A estas alturas, el sello Tim Burton resulta bastante obvio para cualquiera que haya visto tres o cuatro filmes suyos: escenarios góticos (fantásticos, escabrosos, oscuros…), personajes extremos (estrafalarios tanto en lo físico como en lo psicológico), fantasmas, criaturas sobrenaturales y humanos con algún talento fuera de lo ordinario.

Basta con elegir al azar cuatro cintas de su filmografía: Beetlejuice (1988), Edward Scissorhands (1990), Ed Wood (1994) y Corpse Bride (2005), por ejemplo, para que los patrones mencionados arriba salten a la vista, al grado de que no sabe uno si es él quien busca ese tipo de proyectos o si son las productoras quienes, basándose en su obra, lo solicitan para hacerse cargo de ellos (en las entrevistas él asegura lo primero).

Sin embargo, hay un detalle curioso para tomar en cuenta y que no habla muy bien del cineasta nativo de California: la única vez que se atrevió a internarse en algo ajeno a lo suyo el resultado no arrojó nada bueno; la obra en cuestión es Big Eyes (2014), película protagonizada por Amy Adams y Christoph Waltz, en donde se le siente inseguro y alejado de sus terrenos.

Su trabajo más reciente, Miss Peregrine’s Home for Peculiar Children (2016), se suma a la estela de cintas que extienden el reconocido estilo Burton (aclaro que esto no es necesariamente malo), regresando a sus familiares mundos góticos y a sus freaks tan amados.

El filme se basa en la popular novela del mismo nombre, publicada por Ransom Riggs en 2011, la cual tiene en sí misma un halo interesante, pues estaba proyectada para ser un álbum ilustrado con fotografías que el autor coleccionaba pero que, sin embargo, al llegar a las manos de un editor se transformó en una narración en forma.

La historia cuenta las aventuras de un adolescente de nombre Jacob Portman (Asa Butterfield) quien, tras pasar por una dura tragedia familiar, se topa con ciertas pistas que lo llevan hasta un extraño orfanato, sitio que le tiene reservados muchos misterios y que le revelará algunos secretos sobre la muerte de su abuelo y de su propia identidad.

Es ahí donde se entera de la existencia de mundos paralelos y de la relatividad del tiempo, además de que conoce a Miss Peregrine (Eva Green), un personaje excepcional que puede transformarse en ave, quien tiene a su cargo el cuidado de una gran variedad de series peculiares.

La cinta tiene en la introducción de los personajes del orfanato y la respectiva exposición de sus poderes su principal atractivo; estos segmentos, por cierto, lucen por dos razones: lo peculiar de sus dones y lo ingenioso de sus efectos especiales.

De entre los fenómenos del colegio sobresalen un chico invisible, otro que puede crear fuego de la nada, una niña que esconde una boca enorme en su nuca, otra más que cuenta con una fuerza descomunal, etc.

Pero no todo es descubrir misterios y asombrarse ante los talentos de sus nuevos compañeros, pues pronto conocerá a un peligroso ser que se convertirá en su amenaza más importante: el malvado Barron (Samuel L. Jackson).

Completan el elenco Judy Dench como Miss Avocet, Rupert Everett en el rol del Ornithologist, Terence Stamp en el papel del abuelo Abraham “Abe” Portman, Ella Purnell, como la hermosa e inquietante Emma Bloom, entre otros.

Hasta la próxima semana.


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