Esmery Martínez no tardó mucho en saber que pertenecía a Arizona. Poco después de visitar Tucsón en Abril, decidió convertirse en una Wildcat.
Arizona no fue su primera opción, antes se comprometió verbalmente a transferirse de West Virginia a LSU, pero aún tenía preguntas pendientes. No dejaba de pensar en sus conversaciones con la entrenadora de la UA, Adia Barnes, y quería saber más. Hizo un viaje al Oeste y eso fue todo.
Ahora, después de dos semanas de estar en Tucsón, incluso con un calor de 100 grados, sabe que estaba destinada a ser una Wildcat, no una Tiger.
“La entrenadora Adia y los (otros) entrenadores me hicieron sentir como en casa, como en familia”, dijo Martínez. “Tomé la decisión correcta. Estoy feliz de estar aquí. Estoy emocionada y no veo la hora de jugar para la entrenadora Adia”.
Martínez ingresó al portal de transferencias después de tres temporadas en West Virginia (WVU), luego de que el entrenador Mike Carey se retirara. En su segundo año promedió 13.6 puntos y 11.6 rebotes por partido y llegó al primer equipo All-Big 12. La temporada pasada, mejoró sus tiros de 3 puntos, pasando del 25% al 40%, promediando 11.3 puntos y 8.8 rebotes por partido.
Esta delantera, que mide 6 pies y 2 pulgadas, considera que es una virtud el poder apoyar al equipo en los rebotes. “Creo que Dios me dio un don. Siento que sé a dónde va a ir la pelota, y solo voy por ella. No sé cómo lo hago”, dijo.
“Soy una muy buena defensora, pero me gusta lanzar el balón. Es mi cosa favorita. En defensa, siento que puedo defender a cualquiera. Si no puedo, voy a estar trabajando duro para proteger a cualquiera en cualquier posición”.
Martínez sonríe mucho por estos días, incluso cuando trata de orientarse en el campus. Su camino hasta llegar a Tucsón no siempre fue fácil. Nacida y criada en República Dominicana, las cosas “fueron duras, pero divertidas”, dijo. “Todos tienen sus propios problemas... Pero está bien. Amo mi país”.
“Estoy feliz de estar con mi familia ahora. Todo el mundo tiene que venir a los juegos”, dijo Esmery Martínez. En la foto se la ve peleando por el balón en un juego del Torneo de la NCAA contra Lehigh en 2021.
Martínez no comenzó a jugar baloncesto sino hasta los 14 años, cuando siguió al gimnasio a su hermano menor, Lando. Y tan pronto comenzó a hacer algunas cestas, se centró del todo en el baloncesto. En solo unos años llegó a la selección nacional de República Dominicana, y jugó en el Campeonato del Caribe FIBA 2018 en donde promedió 8.8 puntos y 5.3 rebotes por partido cuando era adolescente.
Sus compañeras no se lo pusieron fácil a Martínez, que era la más joven del equipo. “Fue difícil, porque yo tenía como 16-17 años y estaba jugando con mujeres adultas que tenían como 27-28. De todos modos fue una buena experiencia jugar con ellas”, dijo Martínez. “Fue fuerte. He trabajado duro”.
Martínez jugó en el campamento Basketball Without Borders de la NBA en las Bahamas en 2017 y se llevó los honores de MVP (“Most Valuable Player” por sus siglas en inglés, es decir, la jugadora más valiosa). Se sumó a un grupo selecto de destacados ex basquetbolistas masculinos de la UA que también han jugado en este evento a lo largo de los años: Deandre Ayton, Lauri Markkanen, Josh Green y Bennedict Mathurin.
Muchos cazatalentos asistieron al torneo y uno en particular, que era de República Dominicana, le sugirió que jugara dos años en la preparatoria (high school) en EE.UU. para poder conseguir una beca para estudios superiores. En ese momento, Martínez no tenía idea de lo que era la universidad.
Esmery Martínez.
“Antes de venir aquí (a Estados Unidos), no sabía nada sobre la universidad. No sabía sobre la NBA. No sabía nada”, dijo Martínez. “Pensé que iba a jugar profesionalmente. Allá (en República Dominicana) solo jugamos profesionalmente. No jugamos por la universidad, no es como aquí”.
Martínez llegó entonces durante su tercer año de escuela preparatoria y jugó para la Academia Cristiana Hamilton Heights en Chattanooga, Tennessee. Lideró a su equipo hasta el segundo lugar en el Torneo Nacional de Escuelas Preparatorias de GEICO. En esa temporada promedió 18.3 puntos, y 14.3 rebotes por partido. En su último año se desgarró el ligamento cruzado anterior y estuvo fuera todo el año.
Aunque Martínez ha estado lejos de su familia durante muchos años, dice nunca es más fácil. Es por eso que el ambiente familiar para su próximo lugar fue un punto tan importante para Martínez.
“Todavía es difícil para mí, porque mi familia en este momento no está cerca de mí”, dijo. “Solo estoy manteniendo mi mente en alto. Sigo diciéndome a mí misma que estoy aquí por una razón. Estoy aquí por ellos, para ayudarlos”.
En todo caso, Martínez stá emocionada de estar con sus nuevos compañeras de equipo, y por jugar el sistema de estilo profesional que usa Barnes. También está ansiosa por jugar en un McKale Center repleto.
Esta joven basquetbolista ha visto antes grandes multitudes, como cuando con West Virginia jugó en Baylor. Sin embargo, nada la ha preparado para tener a toda la afición de la UA animándola, no estando en su contra. Dice que no ve la hora de vivir esta experiencia.
“Estoy feliz de tener una familia ahora, dijo Martínez. “Todo el mundo tiene que venir a los juegos”.



