Un amigo contador público tiene en su oficina un póster de Cal Ripken Jr. con una frase relacionada con el trabajo; el ex parador en corto de los Baltimore Orioles fue un ejemplo a seguir en cualquier terreno, porque estableció el récord de 2,632 partidos seguidos.
Ni modo que no estuviera algún día con fiebre, con algún malestar estomacal, incluso con algún problema del tobillo, rodilla, hombro, etc., pero Ripken estuvo por muchos días, sin interrupción, apareciendo en el orden al bat.
Cuando Ripken tumbó la marca anterior, que era de Lou Gehrig de 2,130 partidos seguidos, resultó todo un acontecimiento, el Presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, estuvo en el estadio.
Definitivamente, un ejemplo a seguir, insisto, en cualquier terreno, aunque en lo que al beisbol respecta, eran otros tiempos.
Cuando vemos la forma como dirigen hoy en día el beisbol, tenemos que llegar a la conclusión de que el récord de 2,632 partidos seguidos debe ser uno de los más difíciles de romper.
Los New York Yankees están resultando el equipo de Major League Baseball más afectado por las lesiones. Durante la semana incapacitaron al nicaragüense Jonathan Loaisiga, fue el caso 17 de la temporada.
También por estos días los San Francisco Giants dieron de qué hablar por declaraciones del lanzador Derek Holland, quien dijo que le habían pedido que fingiera una lesión. De esa forma, los Giants usaron su lugar en el roster con alguien más, mientras le daban a Holland un descanso.
Se cuida tanto al pelotero hoy en día, que lo dejan a uno dudando si en realidad todos esos peloteros que salen de roster por algún problema físico están en situación grave.
Seguramente, muchos de ellos pudieran jugar. Anteriormente era común que el pelotero siguiera activo a pesar de alguna molestia, aprendía a actuar bajo esas condiciones; hoy es diferente.
Cierto es que la temporada de la MLB es larga, exige mucho, y los clubes han optado por dar varios descansos hasta a los titulares más valiosos, porque sienten que así no solo los mantendrán en mejor condición física sino también serán más productivos.
Hay quien asegura que Ripken pudo haber dejado mejores números si hubiera tomado descansos.
Movimientos a la vista
Parece inevitable que los San Francisco Giants tengan que hacer algunos cambios durante el verano para intentar mejorar a mediano o largo plazo, aprovechar varias piezas que tienen para cambiarlas por futuros estrellas.
La pieza más atractiva tiene que ser el pitcher Madison Bumgarner, clave en ese periodo espectacular cuando en San Francisco ganaron tres Series Mundiales.
Si eso ocurre será una despedida un poco amarga para el mánager Bruce Bochy, quien anunció que se retirará al acabar la presente campaña, porque lo más probable es que sea una temporada perdedora.
Los Giants han sido una de las organizaciones ejemplares en los últimos años, básicamente por ese enorme éxito que tuvieron entre 2010 y 2014, cuando ganaron los tres campeonatos. Ahí fue donde Bochy elevó su fama hasta ser considerado fuerte candidato para ingresar al Salón de la Fama.
Interesante la manera como vayan a proceder, lo cierto es que si hay un pelotero que en la presente década ha sido sinónimo de éxito en partidos de playoffs ese es Bumgarner.
Sería un excelente refuerzo para un club que tenga aspiraciones de meterse a postemporada.
