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Casi la mitad de los niños bajo cuidado temporal irán a casa.

Volverán a vivir con la familia que los trabajadores sociales de bienestar infantil del estado y las cortes habían determinado, en algunos casos años antes, que eran abusivas o descuidadas.

La reunificación es, por sí misma, la prueba del sistema de bienestar infantil. ¿Pueden los servicios y el apoyo ayudar a adultos a ser mejore padres? ¿Puede una familia que ha pasado por cualquier tipo de abuso negligencia que originó que los niños fueran removidos de su casa enmendar sus lazos y cambiar su conducta para mantenerse seguros, estables y saludables?

¿Puede una familia no sólo ser reunida sino reconstruida?

Cuando un niño es removido de casa, puesto bajo la custodia del estado y enviado a vivir con una familia temporal, con parientes o en una casa grupal, en la mayoría de los casos el objetivo es reunir a la familia después de que los padres completan un tratamiento para dejar las drogas, toman clases de paternidad, de manejo de la ira, entrenamiento laboral, consejería o lo que sea necesario para que puedan cuidar a sus hijos de forma segura.

A veces no se logra. La violencia, las adicciones a las drogas o el alcohol o severas enfermedades mentales no atendidas pueden ser una vara demasiado alta para superar. Esos son los casos en los que a un niño se le pone en adopción o crece con familias temporales, y así se convierten en adolescentes que a los 18 años de edad quedan fuera del sistema o, si se decide continuar con los servicios, se queda hasta los 21.

Del 1 de octubre de 2016 al 31 de marzo del 2017, más de seis mil 100 jóvenes en foster care o cuidado temporal dejaron de estar bajo la custodia del Departamento de Seguridad Infantil (DCS, por sus siglas en inglés). De ellos, 48 por ciento –casi 3 mil niños– fueron reintegrados a sus familias.

Tiene sentido humano y fiscal ayudar a las familias a reunirse de forma que tengan mejores oportunidades de salir adelante, y eso requiere un cambio en la forma de pensar y la cultura, dijo la jueza Bridget Mary McCormack, de la Corte Superior de Michigan, estado que se considera líder en este tema.

Ella fue de las organizadoras el pasado mes de junio de la celebración en Lansing, Michigan, del “Día de la Reunificación”, un evento que la American Bar Association promueve a nivel nacional.

“En la corte hemos decidido celebrar públicamente esos éxitos, tal como lo hacemos con el “Día de las Adopciones”, dijo McCormack. “Esos padres han trabajado duro para reunir a sus familias”.

Enmarcar la reunificación como un resultado que vale la pena celebrar destaca la necesidad de ayudar a familias a tener un sustento estable, y las cortes juegan un papel importante, dijo. “En mi punto de vista, el trabajo crucial que las cortes tienen que hacer -y hacen- es encontrar la forma de resolver problemas.

“Si las cortes son proactivas en mantener unidas a las familias, entonces realmente están sirviendo a la gente”, dijo McCormack.

En busca de soluciones que puedan funcionar aquí, el Arizona Daily Star habló con más de 100 líderes en la reforma de seguridad infantil y viajó a seis estados para ver qué les funciona allá. Hoy, en la entrega final del reportaje especial en tres partes, el periódico visitó Lansing, Grand Rapids y Ann Arbor, en Michigan, para conocer cómo los estados pueden ayudar a las familias a reinventarse después de que les han quitado a sus hijos, y luego ayudarlos a evitar que vuelvan a ser separados.

“Si prejuzgas, condenas el caso”

La reunificación requiere de mentes abiertas, dijo la jueza Susan Dobrich del Condado Cass, en Michigan. Es una férrea defensora de las “cortes de tratamiento”, que ella misma realiza, en las que los jueces se enfocan específicamente en ayudar a los defendidos a recibir tratamiento para el abuso de sustancias.

“Una corte familiar no debería ser adversa, a menos que tenga que serlo, dijo Dobrich. “Los papás que estamos viendo ahora son los niños que vimos hace 15 años”.

“Muchas veces, las cortes pueden ser muy duras”, dijo. “Tienes que estar abierto a la idea de que cualquier familia puede ser reunificada con los servicios adecuados. Nopuedes prejuzgar, si prejuzgas, condenas el caso”.

Legisladores de Michigan de ambos bandos han hecho un “enorme esfuerzo” por asegurarse de que las familias reciban servicios, dijo Dobrich. A veces, el enfoque difiere, pero el sentido de urgencia y necesidad es compartido.

“Pones todo este esfuerzo en una familia, y desde el punto de vista del dinero, ¿por qué no darle seguimiento para que sea exitoso?”, preguntó Dobrich.

Las investigaciones sobre cuáles son los puntos que hacen que la reunificación funcione apuntan a hacia los servicios brindados después de que los niños vuelven a casa. Un reporte del 2011 de Child Welfare Information Gateway encontró cuatro claves en la reunificación familiar exitosa, basada en una extensa revisión de investigación:

• Servicios a la familia para proteger a los niños en casa y evitar la remoción y o que sean regresados al cuidado temporal.

• Evaluación de necesidades y servicios para niños y padres.

• Visitas de los trabajadores sociales a los niños.

• Visitas de los trabajadores sociales a los papás.

Las investigaciones muestran que la relación entre los papás y el personal ayudándoles con la reunificación es crucial. Las familias que tienen más contacto con sus trabajadores sociales fueron más exitosas y estuvieron más involucradas en el proceso, según el reporte Child Welfare Information Gateway. Los servicios brindados dentro del hogar, como el Programa de Reunificación Familiar de Michigan, también muestran efectividad.

Ayudar a familias con “servicios concretos”, como el transporte, asistencia económica y otras necesidades -y ofrecer ayuda para navegar la gama de programas disponibles de forma que puedan hacerlo por sí mismos, de forma independiente¬¬¬– es clave para la reunificación, especialmente cuando los padres o los niños tienen necesidades complejas.

El objetivo no es hacerle todo a la familia, sino enseñarles a hacerlo por sí mismos.

Programas como el de Michigan requieren de la confianza de la familia, y ese no es un puente fácil de cruzar. “Nada es estático en estos casos en los que estás tratando con gente”, dijo la jueza Dobrich.

El Programa de Reunificación Familiar le brinda a la corte, que es la que finalmente decide cuándo es tiempo de que los niños vayan a casa, “ojos y oídos extra en la casa”, dijo Susan Butterwick, quien es réferi (una especie de magistrado de corte civil) en el Tribunal de Primera Instancia del Condado Washtenaw, en Ann Arbor, Michigan. Ella escucha los casos de bienestar infantil y hace recomendaciones a los jueces.

En junio, Butterwick escuchó una actualización sobre Leslie, madre de cuatro niños que estaban bajo el cuidado temporal. Tres de los papás de los niños estaban en la cárcel. El niño mayor, de 9 años, había vivido con su papá hasta que el niño brincó de un segundo piso de la casa y caminó hasta la tienda más cercana en busca de comida. Los empleados le dieron un sándwich y una soda, y llamaron a la policía.

Leslie perdió la custodia de sus tres hijos en 2013 (el menor aún no nacía), cuando los dejó dentro del carro en el estacionamiento de una tienda. Les dijo a las autoridades que todo estaba bien, porque su esposo, el presidente Barack Obama, llegaría ahí para recogerlos y cuidarlos.

Butterwick escuchó una actualización del abogado del segundo niño: “Es increíblemente saludable y juega futbol, y le encanta mostrarme todo lo que puede hacer. Es muy, muy bueno con los Legos. Quería saber quién gana más dinero, si un ingeniero o un jugador de futbol americano”.

El objetivo para él ha sido que la familia de cuidado temporal con la que está obtenga la tutela. El objetivo para el mayor ha sido la reunificación apropiada, pero eso podría cambiar, ya que su abogado explicó a Butterwick. “No puedo explicar lo bien que le está yendo académicamente. Está en el nivel que le corresponde a su grado en lectura y matemáticas. Les está yendo muy, muy bien.

“Está preocupado por la posibilidad de regresar con su mamá”.

A veces, la reunificación no es la mejor solución para un niño bajo el cuidado temporal. Pero se considera, dijo Butterwick, hasta que quede claro que no es una opción a pesar de la ayuda del Programa de Reunificación Familiar.

Dijo que casi siempre manda a las familias reunidas al programa de reunificación. Una clave de la efectividad del programa es que es diferente de los trabajadores sociales que investigaron a la familia y sacaron a los hijos.

Esos trabajadores sociales están “es una posición terrible. Ellos sacaron a los niños y luego volvieron y dijeron ‘estamos aquí para ayudarles’”, dijo Butterwick. “Ahí no hay confianza”.

Aun si las familias pueden ser reunidas, volver a vivir bajo el mismo techo es sólo el primer paso. Los niños no entienden que, mientras estuvieron fuera, sus padres y hermanos y las circunstancias cambiaron significativamente -cambios requeridos para que los niños pudieran volver. Sus recuerdos y expectativas sobre lo que es su “hogar” quedan como suspendidas en el tiempo.

El reto mayor se da cuando la familia vuelve a estar junta, cuando se tienen que organizar las rutinas, se restablecen las expectativas y se vive la vida con sus inevitables altas y bajas.

Los niños vuelven a casa habiendo vivido la extrema inseguridad y miedo de haber sido sacados de su familia, y eso deja cicatrices, dijo Clarissa Mason, de Lansing, Michigan, cuyos dos hijos, de 3 y 5 años, vivieron bajo el cuidado temporal por 10 meses.

Ella y Matthew Pinter, papá de los niños hablaron en junio pasado en un evento para celebrar a las familias que han logrado reunirse. En ese tiempo, la familia llevaba casi un año de estar junta otra vez.

“Los niños tienen que recuperarse cuando vuelven a cada”, dijo Matthew Pinter. “Cuando recién volvió la niña, cada vez que yo me iba a trabajar ella pensaba que la estaba dejando.

“De niño yo también estuve en cuidado temporal, y fui abusado en foster care”, dijo. Yo no sabía cómo lo iban a registrar ni quiénes iban a ser cuando salieran de ahí”.

Clarissa Mason, quien dijo que creció en una familia abusiva, asintió. Vio a sus hijos jugando con otros niños que estaban en la celebración del Día de la Reunificación en la galería del Palacio de Justicia.

“Tuvimos que volver a conocer a nuestros hijos”. Hizo una pausa. “Es duro volver a conocer a tus hijos”.

Traducido por Liliana López Ruelas.


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Sarah Garrecht Gassen escribe para el Arizona Daily Star. Su columna de opinión aparece los jueves. Contáctala en sgassen@tucson.com y síguela en Facebook. En Twitter:@sarahgassen