Este mural de Jessica Gonzales está ubicado en la fachada oeste de The Loft Cinema, en 3233 E. Speedway.

El arte siempre ha sido parte de la vida de Jessica Gonzales, dibuja desde que era niña, tomó clases avanzadas de arte durante su secundaria y estudió Arte en la Universidad de Arizona.

Es probable que la hayas visto pintando. En la actualidad, Jessica es muralista a tiempo completo. A esto se dedica desde 2019: sus obras y coloridas creaciones iluminan varios edificios en Tucsón.

“El desafío comienza al crear un diseño en un formato pequeño y luego llevar esa imagen a una pared grande; es un proceso en el que hay que resolver una serie de dificultades pero siempre trae enormes recompensas”, dice. Afirma que le gusta también apropiarse de lo técnico, descubrir cómo crear algo que se adapte bien a su entorno.

“Cuando trabajo en mi estudio, la experiencia es muy personal; estoy sola, con mis pensamientos. Y aunque eso me encanta, creo que interactuar con el público (al crear murales) me da algo de equilibrio en la vida”, dice. “Es bueno no estar encerrada en casa todo el tiempo. Es casi un placer interactuar con la gente, ver cómo responden al arte y conocer sus comentarios. Me ayuda a crecer mucho como artista y como persona”.

Si alguna vez te has preguntado cuál es la historia detrás de este o aquel mural, Jessica está aquí para compartir sus razones.

Un toque de color en una librería icónica

Este mural de Jessica Gonzales está ubicado en la pared lateral de Antigone Books en Fourth Avenue. Se titula: “Imagination Navigation Sonoran Sea”.

Años antes de la inauguración de este mural en Antigone Books en Fourth Avenue, Jessica y su hermana estaban nadando en una piscina de la ciudad y notaron que cerca había una gran pared en blanco.

“Pensamos, ‘¿Qué mural podríamos pintar ahí?’”, cuenta Jessica. “Allí se nos ocurrió una especie de concepto: pintar criaturas híbridas que fueran en parte criaturas del desierto y en parte criaturas marinas”.

Las dos hermanas se estaban divirtiendo tanto mientras intercambiaban ideas que Jessica sacó su cuaderno y comenzó a hacer los primeros bocetos de la idea.

Años más tarde, la Historic Fourth Avenue Coalition quiso comenzar a transformar la avenida para atraer el interés de los citadinos al área, comenta Jessica. Una forma de hacerlo era pintando un mural llamativo en las paredes de una tienda apreciada por la gente.

“Esta oportunidad surgió en Antigone Books, entonces quise capturar la forma en que los libros nos permiten usar nuestra imaginación”, dice Jessica. “Enseguida surgió ese recuerdo con mi hermana y pensé: ‘Este parece un buen lugar para hacer esto, es un lugar para la imaginación’”.

A partir de allí se pulió su idea de pintar a un niño que mira un libro y que “deja que su imaginación corra y juegue”, dice Jessica.

En este mural, la artista también le hizo un guiño a Tucson Thrift Shop, la tienda en donde trabajó durante 15 años y a la que llama su “segunda familia”. La tienda tiene colores brillantes en su exterior, por lo que ella incorporó esos colores al mural de Antigone.

Un mural muy detallado con una visión íntima

Un mural de Jessica Gonzales mural ubicado en 151 N. Stone Ave.

Cerca de Stone Avenue and Alameda Street hay un edificio de servicios de tránsito de Sun Tran.

Como explica Jessica, lo que sucede allí es que la gente llega temprano en la mañana a hacer fila a las afueras del edificio. Entonces funcionarios de la ciudad decidieron “darle un poco de brillo a esa esquina para que se convirtiera en un destino y ofreciera algo hermoso para mirar”, dice Jessica.

“Esto parece ser algo recurrente en mi trabajo: pensar en cómo un espectador podría mirar un mural y perderse en él de alguna manera”, dice. En este caso, Jessica “quería crear algo que tuviera muchos elementos de interés para que siempre pudieras ver algo nuevo, en especial porque este mural está justo al nivel de los ojos en la acera y es un espacio muy largo”.

Si alguna vez has visitado este mural, puedes dar fe de ello. Es imposible hacer una sola foto de toda la obra.

Se trata de una explosión de color, con diferentes patrones y técnicas, todos centrados en la imagen de una mujer.

“Las montañas en el fondo pasan de ser realistas a ser más geométricas al final”, dice Jessica. “El tema principal fue la idea de la exploración, tanto la autoexploración como la exploración física, como por ejemplo sucede en los viajes. Obviamente, con el edificio de tránsito, esa fue una forma de combinar estos temas”.

Jessica tenía además la idea de agregarle un sentido de movimiento al mural, incluyendo paisajes que pudieran estar “en diferentes ubicaciones, no en una sola, pues se trata de escapar de la rutina diaria y de llevar tu mente más allá”.

Referencias a viajes y al movimiento se pueden apreciar a lo largo del mural. Hay, por ejemplo, una cruz en la mejilla de la mujer que representa los puntos cardinales; los auriculares que ella lleva puestos son una explícita alusión a la música. Para Jessica, la música es una forma “de escapar, de perderse en un pequeño mundo propio”.

De un póster para un festival a un mural

Este mural de Jessica Gonzales ilumina la pared lateral de The Loft Cinema en 3233 E. Speedway.

¿Has visto el mural gigante que está al costado de The Loft Cinema en el centro de la ciudad? Jessica creó esta imagen originalmente en una versión más pequeña, era el póster de un festival de cine.

Jessica cuenta que en su momento se habló de llevar el diseño a un mural, pero el tema era entonces solo una opción. Sin embargo, el año pasado, The Loft recibió recursos de un donante anónimo, lo que permitió que esa idea se hiciera realidad.

“Fue genial que esto se diera pues The Loft estaba justo creando su espacio de cine al aire libre”, dice Jessica haciendo referencia a la estrategia que incorporó el teatro durante la pandemia de COVID-19. “Estuvimos encerrados durante mucho tiempo, parecía una eternidad. Por eso fue una experiencia grandiosa sentir que era parte de una compañía que amo y que está tratando de adaptarse a nuevas formas para mantener su negocio a flote y a sus miembros comprometidos”.

Al crear el diseño –que en ese momento era solo para el cartel del festival de cine–, Jessica investigó mucho sobre carteles para otros festivales.

La artista local Jessica Gonzales pinta un mural en el lado oeste de The Loft Cinema, ubicado en 3233 E. Speedway el 9 de septiembre de 2020.

“Estaba decidida a intentar hacer algo que sentía que no se había hecho antes”, dice. “Estaba tratando de evitar cosas como el uso de rollos de película o palomitas de maíz o gafas 3D que podrían verse repetidas en este tipo de diseño. Pensé, ‘¿Cómo puedo usar esto como una oportunidad para mostrar lo que el espectador está experimentando mientras está viendo una película? Entonces tomé la experiencia del espectador como el ángulo de enfoque”.

Luego, Jessica tuvo un sueño.

“Se me ocurren muchas ideas en mis momentos de vigilia, segundos antes de despertar”, dice. “Lo que me vino a la mente fue: esta persona con todas estas manos es una forma muy interesante de transmitir emociones. Sentí que sería genial si pudiera dibujar las posiciones de las manos de modo que pudieran generar diferentes emociones y que fuera visualmente impactante”.

Para la mayoría de sus murales, Jessica crea maquetas en formato digital. Pero, para este en particular, pintó sobre un lienzo y luego hizo un poco de edición digital para llegar al diseño final.

“Este es uno de los pocos diseños que creé primero con pintura y a pequeña escala. Luego lo volví a hacer, pero a gran escala”, dice. “Es interesante ver la diferencia cuando pintas a diferentes escalas”.

Un mural extra especial para la artista

Este mural de Jessica Gonzales estuvo ubicado en una pared de Wig-O-Rama en el centro de Tucsón.

Jessica considera que, entre toda su obra, dos de sus murales fueron los primeros.

Uno de ellos estaba ubicado en lo que ahora es el edificio Solar Culture en Toole Avenue. El otro fue el primer mural por el que recibió una compensación económica. Lo hizo en el año 2016 y estaba ubicado en el costado de Wig-O-Rama en Congress Street y Scott Avenue. Es el mural de la foto anterior.

Aunque el mural ya no está allí, sigue vivo en las fotografías. Su creación fue posible cuando Jessica se propuso hacer parte del programa de artes murales de la ciudad de Tucsón.

“Presenté la solicitud sin pensar que me iban a aceptar porque no había pintado muchos murales hasta ese momento”, dice.

Cuando fue aceptada, decidió pintar un mural que llevara un mensaje de agradecimiento a la comunidad.

“Quería honrar a la comunidad que me había apoyado como artista hasta este momento”, dice Jessica. “Fue por (la comunidad) que sentí que incluso podía solicitar algo como esto e incluso conseguir el trabajo”.

El mural simboliza el nacimiento de algo que luego se nutre y se ve crecer”.

“Hay tres mujeres en el mural y cada una de ellas representa una de las etapas en ese ciclo”, explica Jessica.

“En realidad quería hablar sobre cómo me convertí en la artista que era y cómo la comunidad artística del centro me ayudó a alcanzarlo”, concluye.


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