo pésimas inversiones. Ellos simplemente sabían invertir, además peloteros como Jorge Posada, Bernie Williams, Mariano Rivera, Andy Pettitte y sobre todo Derek Jeter habían salido de sus granjas, fueron desarrollados por ellos mismos.
Debido al dominio de los Yankees en esos años vino la preocupación de si sólo los clubes con mucho dinero ganarían de ahí en adelante, si sería la única fórmula para triunfar; hasta cambiaron las reglas poniendo un impuesto de lujo a los clubes que rebasaran ciertos límites en las nóminas, impuesto que no le hizo ni cosquillas a los del uniforme a rayas. Siguieron haciendo inversiones millonarias.
El problema fue que ya en los últimos tres lustros no ganaron tanto, sólo una Serie Mundial, luego dejaron de ir a los playoffs. Si este año no avanzan a la postemporada habrán tenido una sola participación en esos terrenos en los últimos cuatro año. Esa participación es el duelo de comodines del año pasado donde perdieron ante los Houston Astros.
Imagine lo que representa para este equipo un solo juego de postemporada en cuatro años, debe ser frustrante. Decidieron cambiar de rumbo y por lo visto seguir el camino de moda para triunfar: captar a los mejores prospectos. Fue así como le sacaron provecho a Chapman y aun así seguir con esperanzas de playoffs en el 2016.
Se requiere de más paciencia
En efecto, el éxito no se consigue en un elevador pasando a la parte más alta, los Kansas City Royals tardaron algunos años para lograr el título del año pasado.
Los Chicago Cubs han hecho inversiones millonarias, pero están ahora triunfando sobre todo con un grupo de jóvenes donde Kris Bryant es la principal figura. Lo mismo podemos decir de los Houston Astros, hasta los vecinos de los Yankees, es decir los New York Mets, lograron desarrollar a varios lanzadores que los hicieron llegar el año pasado a la Serie Mundial y de nuevo los tienen en aceptable posición en el 2016.
El último equipo que pensamos iba a buscar ganar por la vía de los prospectos eran los New York Yankees, ellos dieron la impresión de que a base de billetes estaban buscando los títulos, como subiéndose a un elevador para llegar a la parte más alta. Pero en realidad, en esa excelente etapa donde dominaron aparentemente a base de millones de dólares tuvieron a sus estrellas desarrollados por ellos mismos.
Es como el equilibrio que cualquier circuito buscaría, que hasta el multimillonario batalle y cualquiera tenga la oportunidad de ganar. Por allá del año 2000 daba otra impresión.
