Espero, estimado lector, que pase muy felices fiestas en compañía de sus más cercanos y que este año haya sido muy bueno en cuestiones de cine. Yo, por mi parte, no quiero perder la costumbre de presentarle, una vez más, mi selección personal de lo mejor que vi a lo largo de estos 12 meses. He aquí, entonces, mis favoritas de 2018:
Mi lista tenía que comenzar, obviamente, con “Mission: Impossible- Fallout” (Christopher McQuarrie). Es cierto que no soy fan del cine de acción, pero esta cinta hizo que se me fuera el aliento con su acción vertiginosa que apenas se detuvo para darme chance de respirar. Habrá que quitarse el sombrero ante el chaparrito Tom Cruise, quien arriesgó el pellejo para interpretar una vez más al espía Ethan Hunt.
“Hereditary” (Ari Aster) satisfizo mi apetito de suspenso, horror y misterio en el año. La historia contiene una de las secuencias que más impresión me causaron en 2018, así que era justo que tuviera un lugar en esta lista. Puede ser que el giro semiapocalíptico/diabólico que ofreció en el último tercio no sea del gusto de todos, pero lo que generó en el proceso le alcanza para ser una de las mejores cintas de terror del año.
Qué decir de la agradable sorpresa de “Overlord” (Julius Avery), un filme originalísimo en su naturaleza y empacado con buenas dosis de acción y suspenso angustiante. Mientras el público esperaba una cinta más de zombis (gracias al tráiler promocional), lo que obtuvo fue una historia de ciencia ficción retro, donde unos nazis pretendían ganar la Segunda Guerra Mundial recurriendo a la ciencia y a la creación de seres sobrehumanos.
Otro de mis placeres del año fue “Upgrade” (Leigh Whannell), con todo y que su premisa es similar a muchas que andan por ahí (Dredd, Robocop, Terminator, Hardcore Henry, Edge of Tomorrow, The Guest...). El acierto de esta cinta de Whannell (actor en Saw y director de Insidious: Chapter 3), radica en la afortunada mezcla de drama, humor y acción en donde un discapacitado pudo vengarla muerte de su mujer gracias a un misterioso chip instalado en su corteza cerebral.
“Bohemian Rhapsody” (Bryan Singer) es, tal vez, uno de los biopics más entretenidos (el más taquillero ya lo es), a pesar de que molestó a los puristas que, la verdad, deberían recurrir a The History Channel si lo que quieren es veracidad y orden cronológico. Lo cierto es que esta recreación de la vida de Freddie Mercury y la banda Queen tiene lo necesario para satisfacer a los fans de su música. Sobresale la encarnación excelsa que hace Rami Malek del músico nacido en Tanzania y nacionalizado inglés.
Cómo dejar fuera a esa joyita de terror/Sci Fi llamada “A Quiet Place” (John Krasinski) que, a pesar de su modesto presupuesto, logró crear niveles de suspenso sobresalientes con el atinado uso de su recurso estrella: el silencio casi total en gran parte de la trama. Para reconocer es el trabajo de Krasinski, quien dirigió y actuó (al lado de su esposa Emily Blunt) una de las cintas más sorprendentes del año.
Me gustaría cerrar con un filme que me hizo suspirar de nostalgia al hacerme recordar las cintas de horror/slasher con las que crecí: “Halloween” (David Gordon Green). Qué bueno que Michael Myers volvió a ocupar su lugar de mandamás entre los asesinos más reconocidos del género: Jason, Freddy Krueger y Leatherface. Una delicia volver a ver a Jamie Lee Curtis como la hermana que ahora no sólo quiere escapar de su diabólico hermano, sino que esta vez está decidida a terminar con él.
Una disculpa si no dedico más que una mención honorífica a la ingeniosa Isle of Dogs, al melodrama A Star is Born, a la entretenida Black Panther, a la simpática The Incredibles 2, a la nostálgica Ready Player One, a la súper taquillera Avengers: Infinity War y a la aclamada Roma, obra del mexicano Alfonso Cuarón, pero en este personal recuento tengo que ponerme sincero y dejar la pose para otra ocasión.
Sin más, le dejo mis mejores deseos para este 2019.
Hasta la próxima.
