El gran mariachi Nati Cano falleció en Los Ángeles el viernes 3 de octubre. Con su grupo Los Camperos, Cano fue unos los mariachis más influyentes en este país. Su labor musical ayudó a crecer no solamente la popularidad del género sino también la importancia del mariachi.
Los Camperos grabaron “Canciones de Mi Padre” con la tucsonense Linda Ronstadt, cuyo disco generó una explosión en el interés en la música de mariachi.
Cano fue unos los personajes más importantes en el desarrollo del Festival Internacional de Marachi en Tucsón. Por muchos años fue unos de los maestros de miles de estudiantes en ese evento.
A manera de homenaje, reproducimos la columna que se publicó en este espacio el 23 de abril de 2010 sobre el maestro Cano:
Hay mariachis y hay Nati Cano de Los Ángeles.
Hay pocos mariachis vivos, ya sea en Tucsón, en Los Ángeles o en México, que han contribuido tanto al desarrollo y la popularización de la música de mariachi como lo ha hecho Cano.
Como lo ha realizado cada año excepto por uno, Cano y su Mariachi Los Camperos se presentarán en la XXVIII Conferencia Internacional del Mariachi La Frontera de Tucsón. Mas la presentación de hoy en la noche será especial: Cano celebrará 50 años como mariachi.
“Nos tomó medio siglo de colaboración para llegar a la calidad de la música que ahora tenemos”, dijo Cano durante una reciente entrevista en Tucsón.
La calidad musical del mariachi de Cano es ampliamente reconocida y apreciada. En 1989, Cano recibió la Beca del Patrimonio Cultural Nacional de la Fundación Nacional para las Artes (National Heritage Fellowship of the National Endowment for the Arts), uno de los honores más altos otorgados a artistas en este país.
Cano inició su carrera profesional de niño en Jalisco, cerca de Guadalajara. Tanto su padre como su abuelo fueron mariachis.
En 1953, Cano se mudó a Mexicali, donde dirigió al Mariachi Chapala. Para 1961 se encontraba ya en Los Ángeles como director de Los Camperos con actuaciones en el Million Dollar Theater, donde se presentaba con grandes artistas mexicanos de aquella época.
Sin embargo, su sueño musical era mucho más grande que un pequeño escenario en el centro de Los Ángeles. Él quería más que sólo llevar a los mariachis a un público más amplio.
“Yo quería invadir las salas de conciertos en Estados Unidos”, comentó Cano, de 77 años de edad, quien en 1963 se presentó con el cantante mexicano Pedro Vargas en el afamado Carnegie Hall de New York City, lugar considerado como la joya cultural de la ciudad.
Así como le dio importancia a presentarse en salas de conciertos en lugar de cantinas, Cano demostró profesionalismo y una calidad más alta de musicalidad. Es una meta que a la fecha sigue buscando.
“Los mariachis de todos lados tienen que mejorar su calidad y profesionalismo”, insistió Cano. La huella de Cano en el mariachi en Estados Unidos se ve más allá de los muchos mariachis que él ha instruido e inspirado.
El álbum de 1987 “Canciones de Mi Padre” y “Más Canciones”, de 1991, por la oriunda de Tucsón Linda Ronstadt, llevó la música de mariachi por toda la nación. Los Camperos y Cano formaron parte de los discos y más tarde estuvieron de gira con Ronstadt.
En el festival de hoy en la noche, Cano se presentará con otra gran cantante, Lila Downs. Ella, como Ronstandt, alaba el papel de Cano en la promoción de la música de mariachi por todo el mundo.
Aunque Cano probablemente baje un poco el ritmo de sus presentaciones públicas —más o menos 100 noches al año— su legado permanecerá para siempre.
Cano ha sido un gran partidario de educar a los mariachis jóvenes. Él juega un papel muy importante en el componente de la instrucción de los estudiantes en el festival de Tucsón.
Al inculcarles profesionalismo en su música, Cano dijo que los estudiantes obtendrán respeto y disciplina. “Este es el legado para los estudiantes”.
