Como mexicanos, a veces es muy poco lo que conocemos sobre la historia de mujeres y hombres que tuvieron un efecto en el mundo que vivimos, incluso de los Hidalgo, Juárez, Madero o Villa.

Eso sí, el hablar de personalidades famosas como Eugenio Derbez, Salma Hayek, el músico Carlos Santana, el periodista Jorge Ramos o los cineastas Iñárritu, Del Toro y Cuarón, resulta mucho más fácil, pues por todos lados nos cuentan los detalles más íntimos de sus vidas diarias.

En el ámbito social también tenemos nombres importantes; están, por ejemplo, César Chávez, el popular líder sindical, y Dolores Huerta, poderosa compañera del activista que se mantiene activa en esta lucha civil en territorio estadounidense.

Junto a ellos se puede colocar a Ramón “Chunky” Sánchez, un hombre carismático que acompañó a los dos defensores sociales mencionados arriba muy a su manera: cantando y aportando letras de temática social/chicana con un estilo muy original.

Nacido en 1951, “Chuky” Sánchez, como se le llamaba familiarmente, le dio voz al activismo chicano por muchos años gracias a su inseparable guitarra, sus agudas letras y una voz sui géneris que se apagó finalmente en 2016, al fallecer a los 65 años.

De esto y muchas otras cosas más trata el documental Singing Our Way to Freedom (Paul Espinosa, 2018), largometraje proyectado en el marco del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, el cual este año llega a su edición número 34.

La cinta, llena de anécdotas contadas por sus más cercanos amigos y por él mismo, da cuenta de la vida del cantautor, desde su trabajo en el campo en su juventud, hasta convertirse en una leyenda musical de la identidad chicana. Como puede verse en el filme, el músico era el artista favorito de César Chávez, quien solía pedirlo para que participara en sus actividades.

La obra tiene como fondo el singular acervo del artista, que solía combinar el bilingüismo tan común de la cultura chicana con letras de temática social, en donde sobresalen las composiciones que tienen como protagonista al campesino o su misma descendencia, quienes se vieron obligados a añorar sus raíces al trasplantarse a una tierra y culturas ajenas.

El documental es efectivo a la hora de mostrar la vivacidad de su protagonista, así como su vena creativa al recorrer, junto a su banda Los Alacranes, varios estados de EE. UU. para visitar a sus comunidades hispanas. Por cierto, el popular grupo Los Lobos ha declarado que tanto “Chunky” como su banda fueron de gran influencia en sus inicios.

El trabajo del documentalista y productor Paul Espinosa es más que aceptable por ser un vínculo efectivo (y bastante entretenido) de las nuevas generaciones de hispanos con su herencia cultural, pues en él tendrán la oportunidad de conocer de primera mano a una figura importante relacionada con su identidad.

Y es que, con la cinta, el espectador joven podrá entender mejor el proceso que vivieron sus padres o abuelos en su lucha por establecerse en un mundo nuevo y ajeno. Ahora lo que falta es que no sean sólo los mayores quienes la vean, sino precisamente ellos, los jóvenes.

Si quieres saber más sobre este personaje, sólo tienes que entrar a YouTube y escribir “Los Alacranes” o “Chunky Sánchez” en el buscador, incluso hay un documental muy interesante llamado “Chicano Park” que habla de él.

Hasta la próxima.


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