Traducida al español por Claudia BungardA la una de la mañana del 30 de noviembre, a Victoria Richards la despertó un golpe de la policía de Bisbee en la puerta de su casa. Le entregaron un papel con el nombre de un detective y le dijeron que les habían pedido que los llamara. Enseguida le dijeron que su hermano había muerto en un tiroteo policial.
“A veces me siento paralizada, como si fuera a despertar de este mal sueño”, dijo Richards.
2021 fue un año récord de homicidios en Tucsón, un año difícil para la comunidad y para las personas directamente afectadas.
Según el Departamento de Policía de Tucsón (TPD, por sus siglas en inglés), el año pasado se presentaron 93 homicidios en la ciudad. El récord anterior se estableció en 2008, con 79 homicidios.
En 2020, Tucsón registró 68 homicidios y en 2019 fueron 49.
La jurisdicción del Condado Pima ha experimentado una disminución continua de los homicidios. Según el Departamento del Sheriff, 2021 tuvo 15 homicidios, 2020 tuvo 16 y 2019 tuvo 18.
Solo en 2020, Tucsón vivió hechos como un tiroteo mortal en el Amtrak –que provocó la muerte de un agente de la DEA–, tiroteos en la carretera, los ataques del 18 de julio que dejaron cuatro personas muertas, incluido el atacante y, más recientemente, el tiroteo policial a Richard Lee Richards, un hombre de 61 años quien se movilizaba en silla de ruedas eléctrica y a quien le dispararon luego de acusarlo de hurto.
El subjefe de policía, Kevin Hall, dijo que si bien TPD puede determinar la cantidad de homicidios con total certeza, asuntos como los motivos y las relaciones entre víctimas y los victimarios son cada vez menos claros, lo que hace que resolver los casos sea mucho más complejo.
“Sin embargo, no hay ninguna duda de que, en la mayoría de los casos, al problema de los homicidios en Tucsón lo alimenta la violencia armada”, dijo Hall. Y aclaró: “En 2021, el 86% de los homicidios fueron el resultado de la violencia armada”.
Hall también dijo que es evidente que los homicidios afectaron de manera desproporcionada a las comunidades minoritarias. Según Hall, en 2021 en Tucsón, el 26% de las víctimas eran afroamericanas, el 53% eran latinas y el 2% eran nativoamericanos.
A pesar del alto número de homicidios, TPD continúa resolviendo homicidios a una tasa mucho más alta que el promedio nacional, dijo Hall. Sen ha resuelto el 82% de los homicidios de 2021. Hall le atribuye la resolución exitosa de los casos a la colaboración entre los investigadores tácticos que trabajan en las patrullas y a los detectives de delitos violentos.
“Una asociación sólida y saludable con la ATF (Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos) combinada con la tecnología NIBIN (Red Nacional de Información Balística Integrada) es fundamental para resolver los homicidios relacionados con armas de fuego y conectar los casos de disparos en la región y el estado; también para, potencialmente, prevenir futuros homicidios identificando a los delincuentes a partir de las armas que utilizan”, dijo Hall. “Esto seguirá creciendo y evolucionando en 2022 y en el futuro”.
Encontrar apoyo
Victoria Richards recuerda que cuando era más joven, creció a la sombra de su hermano, colgada de su camisa. A medida que crecieron, ella fue su apoyo y lo cuidó cuando resultó gravemente herido en un accidente.
Después de recibir la noticia de la muerte de su hermano, Richards dijo que la policía de Bisbee regresó al día siguiente para ver cómo estaba, además recibió un gran apoyo por parte de los miembros de la comunidad.
Cuando se publicó el video del tiroteo, Victoria Richards dijo que tuvo que verlo rápido y evitar las imágenes más explícitas.
“Sentí cada uno de esos disparos”, dijo.
Si bien Richards dijo que lo que ella ha vivido ha sido extremadamente difícil y surrealista, ha recibido ayuda de Homicide Survivors, Inc., una organización local sin fines de lucro dedicada a ayudar a las familias de las víctimas de asesinato.
Daniela Muñoz-Álvarez, defensora de víctimas bilingüe, se acercó a Victoria Richards y la ha estado ayudando a sobrellevar la situación.
“Ella ha sido de gran ayuda para mí. Una noche me uní a su grupo virtual por primera vez”, dijo Richards. “Es muy útil saber que no estás sola”.
Con el año récord en homicidios, Richards alienta a quienes atraviesan situaciones similares a encontrar a otras personas. Para ella, apoyarse en otros y ser amable con uno mismo son las mejores formas de seguir adelante.
“Todo el mundo sufre de manera diferente. Algunos días creo que estoy bien, pero luego llegan otros días en que algo me dispara”, dijo Richards. “Todo lo que quiero hacer es conectarme con todas estas otras personas que están pasando por lo que yo estoy pasando”.
Una inversión en la comunidad
Para combatir este problema en 2022, TPD continuará implementando una amplia estrategia de reducción de la violencia armada, dijo Hall.
Explicó que el TPD ha implementado una estrategia basada en el lugar de los hechos (Place Network Investigations) para identificar puntos neurálgicos de delitos violentos, determinar las causas fundamentales y trabajar con la comunidad y otros departamentos de la ciudad para eliminar los determinantes de la violencia.
Otra iniciativa que se implementará por completo en 2022 tiene que ver con la vigilancia policial en estos puntos, una estrategia que analiza los datos delictivos para determinar dónde están ocurriendo los crímenes violentos en la ciudad. Esta identificación les permite luego a los comandantes desplegar oficiales de patrulla hacia las áreas en donde es más probable que ocurran los delitos violentos.
Hall dijo que el Programa de Bienestar y Seguridad Comunitaria de la ciudad será un socio activo e integral frente a todos los esfuerzos por reducir y responder a los delitos violentos en los que participa TPD y, a medida que haya recursos y fondos disponibles, se pueden explorar otros componentes del programa de reducción de la violencia armada.
“La clave de todas estas iniciativas es que la violencia armada es un problema social complejo que la policía por sí sola nunca podrá solucionar o prevenir”, dijo Hall. “Los problemas sociales estructurales intratables asociados con la pobreza urbana deben ser abordados por toda la comunidad como un todo, no por una sola entidad dentro de la sociedad. La prevención es posible y absolutamente necesaria para detener las muertes de nuestros jóvenes, pero la prevención efectiva requiere una inversión comunitaria completa”.