En el 2013 se propuso un plan para desarrollar un parque natural desértico al pie del Cerro de la A, en la orilla oeste del Río Santa Cruz, en el lugar donde nació Tucsón.

Si un velódromo comercial no sería el mejor uso que se le podría dar a un sitio histórico vacío al pie de Sentinel Peak, ¿hay una alternativa mejor?

Me da gusto que usted lo pregunte, como lo hizo alguien después de que escribí en noviembre sobre una propuesta para construir una pista oval para ciclistas en el lugar donde se originó Tucsón.

¿Qué tal un ribereño desierto sonorense natural en la orilla oeste del Río Santa Cruz, lleno de plantas y especies de la región? Sería un lugar donde los tucsonenses y los turistas podrían disfrutar por igual de la belleza y la tranquilidad y aprender sobre nuestra rica historia local. Sería un lugar donde los ciclistas que circulen por The Loop podrían parar y echarles porras a los chicos en una pista BMX mientras las familias podrían pasar el día acampando o divertirse en el área con chorros de agua. Estaría conectado con el Cerro de la A y con Tumamoc Hill, a sólo minutos del floreciente centro histórico de la ciudad, el cual, hasta hoy, carece de un parque público grande.

La idea no es nueva. El parque del desierto de Sonora para el reacondicionamiento y revitalización del distrito Rio Nuevo en el centro se propuso en el 2013. El Departamento de Parques y Recreaciones de la ciudad comisionó el estudio, el cual fue concluido por Philip Rosen, investigador científico de la Escuela de Recursos Naturales y Medio Ambiente de la Universidad de Arizona.

Aunque el plan se ha presentado a la administración de Rio Nuevo y a funcionarios de la ciudad, dijo Rosen, no se ha llevado a ninguna discusión pública sobre el uso futuro del sitio donde la vida humana se puede rastrear varios miles de años.

“El Río Santa Cruz ha sido históricamente la razón por la que existe Tucsón”, dijo Rosen.

El lugar, que es la cuna de Tucsón, está rodeado por West Mission Lane y el Barrio Sin Nombre al norte, South Grande Avenue al oeste, el Río Santa Cruz y Barrio Kroger Lane al este, y West 22nd Street al sur. Es un lugar rico en historia, pero un grande y viejo basurero que se asienta ahí representa una costosa limpieza y otros retos ante cualquier tipo de desarrollo.

Pero la mitigación para un parque es viable, y en el estudio de Rosen hay varios grados de desarrollo de un parque, desde un paisaje austero que requeriría poca agua y cambios pequeños al suelo actual hasta un gran bosque de diversos mezquites similar al que alguna vez existió ahí.

Dijo que las tres variaciones son bocetos de posibles parques. El plan final podría incorporar aspectos de los tres.

En el estudio, Rosen escribió: “Las opciones de desarrollo de un parque incluyen áreas naturales, rutas para caminar, andar en bicicleta, a caballo y para apreciar aves, así como instalaciones recreacionales para niños. El espacio natural abierto proporcionaría conexión de la biodiversidad con el corredor y las reservas del condado y federales en las montañas de Tucsón”.

El desarrollo de un parque en este sitio elevaría significativamente la calidad de vida en el centro urbano de la ciudad, así como el turismo y la revitalización del centro de Tucsón, dijo Rosen.

El parque desértico incluiría historia interpretativa del lugar y conectaría con Tucson Origins Heritage Park, que incluye Mission Garden, Casa Carrillo y el convento -con la promesa de ser reconstruida- y el Rancho Chuk-son. Rosen también tiene la visión de incorporar dos pequeños parques que existen en la parte más grande y enfatiza que el parque fungiría como un corredor de vida silvestre conectado al Cerro de la “A” y a Tumamoc.

El velódromo propuesto contiene conceptos similares: espacio abierto, corredor de vida silvestre, usos recreativos, signos históricos de interpretación, todo con el objetivo de aumentar la calidad de vida de Tucsón. Pero la pieza central de la propuesta es una pista de ciclismo que sería costosa y utilizada por un número limitado de personas. Excluiría a la gran mayoría de la gente que no es ciclista y que no tiene dinero para usarlo.

La administración de Rio Nuevo argumentaría que cualquier desarrollo para el lugar de nacimiento de Tucsón tendría que ser autofinanciable. Si no genera dinero, entonces olvídenlo. Rio Nuevo existe para comercializar la propiedad que controla.

Es verdad. La entrada no puede cobrarse para entrar a disfrutar de un parque público. Pero hay algunos aspectos relacionados con ensalzar las virtudes y atractivos de Tucsón que son más que ganar dinero con un proyecto de Rio Nuevo. El parque del desierto de Sonora sería un espacio público abierto y amplio que representaría de forma orgullosa y visible nuestra historia, nuestra ecología, nuestro entorno urbano y nuestros valores.

Eso tiene valor.


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Ernesto “Neto” Portillo Jr. es editor de La Estrella de Tucsón. Contáctalo en netopjr@tucson.com o al 573-4187.