En los años pasados, una campana permaneció escondida en una bodega dentro de la Catedral San Agustín. Pero no era una campana cualquiera.

Esta campana de bronce, ahora con una sombra de pátina que le han dejado el tiempo y la humedad, data de 1807 y está dedicada a la Virgen de Guadalupe. Y alguna vez –durante el periodo de la colonia española- colgó fuera de la pequeña y hecha de adobe Capilla del Presidio Real de San Agustín del Tucson.

La campana volverá a sonar cuando regrese a la catedral en el centro de Tucsón para una misa especial el 27 de agosto a las 5:30 p.m., como parte de las celebraciones por el 241 aniversario de Tucsón.

En la ceremonia participarán representantes de organizaciones históricas y religiosas de Tucsón, y monseñor Raúl Trevizo, de la Iglesia San Juan el Evangelista, bendecirá la campana, algo similar a lo que hizo su predecesor del Presidio Fray Pedro Arriquibar hace 209 años.

La campana y la catedral están intrínsecamente conectadas, dijo Raúl Ramírez, de los Descendientes del Presidio de Tucsón, organización cultural y educativa que apoya los esfuerzos de preservación histórica.

“Los estamos volviendo a reunir”, dijo Ramírez.

La presencia de la campana en Tucsón ha sido bien documentada, mencionada por sacerdotes y visitantes territoriales de ese tipo. La primera referencia a ella la hizo Arriquibar poco antes de morir, en 1820. Después fue mencionada por un vaquero texano que visitaba la ciudad, James Bell, quien estuvo en Tucsón el 20 de septiembre de 1854, cuando Arizona acababa de integrarse como parte de Estados Unidos. Bell tenía un diario en el que escribió sobre la iglesia Presidio y la campana.

Pero, ¿dónde fue hecha la campana?

Una posibilidad es que haya sido fabricada en España y enviada a México como regalo de la corona española. Pudo haber sido llevada en carreta al norte hasta este punto de la Pimería Alta, nombre que se le daba durante la colonia española a lo que hoy conocemos como sur de Arizona y norte de Sonora.

Otra posibilidad es que la campana haya sido fabricada en el centro de México, donde numerosos artesanos creaban una gran cantidad de objetos religiosos que eran enviados a la Nueva España.

O quizá la campana de Guadalupe simplemente fue hecha aquí, en el desierto, por uno o más artesanos itinerantes que utilizaban materiales locales e importaban el cobre, especuló Doug Thompson.

Thompson y su socio, Brian Donahue, crearon la base que se usará para exhibir la campana. Trabajando en el taller, Doug Thompson Metalcraft, en East 18th Street y South Campbell Avenue, los dos grandes artesanos se maravillaron ante la historia de la campana y la posibilidad de que haya sido hecha aquí.

Una pieza clave es la gruesa parte de abajo de la campana. Se puede leer la inscripción que dice: “Nvestra Señora de Gvadalvpe Año de 1807”. En el antiguo español se usaba la “v” por la “u”.

Los artistas tucsonense del metal, ambos egresados de Rincon High School y de la Universidad de Arizona, sugirieron que sus históricos colegas, trabajando con herramienta rudimentaria, crearon intencionalmente una base gruesa para asegurarse de que no se quebrara durante el largo y tedioso proceso.

“Eso habría sido una hazaña notable de la artesanía”, dijo Thompson.

Dado lo grueso de la campana –pesa unas de 250 libras, o 113 kg- su sonido es opaco. Pero su historia suena claramente.

La campana de Guadalupe era una de las tres que había en el Presidio, el cual se estableció el 20 de agosto de 1775 en un pedazo del actual centro de Tucsón entre las calles Pennington y Washington y las avenidas Main y Church.

Las otras dos campanas permanecen en el área. Una está en la Misión San Xavier y la otra en la Iglesia San Pío Décimo, en el 1800 N. Camino Pio Décimo, cerca del Morris K. Udall Regional Park, en un nicho junto a la entrada de la iglesia. Ambas están dedicadas a San Agustín, el santo patrono de Tucsón.

Las tres campanas –una colgaba de la pared de la capilla y las otras dos por fuera de la puerta- hacían los llamados a misa o alertaban del peligro. Repicaban en celebraciones, para recibir a visitas importantes o para anunciar la hora.

Cuando la capilla del Presidio quedó deteriorada a finales de los 1850’s, la campana fue movida a una casa que se convirtió en capilla. Unos 10 años después, se le ubicó en la nueva Catedral construida de ladrillos en la Plaza de la Mesilla, más o menos donde ahora se encuentra la estatua de Pancho Villa, cerca de Church Avenue y Broadway.

La campana fue movida nuevamente hacia la nueva catedral en South Stone Avenue, la cual quedó terminada en 1897. Colgaba del campanario sur y permaneció en San Agustín cuando fue renovada a fines de los años sesentas.

En algún momento, el tañer de la campana de Guadalupe fue silenciado. Luego, en agosto de 1986 la bajaron y la llevaron a la Sociedad Histórica de Arizona en East Second Street, cerca del campus de la UA, donde las tres campanas estaban en exhibición.

La campana regresó a la catedral y fue puesta en el vestíbulo en una vitrina de plexiglás y después almacenada en una bodega, cuando la catedral fue remodelada.

El largo viaje de la campana terminará pronto, cuando regrese a casa.


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Ernesto “Neto” Portillo Jr. es editor de La Estrella de Tucsón. Contáctalo al netopjr@tucson.com o en 573-4187.